El martes 20 de febrero, las playas de Santa Verónica, localizadas en Juan de Acosta, Atlántico, enfrentan la presencia de un ser marino peligroso conocido comúnmente como la fragata portuguesa. Esta misma situación también se presentó en días anteriores en San Andrés islas.
Los informes surgieron después de que visitantes y deportistas alertaran sobre los riesgos asociados a este organismo, también llamado carabela portuguesa, agua mala, botella azul o falsa medusa. La Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CAR) y Parques Nacionales Naturales de Colombia emitieron advertencias con respecto a los serios efectos nocivos que su contacto puede provocar.
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Alberto Cianci, líder de la Asociación de Cabañas en Villas Santa Verónica, fue quien dio a conocer el peligro de estos organismos marinos. La CAR Atlántico subrayó que la exposición a este ser puede desencadenar reacciones alérgicas severas, urticaria, y un intenso dolor y ardor en el área afectada.
Desde Parques Nacionales Naturales se enfatizó en la gravedad de los efectos del veneno de la fragata portuguesa, alertando sobre la posible necesidad de asistencia médica inmediata en casos de contacto, debido al riesgo de choque anafiláctico que podría desencadenar.
Las alertas y recomendaciones emitidas buscan prevenir incidentes entre los bañistas y afición al deporte acuático que frecuentan estas áreas. Se insta a la comunidad y turistas a mantenerse informados y proceder con precaución en las inmediaciones de estas zonas costeras para evitar encuentros no deseados con esta especie marina. La coordinación entre autoridades locales y organismos de seguridad continúa monitoreando la situación para garantizar la seguridad de todos los visitantes de estos destinos turísticos.
Qué es la fragata portuguesa y cómo actuar ante una picadura de esta especie marina
La Physalia physalis, más conocida como fragata portuguesa, es considerada como un riesgo para los bañistas en áreas costeras dada su capacidad para inmovilizar peces grandes y afectar a las personas mediante el contacto con sus tentáculos dotados de cnidocitos (estas células especiales segregan una sustancia urticante y cuya misión es tanto la defensa contra los depredadores como el ataque para capturar presas).
La Corporación para el Desarrollo Sostenible del Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), hizo un llamado a la población y a los turistas de estas zonas advirtiendo sobre los peligros asociados a esta especie marina, instando a que se tomen precauciones específicas para evitar incidentes.
Cuando estas criaturas son avistadas en sectores de baño, se recomienda no ingresar al agua y abstenerse de tocar ejemplares que puedan encontrarse varados en la arena, debido a la dificultad para identificar visualmente los tentáculos, que son portadores de sustancias urticantes.
En caso de contacto accidental, es vital lavar la zona afectada exclusivamente con agua salada y retirar cualquier residuo de tentáculos sin contacto directo para prevenir la activación de más cnidocitos y la liberación de toxinas. No se recomienda el uso de vinagre, agua dulce o realizar fricciones con arena o toallas en el área lesionada.
Las directrices de seguridad se extienden incluso después de un encuentro con la fragata portuguesa, enfatizando la importancia de la atención médica inmediata para aquellos que presenten reacciones alérgicas.
La manipulación o el mero contacto con estos organismos, tanto en el agua como en tierra, puede resultar en una dolorosa “picadura” o quemadura debido a la presencia de los cnidocitos activos, capaces de liberar toxinas incluso después de la muerte del animal.