En un aspecto que parece ser un común denominador, en Latinoamérica el narcotráfico y la política se han conectado en varias oportunidades, ya sea por nexos de figuras de poder con criminales o la intervención de los capos de manera directa en un contexto totalmente alejado al suyo.
Por ejemplo, en Colombia, en los 70 e inicio de los 80 se tenía una percepción de Pablo Escobar alejada al delito, de hecho, el paisa se autodenominaba empresario, pero luego de que ingresó a la política, la realidad de sus negocios salieron a la luz.
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En un caso de esta índole, en Honduras el expresidente Juan Orlando Hernández, que fue detenido el 15 de febrero de 2022 y posteriormente trasladado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, también cuenta con la participación de un capo colombiano.
El 26 de febrero se registró el testimonio de Luis Pérez, exintegrante del cartel de Sinaloa, en contra del mandatario que estuvo en el poder entre 2014 y 2022, en el que afirmó que entregó más de dos millones de dólares a la campaña de Hernández en 2013.
Cabe recordar que Luis Pérez es el nombre que recibió Alexander Monroy Murillo, uno de los hombres de confianza de Joaquín El Chapo Guzmán, que se entregó a las autoridades en Estados Unidos en 2015 y ya cumplió una condena que fue reducida en gran parte por su colaboración.
En su testimonio, el colombiano, del que no se tiene una imagen de referencia, afirmó que traficó droga entre 2008 y 2015 y que durante ese tiempo sobornó a funcionarios de Puerto Cortés para para mover la droga del cartel de Sinaloa.
Sumado a esto, remarcó que el inicio del mandato de Hernández representó una de las mejores épocas para traficar en la región, resaltando que entre 2014 y 2015 ganó hasta 25 millones de dólares por mover 70.000 kilos de cocaína.
El colombiano destacó que fue un trabajador del puerto mencionado quien realizó el contacto con la campaña de Hernández, ya que este necesitaba el efectivo que ellos manejaban para poder financiar su campaña.
Dentro de los detalles entregados por el exnarco, se remarca que mencionó un acuerdo por un millón de dólares con el que lograron tener toda la información de monitoreo del puerto y las autoridades, lo que permitió que no se registrará ningún cargamento perdido durante esos dos años.
Durante el relato del excapo, mencionó una reunión con el hermano del expresidente, en la que acordaron otro millón de dólares a cambio de recibir información sobre los controles de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA). El último pago que habría recibido el exmandatario fue antes de las elecciones, y habrían sido recibidos por un miembro directo de su campaña.
Sobre su salida de Honduras, el colombiano justificó que debido a la alianza de Hernández con Estados Unidos y México, la seguridad en estos países mejoró de manera sustancial, lo que obligó a los capos a buscar nuevos escondites, pero en su lugar, optó por entregarse a las autoridades.
Las audiencias en contra de Hernández siguen en Nueva York, en un proceso en el que los fiscales han afirmado que el exmandatario utilizó dinero del narcotráfico para financiar su campaña y posteriormente, ayudar a los capos; por su parte, el hondureño de 55 años ha negado los señalamientos y ha remarcado que las acusaciones en su contra son basadas en testimonios de criminales que fueron perseguidos por su gobierno.