Majida Issa se ha hecho un nombre a pulso en la televisión colombiana, como protagonista de producciones de gran calibre, como La Ronca de Oro, El cartel de los sapos o Sin senos sí hay paraíso, en la que llevó su talento a las pantallas internacionales. Aunque es parte de un linaje de actores, su capacidad la ha llevado al reconocimiento.
La abuela de la artista es Teresa Gutiérrez (fallecida en 2010), una de las más importantes actrices de la historia de la televisión colombiana; Majida es sobrina de los artistas Miguel Varoni y María Margarita Giraldo, ambos hijos de Teresa Gutiérrez, y que se han destacado en las pantallas del país durante varias décadas.
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Pero no todo ha sido color de rosa para la actriz sanandresana. Majida también ha tenido momentos de su vida en los que ha tenido que hacerle frente a grandes dificultades, las cuales han ido desde el ámbito familiar o personal, pasando también por lo económico.
De hecho, recientemente hizo memoria de uno de esos momentos difíciles en los que pensó que no iba a triunfar en la actuación, por lo que puso en venta un apartamento que le había dejado su abuela después de notar que no iba a tener dinero para pagar las cuotas necesarias para rescatarlo. Sin embargo, recibió un importante apoyo que guarda hasta hoy en su memoria.
“Me metí a un crédito para pagar ese apartamento de ella y llevaba mucho tiempo sin trabajo y no tenía como pagar las cuotas y uno tiene que ser realista. Puse el letrero, pero acá tengo que hablar de un ángel muy importante en mi vida que es Deisy Marroquín (su mánager). Ella me dijo: ‘Quita eso ya. Así tenga que pagar las cuotas que vienen, tú vas a tener trabajo muy pronto y vas a tener como pagar ese apartamento, así que quita ese letrero’”, comenzó diciendo en el programa Se dice de mí.
Además de ese duro instante, se refirió a los últimos años de la vida de Gutiérrez, quien la introdujo en el mundo de los medios, pero de quien afirma que nunca quiso aprovecharse, sino que siempre buscó ganarse las cosas por mérito propio y personal.
“No me gustaba pensar en la idea de utilizarla, por algo yo había estudiado y tenía que buscar mi camino. De lo único que mi abuela me habló cuando hablábamos de actuación es de la disciplina y del respeto por el equipo. Aprenderse los textos, llegar puntual, respetar al compañero, escuchar al compañero, cumplir con lo que me toca, el equipo somos todos. Eso era lo que a mi abuela le importaba”, añadió en el espacio de Caracol Televisión.
Su mente se transportó de la misma manera al momento en que la recordada artista se debilitó físicamente, al punto de morir. “Ese día ella había estado enfermita, con dolor de estómago, con malestar. Como siempre, me hizo un chiste y dijo: ‘qué vejez tan hp’ y nos reímos las dos, pero hubo un instante en que yo recuerdo que le miré la barriguita y le miré la cara y lo supe”, afirmó.
Asimismo, indicó que “se sentó, puso su cabecita en mi hombro, nos agarramos de la manito y yo ahí lo supe. Le empecé a agradecer lo importante que fue en nuestras vidas y cuánto la amábamos. Me apretó la manito y se fue”.
Ya han pasado 14 años desde ese momento, pero el cariño en su mente y corazón por su pariente sigue siendo el mismo. Cada vez que le es posible la recuerda y sus ojos se empañan al instante. Finalmente, quiere que el legado de Teresa Gutiérrez continúe vivo a través de su trabajo.