En Cartagena, una perla turística de Colombia, recientes denuncias de turistas destapan un patrón alarmante de estafas y cobros excesivos. Puestos tanto formales como informales están involucrados en prácticas cuestionables al ofertar sus servicios a visitantes, a menudo elevando drásticamente las tarifas al final del servicio o vendiendo productos a precios exorbitantes.
Entre las inusuales tarifas reportadas figuran comidas y bebidas con costos sorprendentemente altos; por ejemplo, mojarras a $150.000 y limonadas a $70.000, cervezas a $45.000 y hasta botellas de agua por $ 15.000. Los turistas extranjeros, en particular, se encuentran en un mayor riesgo debido a su desconocimiento de los precios locales.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel.
Un creador de contenido italiano conocido como Zazza documentó, a través de un video en YouTube, cómo operan estos estafadores con turistas. La pieza muestra el modo de actuar de vendedores que se aprovechan de la vulnerabilidad de los visitantes, aplicando tácticas de engaño como ofertar precios inicialmente bajos para luego cargar costos adicionales no acordados.
Así estafan en la Ciudad Amurallada
El material audiovisual del italiano revela, paso a paso, las diversas estrategias empleadas por los vendedores para inflar los precios o solicitar pagos no justificados por servicios tan básicos como dar indicaciones. A lo largo del recorrido del creador de contenido, se destacan varios encuentros con vendedores locales. Desde peticiones de propina solo por ofrecer direcciones, hasta ofertas de drogas y servicios de masajes a precios inflados.
De hecho, en el clip se aprecia inicialmente al extranjero, que iba caminando hasta la playa de Bocagrande, desde la playa Hollywood; allí lo aborda un local que le indicó cómo llegar al sitio. Pese a que dar una indicación es completamente gratis, el hombre le cobró $10.000 solo por ubicarlo.
Segundos después, otro individuo llegó ofreciéndole todo tipo de bebidas y alimentos, sin embargo, al percatarse de que el turista estaba grabando un video, este le pidió que apagara la cámara e inmediatamente procedió a ofrecerle cocaína y toda clase de estupefacientes. Asimismo, el experimento ilustra cómo, en cuestión de minutos, los turistas pueden ser abrumados con ofertas y demandas de dinero por servicios que, o bien, no solicitaron o que se cotizan a precios desorbitados.
Minutos más tarde, cuando el creador digital al fin ingresó a la playa que buscaba, fue abordado por dos mujeres que le ofrecieron un servicio de masajes y pese a que él manifestó que solo podía pagar un servicio, ambas personas comenzaron a masajearlo. Cabe aclarar que este servicio solo duró 10 minutos y esta fue la tabla de precios que le presentaron al turista:
- Masaje para pies $ 70.000
- Masaje cervical: $ 60.000
- Masaje completo: $ 200.000
- Masaje medio: $ 100.000
Incluso, cuando Zazza acepta un paseo en jetski por un precio acordado de $40.000 por 10 minutos, el operador del vehículo intenta extorsionarlo para aumentar el precio durante el servicio. En el clip queda en evidencia que el hombre que le ofreció el servicio fue distinto al hombre que condujo el jetski. Luego de descender de este y finalizar el viaje, los hombres le cobraron doble vez, pidiéndole que cancelara en total $50.000, incluida la propina del piloto.
Esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de medidas efectivas para proteger a los visitantes de prácticas comerciales desleales y asegurar que la experiencia turística en Cartagena se mantenga positiva. La exposición de tales prácticas no solo busca informar a futuros visitantes, sino también impulsar a las autoridades y organismos turísticos a tomar cartas en el asunto para preservar la reputación de Cartagena como destino amigable y seguro.