De intercambio en Australia, la estudiante colombiana Matu Salazar no solo se encontró con una cultura diferente y la oportunidad de mejorar sus habilidades idiomáticas, sino también con una lista de animales con los que, según dijo, hay que tomar ciertas precauciones.
“Estoy viviendo en Australia y el otro día en la universidad me dieron una charla sobre animales peligrosos que me puedo encontrar cerca de la casa para que tuviera cuidado ¿qué tal eso? Conclusión: aquí en Australia todo te puede matar”.
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Matu perdió los nombres de las especies que presentaron en la reunión, pero recuerda bien su apariencia, a qué genero pertenecen y como evitar que lleguen al hogar, empezando por los reptiles.
Salamandras, tortugas, caimanes y serpientes venenosas y no venenosas que, sin embargo, jamás podrían incluir a un ser humano en su dieta. Al menos no estando entero, pues su tamaño no supera al metro y medio.
A ellos se suma un varánido, primo del dragón de Komodo, que suele acercarse a zonas residenciales, atraídos por el olor de la carne cuando los australianos y residentes preparan asados al aire libre.
Pero no solo los reptiles representan un peligro potencial para algunos humanos, también las aves pueden ser peligrosas en Australia, empezando por las urracas canoras o verdugos flautistas que, a pesar de ser bonitas, de color “negro con blanco, anidan en marzo y al ver humanos los atacan. Hay gente que se ha quedado ciega porque los pájaros apuntan a los ojos”.
Su conclusión no es otra que: “Así existan animales peligrosos en Australia, la verdad es que no tienen en la mira a los humanos. Un animal de estos jamás va a atacar a una persona si esta no le ha hecho nada. Entonces, la moraleja más grande es nunca meterse con los animales salvajes, porque así no se meterán contigo”.
Animales más peligrosos en Colombia:
Colombia, un país caracterizado por su vasta biodiversidad al igual que Australia, es hogar de algunas de las especies más venenosas del mundo, entre ellas, la Rana Dardo Dorado, la Serpiente de Cascabel, la Serpiente Marina, la Araña de Rincón y la Anaconda Verde, según explicó el creador de contenido Dexter Roger. Estos animales, aunque peligrosos, juegan un papel crucial en el equilibrio ecológico de sus respectivos hábitats.
La Rana Dardo Dorado, ubicada en las selvas tropicales del país, destaca por ser el vertebrado más tóxico a nivel mundial. Sus toxinas, utilizadas históricamente por comunidades indígenas locales en sus dardos de caza, pierden su efectividad al cambiar la dieta de la rana en cautividad, un fenómeno que sugiere una relación directa entre su alimentación silvestre y su potencial venenoso. Por otro lado, la Serpiente de Cascabel se distribuye en diversos ambientes colombianos, siendo reconocida por su capacidad para inyectar veneno de manera controlada, dependiendo de si necesita defenderse o cazar. Su distintiva cola produce un zumbido que sirve como advertencia ante amenazas.
La Serpiente Marina, residente en el Caribe colombiano, es conocida por su temperamento dócil, aunque su mordedura puede ser fatal. Esta especie tiene la habilidad de absorber oxígeno a través de su piel, lo cual le permite realizar inmersiones prolongadas. Por otra parte, la Araña de Rincón se encuentra en todo el país, presentando un riesgo debido a su veneno capaz de causar daños severos en el tejido y, en situaciones extremas, la muerte.
Finalmente, la Anaconda Verde del Amazonas colombiano es una de las serpientes más grandes del mundo, capaz de capturar y devorar animales de gran tamaño, incluyendo caimanes. Su habilidad para nadar y permanecer oculta bajo el agua la convierte en una cazadora formidable.
Estas especies, pese a su notoriedad por los peligros que representan, son fundamentales para la preservación de los ecosistemas en Colombia, contribuyendo al control natural de poblaciones de otras especies y manteniendo el equilibrio biológico de sus entornos. La fascinación que despiertan en biólogos y conservacionistas subraya el valor intrínseco de la biodiversidad colombiana y la importancia de esfuerzos continuos por su estudio y conservación.