La Fábrica de Licores del Tolima afronta grandes desafíos económicos, lo que ha llevado a Adriana Magali Matiz, gobernadora del departamento y presidenta de su junta directiva, a implementar medidas severas de ahorro, modernización y mejoras en la comercialización.
Estas acciones buscan revertir la situación financiera adversa de la institución. La gerente de la fábrica, Nidia Victoria Castillo, recibió instrucciones para dirigir estos cambios, con un enfoque particular en garantizar la exclusividad del aguardiente Tapa Roja en eventos locales, como una estrategia para impulsar las ventas y la presencia de marca.
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“Con la Fábrica de Licores nosotros tenemos que trabajar en tres temas que son muy importantes: la primera es el tema de austeridad del gasto. Necesitamos apretarnos el cinturón para que la Fábrica de Licores pueda dar rendimiento financiero. En segundo lugar, la modernización de la línea de producción y el tercer tema es la comercialización de sus productos”, sostuvo la gerente Castillo.
Ante la mencionada crisis financiera, la gobernación ha puesto un énfasis especial en tres áreas críticas: la reducción de gastos, la actualización tecnológica de los procesos de producción y una estrategia comercial agresiva para promocionar sus productos. Estas medidas buscan no solo mejorar la solvencia financiera de la Fábrica de Licores del Tolima, sino también fortalecer su competitividad en el mercado.
Uno de los retos más significativos ha sido el manejo de las consecuencias derivadas de decisiones anteriores que permitieron la entrada de competidores externos al mercado local, situación que ahora se maneja con cautela para evitar potenciales litigios.
Históricamente, la decisión de permitir la venta de aguardientes de otras regiones en Tolima ha tenido un impacto financiero negativo para la fábrica, lo que complica aún más su panorama económico. Sin embargo, la administración actual se muestra optimista y comprometida con un plan de acción enfocado en la recuperación y el crecimiento sostenible de la empresa, subrayando la importancia de mirar hacia el futuro con estrategias innovadoras que permitan superar los desafíos actuales.
“Nosotros no podemos echar para atrás esos acuerdos porque se nos vendrían demandas; así que estamos mirando hacia futuro. Lo que vamos a hacer con la Fábrica de Licores es sacarla adelante y por eso trabajamos en esas tres líneas, austeridad del gasto, modernización de la línea de producción y comercialización... Queremos es echarla para adelante, activando la venta de todos sus productos con buenas estrategias. Estamos empeñados en una campaña especial de comercialización para lograr nuevamente esas ventas que se tuvieron en otros años”, sostuvo la mandataria Matiz.
Por el momento, no se han revelado detalles específicos sobre la situación financiera en que la nueva administración tomó control de la Fábrica de Licores del Tolima. Se espera que las medidas tomadas bajo el liderazgo de la gobernadora Matiz y la gestión de Castillo generen resultados positivos a mediano y largo plazo, marcando una nueva etapa de prosperidad para la emblemática empresa de licores de la región.
Exgobernador Ricardo Orozco habría intentado evitar que se supiera como dejó financieramente a la Fábrica de Licores de Tolima
Informes iniciales sugieren que las cifras proporcionadas anteriormente no reflejan la verdadera situación de la entidad y que decisiones cuestionables han puesto en riesgo su estabilidad económica.
Según investigaciones, durante el mandato del exgobernador Ricardo Orozco, se otorgaron permisos sin el debido proceso a competidores directos de la FLT, como los aguardientes Amarillo y Antioqueño, amenazando la participación de mercado de la empresa tolimense. Esta situación podría llevar a la FLT a una posición insostenible, con un drástico descenso a solo el 3% del mercado, según lo informó El Olfato.
Datos concretos muestran que mientras la Fábrica de Licores de Antioquia dominó el mercado nacional con más de 69 millones de botellas vendidas, la FLT apenas logró colocar poco más de 800,000 unidades en el mismo periodo. Este desbalance ha generado una discusión sobre la necesidad de proteger a la industria licorera local frente a la competencia externa.
El diputado Juan Guillermo Beltrán, anterior gerente de la FLT, ha impulsado un debate en la Asamblea Departamental para evaluar la situación financiera de la fábrica y determinar pasos a seguir. Este debate busca esclarecer el impacto de las decisiones tomadas en años anteriores y definir un curso de acción que pueda beneficiar la sostenibilidad de la fábrica, considerada un patrimonio departamental.
Este escenario plantea un momento crítico para la FLT y para los intereses económicos del Tolima, desembocando en una encrucijada sobre el futuro comercial y cultural de la región. Las autoridades y la ciudadanía se enfrentan a la difícil decisión de abrirse a la competencia o proteger a una de sus industrias más emblemáticas.