El fútbol colombiano enfrenta un nuevo desafío legal tras la presentación de una demanda por parte del club Once Caldas contra Atlético Bucaramanga.
La acción se basa en acusaciones de suplantación de identidad relacionadas con el jugador Fabio Delgado durante el encuentro de la quinta fecha el pasado 10 de febrero. La controversia invoca el artículo 83 del código disciplinario, generando una profunda revisión de los protocolos disciplinarios en el deporte.
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La situación se destapó cuando Jaime Elías Quintero, presidente del Atlético Bucaramanga, reveló en una entrevista en el programa radial de Cheché Hernández que su club había sido notificado de la demanda interpuesta por Once Caldas.
El fundamento de dicha acción se centra en la supuesta suplantación de identidad de Delgado, un incidente que abre un complejo debate legal y ético en el ámbito deportivo.
¿Qué dice la ley?
El artículo 83 citado en la demanda establece sanciones severas, incluida la derrota por retirada para el club que permita la participación de un jugador que suplante a otro, lo cual pone en riesgo potenciales puntos y la reputación de cualquier equipo involucrado.
La polémica se intensifica con antecedentes recientes donde medios de comunicación apuntaron que Delgado fue acusado de suplantar identidad la semana previa al mencionado partido.
Estas alegaciones, contrastadas por declaraciones en el entorno del jugador que insinúan que él fue la víctima de la suplantación, añaden capas de complejidad al caso.
Dicha situación plantea interrogantes sobre los procesos de verificación y seguimiento de la identidad de los futbolistas dentro de los procedimientos administrativos y deportivos de los clubes y la liga.
¿Quiénes más están involucrados?
Este incidente no solo enfrenta a Once Caldas y Atlético Bucaramanga en un plano legal sino que también desafía a la Dimayor y la comisión disciplinaria a tomar postura frente a un posible precedente en cuestiones de identidad y ética deportiva.
A medida que el caso avanza, queda clara la necesidad de una revisión exhaustiva de las prácticas y políticas que rigen la conducta y la integridad de los participantes en el fútbol colombiano.
Es probable que el desarrollo de este evento tenga ramificaciones que superen el ámbito de un solo partido o jugador, incitando a una reflexión más amplia sobre la gestión deportiva y disciplinaria en el país.
Fabio Delgado: capturado por la Fiscalía previo al partido
El pasado jueves 15 de febrero, un incidente sorprendió al equipo de Atlético Bucaramanga cuando un jugador fue detenido por la Fiscalía debido a una orden de captura por suplantación de identidad, justo antes de su encuentro con América de Cali en el estadio Pascual Guerrero, evento que marcaba la celebración de los 97 años del equipo local con más de 25.000 asistentes.
El implicado, el lateral izquierdo Fabio Delgado, fue retirado de la lista de convocados mientras resolvía su situación legal, siendo liberado al día siguiente. Según detalles revelados por el diario El País, funcionarios se presentaron en el hotel donde se concentraba el equipo, solicitando a Delgado por acusaciones que implicaban la posible usurpación de la identidad de otro individuo.
Este hecho generó conmoción dentro del grupo y dejó a los directivos del Atlético Bucaramanga evaluando el futuro del jugador dentro de la institución. Las afirmaciones acerca de que Delgado jugaba bajo documentos falsificados complican aún más el panorama, con representantes del club afirmando que un abogado ya estaba supervisando el caso para defender al deportista.
A medida que surge el debate sobre las próximas acciones a tomar con Delgado, si desvincularlo inmediatamente o apoyar su defensa legal, la situación subraya un problema mayor dentro del fútbol colombiano relacionado con la falsificación de identidades y las apuestas ilícitas. La inicial condena al jugador como victimario tomó un giro cuando desde algunos sectores se le comenzó a considerar víctima de la suplantación.