Nuevamente, aficionados del futbol colombiano intentaron ingresar con un féretro a un evento deportivo, esta vez, entre el deportivo Pereira y el Junior de Barranquilla, en el estadio Hernán Ramírez Villegas de la capital de Risaralda.
Así habría quedado registrado en un video aficionado, compartido a través de plataformas de denuncia en las redes sociales, tras el encuentro del domingo 25 de febrero, en el que ambos equipos quedaron empatados, tres a tres.
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En la grabación se ve a por lo menos nueve personas acompañando el féretro, que a pocas calles del estadio ya era escoltado por una multitud, que no dudó en detener los portadores del ataúd para colocarle encima la bandera del Deportivo Pereira.
En su interior, según testigos, iban los restos de un hombre, aficionado del Grande Matecaña, que murió intentando robar el cableado eléctrico de la avenida Sur, en Pereira.
Se desconoce, sin embargo, si esta información es verídica y si lograron ingresar al estadio o llegar a la gradería; ya que, la única evidencia que se tiene es el video del ataúd, aún siendo transportado por las calles. Una situación que hinchas y detractores no dejaron pasar por alto:
“Que voltaje”, “El amor al equipo, la familia y el sentimiento que le tienen a los colores y al deporte”, “Menos fútbol, más educación”, “Cómo decir que eres colombiano, sin decir que eres colombiano...”, “De vaina no lo llevaron al KFC también”, “Que mamá o familia más complaciente la del fallecido”, “Folclor colombiano rayando con la superstición”, “Meras risas, meros recuerdos, que falla que te hayas ido”, “El realismo mágico en su máxima expresión”.
En casos anteriores los hinchas han sido multados y vetados de otros eventos deportivos hasta por 5 años:
Este comportamiento, cuando menos repetitivo, ha generado amplia discusión en la comunidad deportiva desde que la Comisión Distrital de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol de Bogotá decidió sancionar a la barra brava de los Comandos Azules, luego de que sus miembros intentaran ingresar al estadio El Campín con un ataúd que, en su interior, contenía los restos de un aficionado.
El incidente, ocurrido el 7 de agosto del año anterior (2023) durante el enfrentamiento entre Millonarios y el Deportes Tolima y, rápidamente, se viralizó en las redes sociales, tras compartirse las imágenes de los fanáticos cargando el ataúd hacia el estadio.
José David Riveros, entonces secretario de Gobierno de Bogotá, manifestó su preocupación destacando que, aunque los aficionados no lograron llevar el ataúd hasta la grama o la tribuna, intentaron hacerlo por la fuerza. “Los identificados ya tienen una nota judicial por la denuncia instaurada tras la agresión contra servidor público,” añadió Riveros, haciendo hincapié en las consecuencias legales que enfrentarían los implicados, incluyendo la posibilidad de una restricción de entre 3 a 5 años para entrar al estadio y una multa que iba entre los 20 y los 100 salarios mínimos.
Como resultado, las graderías de El Campín quedaron prácticamente vacías durante el siguiente partido, contra el Once Caldas y es que la sanción no solo prohibía la entrada de miembros del CADC con la camiseta de Millonarios en los siguientes cinco partidos, sino también les exigía realizar una “acción reparadora para la ciudad, el equipo y los asistentes al estadio”.
La reacción de los CADC no se hizo esperar y a través de las redes sociales, expresaron que la ausencia en el partido era debido a que “La Norte” estaba sancionada por los hechos del 7 de agosto, mencionando que “‘El monito’, uno de los líderes de ese grupo, se merecía una despedida por lo alto en la tribuna que siempre decoró”.
Este, sin embargo, no fue el primer incidente de este tipo, pues, en marzo del 2011, en la ciudad de Cúcuta, la policía detectó a un grupo de aficionados que intentó ingresar al estadio General Santander con el cadáver de un menor de edad en un ataúd durante los últimos minutos de un partido entre el Cúcuta Deportivo y el Envigado.
El joven, identificado como Cristopher Alexander Jácome Sanguino, de 17 años, había sido asesinado a tiros días antes mientras jugaba un partido de fútbol. A los asistentes en las gradas, no les quedó de otra que presenciar con asombro cómo algunos seguidores de la barra ingresaron el féretro, burlando todos los controles policiales y normas de sanidad.