Fernando Rodríguez Mondragón, hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela, exlíder del Cartel de Cali fallecido el 31 de marzo de 2022, empleaba métodos sofisticados para el tráfico de aletas de tiburón. Las autoridades revelaron que las aletas eran deshidratadas y camufladas en bolsas, que algunas veces alcanzaban hasta cuatrocientos kilos por envío.
Este modus operandi se vincula directamente con el envío del mayor cargamento de aletas decomisado en Colombia hacia Hong Kong, por parte de la empresa Fernapez S.A.S, propiedad de Rodríguez Mondragón, en septiembre de 2021.
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Un operativo encubierto llevado a cabo por un agente de la policía logró infiltrarse en la red de caza y tráfico de aletas de tiburón más dominante del Pacífico colombiano, descubriendo una alarmante disparidad económica en su operación.
Los pescadores locales recibían 25 mil pesos por cada aleta que pescaban, mientras que el líder de la red, identificado como hijo de un prominente exnarcotraficante, lograba revenderlas por hasta seiscientos mil pesos cada una. Esta red criminal era responsable de la muerte de al menos mil tiburones mensualmente, evidenciando no solo un lucrativo negocio ilegal, sino también el grave impacto ambiental que representaba su actividad en la biodiversidad marina de la región.
La pesca en Buenaventura, más que una actividad económica, se ha convertido en una práctica de supervivencia pasada de generación en generación, según relatos de pescadores locales a Noticias Caracol. Para muchas familias en esta zona, la pesca es la principal, y en ocasiones única, fuente de ingresos para su sustento diario. De hecho un pescador de la zona le contó al medio antes mencionado que a los más pequeños de la comunidad les enseñan esta actividad.
“A mis sobrinos les hemos enseñado también la pesca, porque es el único medio de nosotros para sobrevivir acá en Buenaventura y llevar la alimentación a la casa. Nosotros cazamos de toda clase de tiburón, pero el preferido de nosotros es el tiburón martillo”, dijo el pescador de Buenaventura a Noticias Caracol.
Por otro lado Noticias RCN sobre el mismo caso reveló unos audios de la Fiscalía en los que se escucha a una paersona decir que “Yo solo exporto aletas a China y Estados Unidos ¿Cuánto vale el kilo a China? 450 dólares. Eso se envía deshidratado. 400 a 500 kilos cada diez días. Tres al mes”.
Por otro lado, a pesar de la captura de Rodríguez en octubre de 2023 y su posterior imputación por delitos relacionados con el tráfico de fauna y el aprovechamiento ilícito de recursos naturales y de haber sido confinado a arresto domiciliario, las investigaciones posteriores revelaron que continuaba con sus actividades delictivas.
En cuanto al caso del 2021 que relaciona al hijo del capo la investigación señalaba lo siguiente: “Habían pasado seis meses desde que Colombia prohibiera por completo la pesca y comercialización de tiburones, en marzo del 2021, pero al abrir las cajas encontraron 3493 aletas de cinco especies de estos animales, todas amenazadas de extinción. Las aletas estaban procesadas y camufladas entre 117 kilos de vejigas natatorias, un órgano de los peces que les permite mantenerse a flote. Secado y procesado, ese producto, al igual que las aletas de tiburón, es vendido en el mercado asiático como una delicatessen”.
El análisis realizado en aquella ocasión a las aletas a las aletas decomisadas desveló un dato alarmante: el 60% de ellas correspondía a especies como el tiburón sedoso, tiburón martillo, tiburón zorro pelágico, tiburón tigre y tiburón toro. Estas especies, identificadas como originarias de Buenaventura, están catalogadas dentro de la lista mundial de especies amenazadas y están protegidas bajo la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).