El occidente de Medellín está atravesando las duras y las maduras en lo que a agua se refiere. Ante una intensifiación del calor que trae el fenómeno de El Niño, se ha hablado de una severa crisis hídrica que estaría impactando ya a 9.600 familias en la comuna San Javier y el corregimiento San Cristóbal, como reportó el portal informativo de la capital antioqueña, El Colombiano, a través de un reportaje de las actuales circunstancias que enfrentan los habitantes de estos sectroes.
Ya que las adversas circunstancias climáticas han reducido significativamente el caudal de la quebrada La Iguaná, comprometiendo el aprovisionamiento de agua de la planta de tratamiento que sirve a estas áreas, estos miles de habitantes han denunciado que están sin agua, y si les llega, no es más de un “chorrito” que, a veces, los deja enjabonados, como informaron algunos habitantes al medio.
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El problema se agudizó desde el tercer fin de semana de febrero, cuando Empresas Públicas de Medellín (EPM) reportó una drástica disminución en la disponibilidad de agua. Esta situación ha llevado a racionamientos y a la implementación de estrategias de supervivencia por parte de los habitantes de las zonas afectadas, quienes deben administrar meticulosamente sus recursos hídricos limitados para satisfacer las necesidades básicas de higiene, alimentación y limpieza.
Cortes y disminución de la cantidad de agua
Así ha anunciado EPM: “Debido a los impactos del fenómeno de El Niño, por falta de lluvias y altas temperaturas que han ocasionado la disminución de los caudales de la quebrada La Iguaná, es necesario interrumpir el servicio de acueducto, hoy martes 20 de febrero, en los circuitos La Quiebra y Pajarito, en el occidente de Medellín”, reportó la entidad.
Ahora bien, los afectados serían más de los considerados por la prestadora del servicio. Según el diario, “cada vez son más los usuarios del occidente que ven comprometido su suministro de agua. Por ejemplo, el 15 de febrero, se reportó que los afectados apenas eran 544 usuarios, ayer lunes (19 de febrero), la cifra era de 6.348, es decir, casi 11 veces más gente”.
La escasez ha tenido un profundo impacto social, afectando desde las dinámicas familiares hasta el funcionamiento de instituciones educativas. En el barrio Pedregal Alto, una escuela primaria ha tenido que encontrar formas creativas para asegurar la asistencia de sus estudiantes, ofreciendo facilidades para el aseo personal con el fin de mantener la continuidad educativa.
De acuerdo con la publicación de diario periodístico, la directora de la institución, Marta Irene Londoño, indicó que “la semana pasada no me vinieron casi la mitad de los niños por ese asunto. Afortunadamente, acá nos surtimos de un acueducto veredal que hasta ahora no ha dado problemas y del acueducto de EMP por lo que todavía tenemos agua. Entonces le hemos dicho a los padres que pueden venir a asear a los niños acá para que así no se queden sin clase”, narró.
Y aunque varios residentes ha informado que Empresas Públicas de Medellín han reportado que esta entidad no anunció con anticipación, EPM ha respondido a la crisis implementando cortes de agua programados y promoviendo el consumo responsable del líquido.
Las quejas de los residentes
También, ha desplegado carrotanques y ha instalado tanques fijos en áreas críticas para mitigar el impacto del desabastecimiento. Sin embargo, muchos residentes, como lo indica el testimonio de una ama de casa de El Pedregal Alto, expresan frustración y desesperanza ante la escasa comunicación y soluciones efectivas por parte de la empresa, además de que se ha mencionado que el líquido que les llega es insuficiente.
“¿Que EPM avisó? ¡No, señor! Acá nadie nunca nos dijo nada, ni la semana pasada, ni esta. Aquí cuando no hay agua, la única que avisa es la canilla (la llave, o el grifo)”, alegó la mujer a El Colombiano.
La comunidad afectada sigue clamando por soluciones a largo plazo y se pregunta por el futuro de su suministro de agua, especialmente después de obras recientes que, en teoría, deberían haber mejorado la infraestructura hídrica pero que, en la práctica, parecen haber exacerbado el problema.