Pocas horas antes de que Salvatore Mancuso llegue a Colombia desde Estados Unidos, la Fiscalía le sumó otro crimen a los miles que tiene pendientes ante la justicia: el homicidio del exdecano de la Universidad del Magdalena Roque Alfonso Morelli Zarate, que Jorge 40 reconoció haber cometido como coautor.
El caso está a cargo de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos que resolvió la situación jurídica de Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40. Una fiscal le impuso medida de aseguramiento de detención preventiva en centro carcelario como presunto responsable del homicidio del exdecano.
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De acuerdo con la Fiscalía, Jorge 40 fue quien impartió las órdenes, como cabecilla del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que llevaron que integrantes de esa estructura atentaran en contra del docente y sindicalista, el 5 de septiembre de 2002, en Santa Marta.
Tovar Pupo ya había aceptado haber participado en el crimen en una indagatoria que se realizó el 7 de junio de 2022 para acogerse a sentencia anticipada. La condena se dictará por la judicatura próximamente, de acuerdo a lo previsto en la Ley 600, antiguo sistema penal.
En medio de esa decisión, la Fiscalía ordenó vincular formalmente al caso a Salvatore Mancuso Gómez, como posible autor del asesinato. Así mismo, ordenó que el exjefe paramilitar sea citado a indagatoria para que responda a los señalamientos, la que se realizará en Colombia, debido a su deportación a Colombia prevista para el 27 de febrero.
Mancuso fue el encargado de la creación del Bloque Norte para incursionar en la costa atlántica, principalmente en los departamentos del Atlántico, Guajira, Magdalena y Cesar. Una vez se conformaron las AUC, el encargado de liderar esa estructura fue Jorge 40.
“El Mono Mancuso”, como era el alias del líder paramilitar, era el encargado de la comandancia de los frente del Bloque Norte, que de acuerdo con los estatutos, tenía el propósito de hacer “oposición política y militar al aparato armado subversivo en las mismas condiciones de provocación y agresión planteadas por las organizaciones guerrilleras”.
El homicidio de Roque Morelli
Para el momento de su muerte, Roque Alfonso Morelli Zárate era decano de la Facultad de Educación de la Universidad del Magdalena, donde se desempeñaba desde 1996 como docente de cátedra. Posteriormente fue designado por el rector Carlos Caicedo Omar como coordinador de la Red de Universidades por la Paz, Redeunipaz.
El docente había sido dirigente sindical y social reconocido en el departamento, luego de haber sido líder estudiantil en el Instituto Técnico Industrial en Santa Marta y secretario de la Juventud Comunista. Así mismo militó dentro de las filas de la Unión Patriótica.
Para la primera década de los 2000, la estrategia de expansión paramilitar en el Atlántico con una arremetida violenta en contra de líderes de la UniMagdalena. En mayo de ese año fue asesinado el líder estudiantil Hugo Elías Maduro Rodríguez y un año después la víctima fue el vicerrector Julio Alberto Otero Muñoz.
El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo sostiene que las declaraciones recogidas dentro de la investigación señalan que los paramilitares tenían una lista en la que se encontraban los nombres de las tres víctimas, a las que ordenaban eliminar por “inconvenientes”, dentro de la estrategia de la organización por tomar el control de entidades públicas.
El Bloque Norte había emprendido una cooptación de las entidades públicas como forma de financiamiento, a través de contratos, según las sentencias en contra de sus miembros en Justicia y Paz.
Dentro del crimen de Morelli han sido condenados Edgar Ochoa Ballesteros, alias Morrocy, y el exagente de la Sijín Leonardo de Jesús Ariza. Así mismo, están vinculados Adán Rojas Mendoza y José Gregorio Rojas Mendoza, miembros del ‘Clan Rojas’, quienes han señalado a Carlos Caicedo como presunto determinador del homicidio.