Las relaciones bilaterales entre Colombia e Israel vuelven a pender de un hilo, después de que el presidente Gustavo Petro emitiera una orden expresa para suspender toda compra de armamento a Israel.
Esta medida responde a unas imágenes compartidas en redes sociales en las que se reportó que, presuntamente, soldados israelíes dispararon contra la multitud que comenzó a saquear los camiones con alimentos en Gaza.
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La contundencia de las palabras del mandatario colombiano no se hicieron esperar: “Pidiendo comida, más de 100 palestinos fueron asesinados por Netanyahu. Esto se llama genocidio y recuerda el Holocausto así a los poderes mundiales no les guste reconocerlo”, expresó Petro, según se informó.
Acto seguido, el mandatario ordenó con firmeza que “el mundo debe bloquear a Netanyahu. Colombia suspende toda compra de armas a Israel”, concluyó.
Y es que el primer mandatario rechazó los últimos acontecimientos ocurridos en la Franja de Gaza, después de que también resultaron heridos al menos 700 palestinos que esperaban un convoy de 32 camiones con suministros como alimentos no perecederos y agua potable, lo que también provocó el rechazo de varios políticos en el ámbito internacional.
“El ataque fue premeditado e intencionado, en el contexto del genocidio y la limpieza étnica del pueblo de la Franja de Gaza. El ejército de ocupación sabía que estas víctimas habían llegado a esta zona para obtener alimentos y ayuda, pero las mató a sangre fría”, indicaron representantes de Gaza.
Entretanto, el embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, informó que la muerte de los 112 palestinos fue producto de los desórdenes ocasionados por la comunidad, que intentó asaltar a los camiones y terminó en una tragedia. “Esta mañana, camiones de ayuda humanitaria entraron al norte de Gaza, residentes rodearon los camiones y saquearon los suministros que estaban siendo entregados. Como resultado de empujones, pisoteos y atropellos de camiones, decenas de gazatíes murieron y resultaron heridos”, señaló.
Sin embargo, el anuncio del presidente de Colombia marca un nuevo capítulo crítico en las relaciones diplomáticas entre Colombia e Israel, que ya venían tensas desde el recrudecimiento de la violencia en la Franja de Gaza tras ataques por parte del grupo terrorista Hamás en octubre del 2023.
A consecuencia de esta situación, la embajadora de Colombia en Israel, Margarita Manjarrez, permanece en Bogotá después de ser llamada a consultas por Petro hace cuatro meses, por lo que el país tampoco cuenta con representación en el Medio Oriente, profundizando el distanciamiento entre ambas naciones.
Entretanto, la decisión de Gustavo Petro traería graves consecuencias para la defensa nacional de Colombia, debido a que Israel juega un papel crucial como uno de los mayores proveedores de equipamiento militar para Colombia.
En particular, los aviones de combate Kfir de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, que a pesar de su antigüedad han sido constantemente actualizados por la empresa fabricante en Israel, serían los primeros en verse comprometidos con la orden del presidente, pues la suspensión de la adquisición de armas pone en riesgo la renovación y mantenimiento de estas naves, especialmente cuando el proceso de licitación para incorporar nuevas naves supersónicas aún no ha iniciado.
Además, otro aspecto preocupante se centra en el fusil galil, de fabricación israelí, el cual constituye el arma base tanto de las Fuerzas Militares como de la Policía en Colombia. La producción de este fusil en territorio colombiano, bajo la licencia de Israel, enfrentaría ahora un futuro incierto.
Pero esta no sería la primera vez que el actual presidente de Colombia ordena suspender las relaciones para el intercambio de material bélico. De hecho, en noviembre de 2023, Petro ya había anunciado que Colombia no compraría armas a naciones que hubieran votado en contra o se hubieran abstenido en la proposición de cese al fuego en Gaza ante las Naciones Unidas.
Este anuncio implicaba principalmente, aunque no de manera exclusiva, a países como Estados Unidos, argumentando un enfoque ético en la política de defensa y seguridad nacional de Colombia.
El camino a seguir después de este importante cambio en la política exterior y de defensa de Colombia es incierto. Seguramente, se necesitarán negociaciones diplomáticas y revisiones a las estrategias de defensa para mitigar los efectos de esta decisión.