Dos trabajadores quedaron atrapados en Cartagena mientras realizaban labores en el Cementerio Jardines de Cartagena. Los obreros, que se encontraban excavando una tumba, cayeron accidentalmente en un pozo de cuatro metros de profundidad, y fueron cubiertos por arena.
La rápida acción del Cuerpo de Bomberos de Cartagena y la Oficina Asesora para la Gestión del Riesgo de Cartagena (Oagrd) resultó crucial para su rescate.
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La complejidad del rescate aumentó cuando intentos de ayuda por parte de civiles provocaron que más tierra cayera sobre los accidentados, complicando la situación. Sin embargo, una operación coordinada que incluyó al Departamento Administrativo de Salud, Defensa Civil, Policía Nacional, además de los ya mencionados bomberos y la OAGRD, permitió finalizar con éxito el rescate. Los hombres fueron trasladados a centros médicos donde se evaluó su estado de salud, confirmando que estaban a salvo.
El Universal resaltó la eficacia y coordinación entre las diferentes entidades de respuesta ante emergencias de Cartagena, subrayando la importancia de la colaboración para la resolución de esta crisis. Este incidente ha servido para recordar a la ciudadanía la importancia de reportar inmediatamente cualquier situación de emergencia al número de emergencias 119, ya que la prontitud en la comunicación es a menudo determinante para salvar vidas en situaciones críticas.
Inicio de la demolición de Aquarela, vigilada por el Ministro Juan David Correa
La demolición del edificio Aquarela en Cartagena comenzará este miércoles 28 de febrero, bajo la supervisión del Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, Juan David Correa, y la gestión de Edurbe.
El proceso, que tiene un costo estimado de 11.897 millones de pesos colombianos, estará liderado por Atila, compañía calificada de Cali especializada en demoliciones complejas. Se proyecta que esta tarea dure seis meses, optando por el desmonte gradual piso a piso para proteger los edificios circundantes y el patrimonio cultural de la zona.
La elección de Atila por parte de Edurbe para llevar a cabo este delicado procedimiento se basa en sus 30 años de experiencia sin incidentes en demoliciones de alto perfil, como las implosiones de las torres Space y Continental Towers en Medellín. Además, el cuidado hacia la seguridad de los trabajadores y la minimización del impacto ambiental han sido factores clave en su contratación. La empresa empleará técnicas avanzadas, como el corte con hilo diamantado, para asegurar un desmonte seguro y eficaz que preserve la integridad estructural de las áreas adyacentes.
“Estamos satisfechos por hacer un proceso de selección en el que encontramos la empresa con mayor idoneidad del mercado en este tipo de demoliciones, con relación a defender nuestro patrimonio cultural e histórico, y preservar la seguridad del Castillo San Felipe y de las viviendas aledañas a Aquarela. Esta compañía no ha tenido reclamos de las empresas aseguradoras y cuenta con el respaldo gubernamental en sus proyectos”, explicó Fanny Guerrero, gerente de Edurbe.
Esta decisión marca la conclusión de una larga controversia sobre el Aquarela, cuya construcción fue objetada por amenazar el patrimonio histórico de Cartagena, ciudad reconocida como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
La negociación con Edurbe y la selección de Atila reflejan una meticulosa atención hacia la conservación del Castillo San Felipe y las viviendas cercanas, sin precedentes en proyectos de esta magnitud en la región. Además, se ha mantenido un diálogo con las comunidades vecinas para asegurar su bienestar durante el proceso.
En suma, la deconstrucción del edificio Aquarela no solo busca rectificar un error urbanístico, sino también establecer un precedente en cuanto a la responsabilidad y meticulosidad con la que deben manejarse proyectos de esta envergadura, especialmente en zonas de gran valor histórico y cultural. Con información de medios como El Tiempo y El Universal.