Colombia es un país que se ha visto fuertemente afectado por la violencia a lo largo de los años, y la situación en algunas zonas apartadas parece no mejorar con el pasar del tiempo. Precisamente, este es el caso que está ocurriendo en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Cientos de los indígenas wiwas, afrodescendientes y comunidades campesinas que han vivido de cerca la violencia ahora deben huir de sus territorios por causa de la influencia de grupos armados como el Clan del Golfo y Los Pachencas, que se están disputando el control por el territorio.
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De acuerdo con los organismos humanitarios, estas poblaciones sufrieron en carne propia el temor ocasionado por los enfrentamientos entre ambos grupos criminales, por lo que se ha instado a las autoridades a garantizar una vida tranquila para las comunidades de la zona.
Uno de los llamados fue hecho por la Organización de las Naciones Unidas en Colombia, que pidió una pronta intervención para evitar que se sigan presentando casos de desplazamiento:
“Manifestamos preocupación por situación de los pueblos Wiwa y afro y de las comunidades campesinas en la Sierra Nevada de Santa Marta (La Guajira), como consecuencia de enfrentamientos entre grupos armados en su territorio”.
Del mismo modo, desde la entidad internacional ampliaron su llamado urgente a las autoridades con el fin de “garantizar la vida e integridad de esta población, así como la atención inmediata de las familias desplazadas”, que se movilizaron hasta territorios cercanos, incluso, Riohacha recibió una gran cantidad de estas personas.
Desplazamientos en la Sierra Nevada de Santa Marta
Desde la noche del sábado 24 de febrero se han reportado enfrentamientos en las zonas pertenecientes al corregimiento de Las Palmas, específicamente en las veredas de El Limón y Carrizal, que se encuentran situadas en el territorio del resguardo kogui, malayo, arhuaco.
Estas hostilidades han impactado también a las comunidades de Las Casitas, La Laguna, Guamaca y Potrerito, ubicadas en los límites de los municipios de Riohacha y San Juan del Cesar, generando fuertes afectaciones en la población. Por eso, en un intento por restablecer la tranquilidad para los pobladores, el Ejército ha sido desplegado en la región.
El secretario de Gobierno Departamental, Misael Velásquez, ha informado que estas medidas buscan proteger la vida de los habitantes. Además, se ha hecho un llamado a las comunidades afectadas para que se desplacen hacia zonas seguras, evitando así ser víctimas del fuego cruzado.
Muchos indígenas afectados por la situación han optado por abandonar sus hogares, llevando consigo lo esencial y buscando refugio en la comunidad de Las Casitas, según el reporte del funcionario, el cual afirmó que algunas de las familias se han movilizado hacia corregimientos en zonas rurales de Riohacha.
Algunos han decidido quedarse en este último lugar, mientras que cerca de 200 de ellos han continuado su camino hacia la capital de La Guajira, encontrando refugio en la Casa Indígena, donde también esperan apoyo por parte del Gobierno nacional.
Este conflicto reitera las tensiones existentes en la región y también resalta las difíciles condiciones a las que las comunidades indígenas se enfrentan. Con la respuesta rápida del Ejército se busca minimizar el impacto del conflicto sobre los civiles.
La situación en Riohacha y sus alrededores permanece tensa, sin embargo, las autoridades están trabajando arduamente con el fin de garantizar la seguridad y el bienestar de todos los afectados. Entre tanto, la comunidad internacional sigue atenta al desarrollo de estos eventos, esperando que se llegue a una resolución pacífica que restablezca la normalidad en estas zonas tan golpeadas por el conflicto.