Accidente de un helicóptero en Medellín: qué dice la ley sobre volar estas aeronaves en zonas residenciales

La Aerocivil tiene establecidas una serie de regulaciones específicas que buscan garantizar la seguridad y el adecuado funcionamiento de los helipuertos en Colombia, según los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia (RAC).

Entre las normativas se incluyen criterios sobre la ubicación, diseño y operación de estos espacios dedicados al despegue, aterrizaje y maniobra de helicópteros.

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Según los RAC, es fundamental que el helipuerto disponga de una localización central y coordine con la autoridad de servicios de información aeronáutica para reportar cualquier dato relevante, asegurando así operaciones seguras. También se requiere que la infraestructura soporte hasta 2.5 veces el peso de las aeronaves que recibirán, lo que implica, por ejemplo, una loza capaz de resistir 5 toneladas para un helicóptero de 2.300 kilos, según aclaró Carlos Mario Callejas, asesor jurídico de Sasa a El Colombiano.

Además, estas áreas deben mantenerse libres de obstáculos que obstaculicen el despegue o aterrizaje, garantizando zonas de seguridad adaptadas al tamaño de los helicópteros. Así mismo, estos lugares deben contar con equipos que indiquen la dirección del viento y señales visuales son indispensables para fortalecer la seguridad. Las regulaciones también abordan la prevención y respuesta ante posibles accidentes, elemento crucial para obtener las licencias de operación.

Antes de otorgar permisos para el funcionamiento de helipuertos, como es el caso del ubicado en el restaurante Hangar M45 Azotea, la Aeronáutica Civil lleva a cabo estudios de impacto y verifica que todas las especificaciones se cumplan adecuadamente. Estas medidas buscan asegurar que las instalaciones no solo faciliten operaciones eficientes, sino que también protejan a operadores, pasajeros y a la comunidad cercana.

En el país, la regulación de los vuelos turísticos en helicóptero está a cargo de la Aeronáutica Civil, entidad que impone estrictas normativas de seguimiento para garantizar la seguridad de estas actividades. Juan Carlos Vélez, exdirector de la Aerocivil, indicó que, si bien el espacio aéreo de la ciudad no presenta restricciones de vuelo específicas, hay criterios de seguridad definidos por la fuerza pública que deben cumplirse, especialmente en condiciones meteorológicas adversas.

“Los helicópteros pueden volar siempre y cuando lo hagan visual siempre hayan condiciones meteorológicas adecuadas no haya neblina no haya vientos fuertes y sobre todo haya una visibilidad perfecta”, dijo Vélez a Telemedellín.

La operación de helipuertos en la ciudad también está sujeta a un riguroso análisis por parte de la Aeronáutica Civil, que evalúa múltiples aspectos como las condiciones climáticas, la capacidad del edificio para soportar el peso de la aeronave, entre otros. Estos factores son fundamentales para la aprobación o rechazo de la instalación y operación de helipuertos, los cuales deben estar en constante comunicación con el control del Aeropuerto Olaya Herrera.

Fuentes del sector señalan la importancia de fomentar el turismo y la actividad económica que generan estos vuelos, pero destacan la necesidad de un análisis exhaustivo sobre los controles y permisos para la instalación de helipuertos en áreas densamente pobladas.

La Aeronáutica Civil continuará con investigaciones que tomen en cuenta aspectos técnicos de los helicópteros, maniobras y condiciones meteorológicas para asegurar la seguridad y viabilidad de los vuelos turísticos en helicóptero en Medellín.

El accidente de un helicóptero turístico ocurrido el lunes 26 de febrero en la comuna 3, Manrique, en Medellín, puso en la mira la regulación y los permisos necesarios para las operaciones de este tipo de aeronaves en la ciudad y en el país. La Dirección Técnica de Investigación de Accidentes de la Aeronáutica Civil investiga el incidente, mientras que la empresa Volar Colombia asegura contar con todas las autorizaciones requeridas.

En el siniestro estuvo involucrando un helicóptero Bell 206 con matrícula HK4810, el cual no terminó en una tragedia mayor gracias a la pronta asistencia de las autoridades y la atención médica otorgada a los seis ocupantes. Según Santa Débora, grupo que administra el restaurante Hangar M45 Azotea donde se encuentra el único helipuerto de servicio público en Medellín, que el establecimiento y helipuerto cuentan con las licencias y seguros obligatorios.

Sociedad Aeronáutica de Santander S.A.S (Sasa S.A.S), operadora del helicóptero accidentado, explicó que suma 14 años de operaciones y traslada aproximadamente 9.000 pasajeros mensualmente en una variedad de recorridos turísticos. Gustavo Otálvaro, representante legal de esta compañía, afirmó que el helipuerto y los vuelos cumplen con todos los lineamientos establecidos por la Aerocivil, entidad responsable de la regulación aeronáutica en Colombia.

Por su parte, un equipo interdisciplinario de la Aerocivil realiza entrevistas y recopilaciones de evidencia en el sitio del accidente para determinar las causas del suceso. Aunque hasta el momento se considera que la empresa cumplió con los requisitos legales, la investigación permanece abierta.

La iniciativa del Hangar M45 Azotea generó polémica entre los residentes de la zona, debido al impacto visual y el ruido ocasionado por las operaciones de vuelo. Sin embargo, se destaca que el helipuerto pasó por un exhaustivo proceso de legalización que incluyó estudios de afectación sobre el ruido. La empresa y la comunidad están en conversaciones para abordar las preocupaciones y asegurar un equilibrio entre el turismo y la calidad de vida de los habitantes.

Mientras tanto, la extracción del helicóptero del lugar del accidente implicó la coordinación de diversos organismos, incluyendo el Cuerpo de Bomberos Medellín y la empresa EPM, para garantizar la seguridad durante los trabajos. Con el helicóptero llevado al aeropuerto Olaya Herrera para evaluación, se espera determinar la posibilidad de reparación de la aeronave.

La incorporación de vuelos turísticos en la ciudad resalta la creciente demanda de este tipo de actividades en Medellín y alrededores, como Guatapé, aunque el reciente incidente sirve de recordatorio sobre la importancia de una rigurosa supervisión y cumplimiento de normativas para garantizar la seguridad de operaciones.