Ocho estudiantes de Medicina de la Fundación Universitaria San Martín enfrentan obstáculos para recibir su grado después de haber satisfecho las obligaciones académicas y financieras demandadas por la institución.
La Decana Lina María Gonzales Duque es señalada por los estudiantes como la responsable de negar arbitrariamente el grado, argumentando la necesidad de una nueva presentación de la prueba Michigan, una exigencia que los estudiantes califican de infundada y no respaldada por el reglamento académico.
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El conflicto surge a partir de la comparación realizada por Gonzales Duque entre los resultados de la prueba Michigan y el Ecaes, llevando a una controversia sobre la validez y equivalencia de ambas evaluaciones en el proceso de graduación.
“Los estudiantes ya habían cumplido todos y cada uno de los requisitos que se les exigía para el grado del día 15 de diciembre fecha programada para la para los grados por la Fundación Universitaria San Martín entre ellos se había demostrado la suficiencia de la segunda lengua con el examen”, le explicó a Infobae Colombia el abogado Henry Restrepo, quien lleva el caso y además es el padre de una de las estudiantes afectadas.
“Mi hija lo presentó el día 15 de abril del año 2023 obteniendo una calificación de C-1 posteriormente a la presentación de de los exámenes y la acreditación presentaron las pruebas de estado en donde se evaluaron competencias como escritura redacción comprensión lectora, lógica, matemáticas competencias y la última parte de la prueba acá del Saber PRO, pero tuvo un inconveniente y muchos estudiantes terminaron a las ocho nueve de la noche, por lo cual los estudiantes terminaron con dificultad”, agregó Restrepo.
La situación escaló cuando, según los afectados, la decana solicitó la anulación de los resultados de la Michigan, una medida tomada seis meses después de su realización y a solo tres días posterior al acto de graduación programado. A pesar de que una magistrada corroboró la validez de los resultados el día anterior a la ceremonia, la decana no procedió con la graduación.
“Ellos obtuvieron un porcentaje por encima del que exigía la Universidad de hecho la universidad les exigía como le dije ahorita el 80% del promedio nacional y ellos obtuvieron calificaciones muy altas”, agregó el abogado.
La crisis académica se profundiza ante alegaciones de represalias y tratos injustos por parte de Gonzales Duque hacia los estudiantes involucrados, incluyendo la exposición indebida de datos personales y comunicaciones con otros decanos, presuntamente con el fin de perjudicar las futuras oportunidades académicas y profesionales de los afectados.
“Tenemos los audios donde ella le dice a uno de los alumnos que ella lo que quiere es medirles el aceite a los que les inició el proceso de disciplinario”, dijo Restrepo.
Además, trasciende que algunos alumnos consiguieron graduarse sin cumplir con los requisitos de competencia en inglés y promedios del Ecaes, poniendo en tela de juicio la consistencia y equidad de los criterios de graduación aplicados por la decana.
“El día 15 de diciembre, día los grados, fuimos a la universidad para que graduaran a las dos niñas a las que les habían conseguido o protegido mejor sus derechos que fueron Daniela Fernández y Camila y la universidad no nos dejó entrar a la a la universidad nos llamaron la vigilancia y no los dejaban pasar de la puerta, sin embargo, que no podíamos entrar a la universidad finalmente dejaron entrar a Camila pero nos llamaron tres cuadrantes de la Policía Nacional para que nos sacaran de la Universidad.
Los estudiantes, amparados en la justicia, han obtenido hasta la fecha cinco tutelas a su favor, lo que evidencia un conflicto entre la autonomía universitaria y el derecho a la educación. Este escándalo no sólo pone de manifiesto una crisis de liderazgo dentro de la Fundación Universitaria San Martín, sino que también desafía los principios de justicia, igualdad y transparencia en el ámbito académico colombiano.
La situación ha derivado en una serie de controversias legales y administrativas que aún están por resolverse. Mientras tanto, la comunidad estudiantil y académica se encuentra en vilo, a la espera de que prevalezcan la justicia y la equidad en la resolución de este lamentable episodio.