Un nuevo proyecto de ley enfocado en combatir la violencia y el acoso laboral fue presentado en la Cámara de Representantes, con el que se apoya el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este esfuerzo legislativo busca unirse a una coalición global de 36 países comprometidos con la erradicación de esta problemática en el ambiente laboral, reconociendo el acoso y la violencia como violaciones a los derechos humanos.
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La iniciativa cuenta con el respaldo de varios congresistas, la ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez, así como representantes de las comunidades afro y jóvenes, que destacan la importancia de combatir una realidad que, según estadísticas de la OIT, afecta desproporcionadamente a las mujeres en el lugar de trabajo.
María Fernanda Carrascal, representante del Pacto Histórico, es una de las voces en el Congreso que recalca la urgencia de este proyecto, revelando que un alto porcentaje de mujeres trabajadoras en Colombia han experimentado alguna forma de abuso o violencia en su entorno laboral, pero que muchas de ellas son reacias a denunciar por temor a represalias.
Además de proporcionar herramientas para sancionar el acoso laboral, este proyecto busca ofrecer garantías óptimas para la vida laboral de trabajadores negros, afrodescendientes, raizales y palenqueros, según comentó Aini Villa, presidenta de Sinafrocol.
El respaldo a este convenio subraya un esfuerzo integrador por parte de Colombia para alinearse con las medidas adoptadas por otros países latinoamericanos como Argentina, Uruguay y Ecuador, destacando un compromiso compartido en la región por mejorar las condiciones laborales y fomentar un entorno de trabajo respetuoso y seguro para todos.
Este proyecto no solo tiene el potencial de cambiar la dinámica laboral en Colombia, haciéndola más segura y equitativa, sino que también sitúa al país en el escenario global como parte de un movimiento más amplio hacia un trabajo decente y el respeto mutuo en el ámbito laboral. Se espera que el debate legislativo y eventual aprobación de esta ley inspiren acciones similares en otras naciones, extendiendo el impacto de la iniciativa más allá de las fronteras colombianas.
Reforma del Gobierno del presidente Petro busca promover el teletrabajo en el país
El Gobierno de Gustavo Petro propuso que la reforma laboral debe estar focalizada en aumentar la prevalencia del trabajo a distancia en Colombia. Este enfoque tiene como finalidad permitir que más empleados puedan ejercer sus labores desde sus hogares, garantizando una mejor calidad de vida al priorizar los espacios y tiempos personales. La estrategia delineada sugiere un cambio significativo hacia la reducción del trabajo presencial, según se explica en el proyecto de ley que actualmente espera aprobación del Congreso de la República.
El proyecto de ley estipula criterios específicos para la implementación de estas modalidades de trabajo remoto en las empresas, basado en el tamaño de su nómina. Aquellas con 20 a 50 empleados deberán tener al menos un 5% de su plantilla trabajando a distancia. El porcentaje se incrementa a 10% para empresas con 50 a 200 empleados y a 15% para las que cuenten con más de 201 trabajadores.
Estas medidas estarán sujetas a una fase de adaptación inicial optativa, seguida por una implementación gradual y obligatoria, siempre que las empresas no justifiquen ante el Ministerio del Trabajo la imposibilidad de aplicar estos cambios.
La reforma también prevé exenciones bajo ciertas condiciones, ofreciendo a las organizaciones la posibilidad de demostrar la inviabilidad de adoptar el trabajo remoto. Esta disposición busca flexibilizar la transición y adaptarla a las especificidades de cada sector y empresa.
Con estas directrices, el ejecutivo busca transformar el panorama laboral colombiano, adaptándolo a las nuevas realidades del siglo XXI y mejorando las condiciones de trabajo de la población.
En conclusión, la iniciativa del Gobierno del presidente Petro se presenta como un paso hacia la modernización del entorno laboral en Colombia, enfatizando la importancia de adaptarse a modalidades de trabajo que favorezcan tanto a empresas como a trabajadores. Aunque el proyecto aún debe ser discutido y aprobado en el Congreso, marca un rumbo claro hacia el fomento del trabajo a distancia, en línea con las tendencias globales de flexibilización laboral.