En los últimos tiempos, ha surgido una creciente preocupación en Colombia respecto a la tendencia emergente de niñas entre 9 y 12 años que participan activamente en la cultura del maquillaje.
Las redes sociales han sido testigos de una avalancha de publicaciones que muestran a estos jóvenes entusiastas adquiriendo y aplicando productos de belleza.
Aunque la expresión personal y la creatividad son aspectos fundamentales del desarrollo infantil, la cuestión radica en si esta tendencia es saludable para la formación de la identidad de los niños o si, por el contrario, plantea preocupaciones sobre la presión social y la influencia mediática.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel.
Estos jóvenes visitantes no solo son ávidos consumidores de productos de belleza, sino que también han sido protagonistas de altercados, incluido el apoderarse de productos de otras personas. Entre las marcas más disputadas se encuentra Drunk Elephant, recientemente nombrada como “obsesión adolescente” por Glamour.
De hecho, una de las tendencias más destacadas en este fenómeno es el denominado “Arréglate Conmigo” (Get Ready With Me, Grwm, por sus siglas en inglés), un término que se ha popularizado en plataformas como YouTube, Instagram y Tik Tok.
Allí, bajo las etiquetas #sephora, #sephorakids o #grwm, se pueden encontrar evidencias visuales de esta tendencia. Usuarios comparten imágenes de estantes desordenados y narran incidentes de conflictos entre las jóvenes consumidoras y el personal de las tiendas.
El Grwm consiste en grabar y compartir videos en los que los usuarios, en su mayoría jóvenes y mujeres, muestran su rutina de maquillaje, compartiendo consejos y trucos con su audiencia. Aunque inicialmente dirigido a adolescentes y adultos jóvenes, ha llamado la atención cómo niñas preadolescentes han adoptado esta práctica como parte de su vida diaria.
Esta tendencia plantea interrogantes importantes sobre la influencia de las redes sociales y la presión para conformarse a ciertos estándares de belleza desde temprana edad. ¿Están estas niñas maquillándose porque disfrutan de la expresión artística o porque sienten la necesidad de cumplir con las expectativas impuestas por la sociedad? La línea entre la autonomía personal y la presión externa se vuelve difusa en este contexto.
Frente a lo anterior, Infobae consultó expertos para determinar qué tan saludable es que una niña use ese tipo de artículos. Además, surge la interrogante sobre la disponibilidad de estos productos de belleza para niños en el mercado colombiano: ¿Están diseñados pensando en la seguridad y la salud de la piel de los niños, o son simples versiones reducidas de productos dirigidos a adultos?
La falta de regulación y control en este aspecto puede plantear riesgos para la salud de los infantes, considerando que su piel es más sensible y propensa a reacciones adversas.
De hecho, Astrid Lorena Ruiz, médica dermatóloga, clínica y estética adscrita a Colsanitas dijo que si bien “no es peligroso sí puede verse afectada la piel. Las características de las pieles infantiles son diferentes a las pieles adultas y sus necesidades también”.
Añadió que “las afectaciones (a la piel de los menores) se darían a corto plazo, pueden presentarse reacciones irritativas o alérgicas debido a la inmadurez del sistema inmune cutáneo, ya que la piel infantil es más delgada y más sensible.
Frente a los productos como el acido hialurónico, la experta indicó que aunque “el ácido hialurónico y otros principios activos podrían no ser dañinos para la piel infantil, el tema no es sólo que se afecte la piel de los niños. Va más allá de eso, tiene que ver con la salud mental. Estamos viendo un nuevo concepto llamado cosmeticorexia que es la adicción al skincare y a productos cosméticos antiedad. Lo que tiene que ver con la autoestima, autoimagen, el tema de redes sociales, el anhelo de la sociedad de tener una “piel perfecta”, lo cual está permeando a la infancia”.
Con el objetivo de aclarar si un menor puede usar algo para su piel indicó que lo que deben usar es lo básico: “Limpiador, hidratante y protector solar”. Además señaló que el uso de productos cosméticos desde tan temprana edad podría llevar “al desarrollo de un acné cosmético. El maquillaje puede ocluir los poros generando así comedones y aumento en la producción de sebo”.
Asimismo dejo claro que no existe una edad recomendada para usar maquillaje , pero se debe ayudar a la niña a preguntarse el propósito de maquillarse. Añadió que la comunicación entre padres e hijos es fundamental, pues ellos deben “entender sus expectativas, aclararlas, indicarles a los niños que hay un tiempo para todo y no sobra que los padres ayuden a retardar el inicio de hábitos que pueden generar efectos deletéreos, en este caso en la piel. Ya más específicamente entender que un niño solo necesita un cuidado básico se la piel con limpieza, hidratación y protector solar y por supuesto la recomendación es que sean asesorados por el dermatólogo quien es el especialista en la salud de la piel”.
El papel de los padres
Los padres y educadores juegan un papel crucial en esta discusión. ¿Es adecuado alentar o desalentar a los niños a participar en la cultura del maquillaje a temprana edad? La clave puede residir en fomentar la autoexpresión y la creatividad de manera saludable, sin que los niños se sientan presionados a adherirse a estándares de belleza poco realistas.
Con lo anterior la terapeuta psicosocial, PhD y líder de la Facultad de Terapias Psicosociales de la Universidad Antonio Nariño, Karol Vásquez, le dijo a Infobae que: “Es muy común que muchos niños y niñas y adolescentes tiendan a asumir patrones de etapas más avanzadas para querer verse, sentirse y ser tratados como adultos en medio de un deseo de ser aceptado socialmente y con una forma de proyectar esa identidad que aún están buscando.
Con lo anterior, es importante el diálogo y la comunicación con ellos para orientarles y que ellos puedan vivir la etapa del ciclo vital en la que están los niños y niñas deben vivir como tal, no son adultos pequeños, deben disfrutar con plenitud esa etapa de su ciclo vital”.
Añadió que “en su proceso de formación absorben como esponjas lo que pasa a su alrededor, tienden a aprender por imitación y por eso es tan importante el ejemplo que podemos enseñarle a través de nuestras acciones, aquello que ven tienden a repetirlo por tanto el ejemplo que le demos como adultos va de ser determinante”.
En cuanto el uso y acceso de los menores a redes sociales, la experta advierte que “los efectos psicológicos que puede tener la en la mente de un niño al contacto constante con redes sociales es muy significativo, pues las redes sociales se han convertido para muchos niños niñas y adolescentes en un mundo paralelo que en ocasiones los desconecta de la realidad y los lleva a construir ese ideal de vida que anhelan; donde la influencia social, la aceptación de los otros, la opinión que tengan los demás incluso así sean extraños empieza a cobrar mucha fuerza y determina incluso aspectos vitales de la vida de los niños2.
Señaló que esta etapa es fundamental porque todavía están en el proceso de construcción de su autoestima y las opiniones se convierten en un punto clave y “esta influencia se ve sin duda alguna de manera más profunda a través de de los medios de comunicación y las redes sociales al construir este mundo paralelo ellos allí consideran que sienten y tienen aceptación refugio apoyo incluso emociones, sentimientos y momentos que perciben en la vida real con las personas con las que conviven o con las que interactúan permanentemente no lo tienen y es allí donde también si no se acompaña de manera responsable y permanente”.
Dejo claro que los padres son un punto fundamental en el uso y acceso de los menores a las redes sociales ya que “los padres, madres y cuidadores son los que pueden determinar la edad a partir de la cual ellos pueden tener acceso. El acompañamiento que les den y la orientación son aspectos que sin duda alguna son responsabilidad de los adultos (...) quizás como adultos no brindar el suficiente apoyo diálogo, orientación y acompañamiento o permitir el uso de redes sociales a temprana edad, es decir, un niño menor de 14 años, no debería tener acceso a redes sociales y a partir de los 14 años debería usarlo con acompañamiento restricciones, usos educativos y en general con una supervisión porque el riesgo es latente”.
El impacto de esta tendencia va más allá del simple hecho de la presencia juvenil en estas tiendas. Las implicaciones incluyen un cambio en las estrategias de marketing y venta de las cadenas de productos de belleza, así como posibles desafíos en la gestión del comportamiento de los clientes dentro de los establecimientos. Este fenómeno también plantea preguntas sobre cómo las marcas de belleza pueden adaptarse para satisfacer tanto a su audiencia establecida, los jóvenes y adultos, como a este emergente segmento de consumidores menores de edad.
En conclusión, la tendencia del maquillaje para niños y la cultura del “Arréglate Conmigo” en Colombia plantea preguntas pertinentes sobre la influencia de las redes sociales, la presión social y la disponibilidad de productos seguros. En este debate en evolución, es esencial encontrar un equilibrio que permita a los niños explorar su identidad de manera saludable y sin presiones externas indebidas.