Policías muertos en el accidente del helicóptero en Antioquia participaron en la búsqueda de Mane Díaz

En el siniestro del helicóptero UH-60 Black Hawk murieron cuatro miembros de la Policía

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Así quedó el helicóptero de la Policía Nacional que cayó en Caramanta (Antioquia) - crédito @ColombiaOscura/X
Así quedó el helicóptero de la Policía Nacional que cayó en Caramanta (Antioquia) - crédito @ColombiaOscura/X

Un trágico accidente cobró la vida de cuatro miembros de la Policía Nacional en una zona montañosa de Caramanta, Antioquia, cuando el helicóptero UH-60 Black Hawk en el que viajaban se estrelló.

La aeronave, que cubría la ruta Caucasia-Medellín-Tuluá, era piloteada por el mayor Juan Carlos Morales Sáenz, acompañado del copiloto, capitán César Andrés Rodríguez Ospina y los subintendentes Féder Alejandro Celis Núñez y Rafael Antonio González Roncancio. Este equipo había jugado un papel crucial en la operación de búsqueda de Manuel ‘Mane’ Díaz, padre del jugador del Liverpool Luis Díaz, secuestrado por el ELN y posteriormente liberado.

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Este grupo de policías, destacado por sus operaciones de inteligencia y búsqueda, habían sido asignados a esta misión por instrucciones directas del director de la Policía, el general William René Salamanca. La misma tripulación y el mismo helicóptero habían participado en la búsqueda de Díaz en la región de La Guajira en noviembre del 2023, una operación que se extendió durante diez días.

En menos de tres semanas, las Fuerzas Armadas de Colombia han sufrido el segundo accidente de un helicóptero Black Hawk, acontecimiento que ha cobrado la vida de cuatro miembros del Ejército Nacional. El otro incidente ocurrió en una zona rural de Unguía, Chocó, el 5 de febrero, afectando gravemente a la tripulación compuesta por el mayor Karol Felipe García, el teniente Jhon Barbosa, el sargento Javier Reino y el capitán Darío Bernal Toloza.

Las hipótesis

De acuerdo a las investigaciones preliminares comunicadas por la Policía Nacional, se sugiere que el accidente pudo haber sido ocasionado por las adversas condiciones climatológicas, específicamente la densa niebla presente en el momento del siniestro, podrían haber jugado un papel crucial en el accionar de este trágico evento.

Se menciona que la necesidad de volar mediante instrumentos bajo tales circunstancias no es la situación más adecuada dada la baja altura de operación que caracteriza a los vuelos en helicóptero, lo que dificulta considerablemente la visibilidad del entorno.

Los policías que fallecieron en el siniestro hicieron parte del rescate de papá de Luis Díaz - crédito Policía
Los policías que fallecieron en el siniestro hicieron parte del rescate de papá de Luis Díaz - crédito Policía

El helicóptero militar estaba bajo la supervisión de la Oficina de Seguridad Aérea de la Aviación Policial, por eso expertos capacitados tanto a nivel nacional como internacional, siguiendo estrictos estándares, están al frente del caso para determinar las causas que llevaron al siniestro. Se ha sugerido que la aeronave, perteneciente a la Sikorsky Aircraft Corporation de Estados Unidos, podría haberse enfrentado a problemas debido a un sobrepeso, provocado por el transporte de víveres destinados a las tropas.

Aumenta la preocupación

Dos siniestros de helicópteros militares en Colombia durante el año pasado han resaltado preocupaciones por la seguridad de la aviación militar y la práctica de la ‘canibalización’ de repuestos. El 19 de marzo, un helicóptero UH 1N se estrelló en Quibdó, Chocó, dejando sin vida a sus cuatro ocupantes, incluyendo a la destacada piloto, la teniente Julieth García.

En otro incidente, el 15 de octubre, un helicóptero M-17 se precipitó sobre una casa en Anorí, Antioquia, resultando en heridas para 7 militares y 5 civiles. Las investigaciones indicaron que las causas fueron fallas mecánicas y exceso de peso, respectivamente.

Según la información de El Tiempo, pese a la confianza en la rigurosidad de los mantenimientos y la capacitación de las tripulaciones, estos accidentes han generado inquietudes en cuanto a la seguridad. Además, se ha revelado que el mantenimiento de las flotas ha estado marcado por la dificultad en adquirir repuestos nuevos, lo que ha llevado a la Fuerza Pública a apelar a la ‘canibalización’, un proceso en el que se desmontan partes de aeronaves inoperables para mantener en vuelo a otras.

Este problema se ha visto exacerbado con los helicópteros MI-17, adquiridos entre 1996 y 2009 de Rusia, cuyas refacciones se han vuelto inaccesibles debido al conflicto entre Rusia y Ucrania.

El mismo medio de comunicación indicó que la flota de helicópteros UH-1N y UH-1H, conocidos también como Bell, emblemáticos desde la guerra de Vietnam, enfrentan una retirada gradual de operación en el contexto militar debido a dificultades administrativas y financieras para la adquisición de repuestos esenciales.

A pesar de que una completa remodelación podría extender su utilidad hasta el 2030, se ha optado por desmantelar uno o dos anualmente para aprovechar sus partes en el mantenimiento de modelos menos obsoletos.

Ese es el grupo de personas que se encargó de la búsqueda del helicóptero accidentado - crédito Policía
Ese es el grupo de personas que se encargó de la búsqueda del helicóptero accidentado - crédito Policía

Por otro lado, la situación contrasta con la Policía Nacional, que ha visto un fortalecimiento en su flota aérea gracias a la recepción de helicópteros de las series Alfa y Lima, modernizados y entregados por Estados Unidos. Este refuerzo, según reportes, está orientado a intensificar las labores contra el tráfico de drogas, la protección ambiental y la seguridad en zonas rurales.

El coronel de la reserva activa de la Policía Jorge Mendoza, con experiencia como piloto instructor y administrador de mantenimiento aeronáutico, destacó en El Tiempo la importancia de analizar concienzudamente las causas detrás de los accidentes de helicópteros pertenecientes a las fuerzas del orden.

Identificar y atenuar, o idealmente erradicar, los factores de riesgo constituye un pilar esencial para garantizar la seguridad de las operaciones aéreas. Mendoza enfatiza que desde el momento del despegue, las aeronaves enfrentan riesgos, haciendo indispensable el cumplimiento estricto de las normas de seguridad y mantenimiento establecidas.

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