En el pueblo de Plagne, ubicado a 30 kilómetros de Ginebra (Suiza) se encuentran las huellas de dinosaurio más grandes que han sido descubiertas hasta el momento, siendo uno de los mayores atractivos turísticos de esta nación europea.
Sin embargo, para un colombiano promedio visitar un país que está a más de 9.000 kilómetros es algo difícil a nivel económico, pero un aspecto desconocido por parte de la ciudadanía es que en Colombia se encuentran las huellas de dinosaurio iguanodón mejor conservadas de Sudamérica.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel.
Se trata de seis marcas que fueron encontradas por un estudiante de biología y geociencias en 2017 en el pozo La Calavera, situado en la vereda de Caño Negro, en el municipio de Santa María, al sureste de Boyacá, a menos de cuatro horas de Bogotá
El pozo está dentro de la cuenca hídrica del Río Batá, a 20 minutos de la zona rural del municipio, y es uno de los mayores atractivos naturales que tiene la región.
El descubrimiento de las huellas se registró a mediados de 2017, cuando Alejandro Corrales encontró en un espacio tupido de bosque las marcas que más tarde fueron identificadas como las huellas de dinosaurio mejor preservadas de la región.
Además de pasar por 14 túneles que atraviesan la Cordillera Oriental, Corrales tenía como objetivo llegar al pozo La Calavera, que fue uno de los destinos mejor referenciados por el guía que lo acompañó durante su visita a Boyacá, dado que en este lugar el agua turquesa hacía que fuera uno de los espacios más visitados.
“Inicialmente, se especulaba en la región que podrían tratarse de restos de plantas prehistóricas debido a su ubicación en una pared completamente vertical”, afirmó el estudiante a la Universidad de los Andes tras el descubrimiento.
La posibilidad de que se pudiera tratar de huellas de dinosaurio hizo que Corrales volviera al pozo, pero esta vez en compañía de un compañero de clase, con el que encabezaron el proceso de pruebas que pudieran confirmar que se trataba de un hallazgo histórico.
Al final, se determinó por el tipo y la edad de las rocas de que se trataba de un dinosaurio que vivió hace 130 millones de años llamado iguanodón, porque sus dientes tienen similitudes a los de una iguana.
Alejado de los sitios predilectos para hacer deportes extremos, este pozo está marcado por sus aguas azules, en las que los visitantes pueden pasar jornadas de descanso en compañía de sus familiares.
Alrededor de La Calavera hay otros atractivos turísticos, como la posibilidad de realizar senderismo por los bosques que rodean el pozo, en donde se pueden escalar estructuras rocosas que en su parte más alta tiene una visual que llama la atención para los fotógrafos, dado que se puede observar la totalidad del río.
A pesar de que es un espacio de conservación, la entrada al río y el pozo es libre; sin embargo, desde la Gobernación de Boyacá y la Alcaldía de Santa María piden a los visitantes ser responsables con el uso del espacio y dejar limpias las zonas transitadas en cada recorrido.
Algunos creadores de contenido han subido blogs de lo que ha sido su paso por el pozo La Calavera, lo que ha aumentado la popularidad del lugar.
“Hermoso sitio, así como son las tierras boyacenses”, “Es por la transversal del Sisga, la vía alterna al Llano, después de pasar 14 túneles. ¡El paisaje allí es espectacular”, o “Que bellos los paisajes que esconde Colombia”, son algunos de los comentarios sobre este lugar en redes sociales.