La reconocida modelo webcam colombiana Aída Cortés empezó su vida en la industria para adultos en Bucaramanga, cuando buscaba dinero para costear sus estudios. Pero, su llegada a ese mundo fue, más bien, accidentada. Se postuló para una vacante que resultó ser una farsa y que, a pesar de eso, terminó siendo atractiva.
“Fue por equivocación, fue un error. Yo quería ser escritora. Pero, obviamente, como cualquier joven queriendo estudiar y con pocas oportunidades acá en Colombia, pues yo vi en los clasificados un anuncio que decía: ‘mesera’, y era mentira”, detalló la modelo en el programa Sin Carreta de Canal 1.
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Cuando llegó al sitio donde encontraría el trabajo, quien la atendió le indicó que hablara con otra persona que le suministraría mayor información sobre sus responsabilidades, en caso de que llegara a aceptar el empleo.“¿información de qué? Acá no hay ningún restaurante”, respondió Cortés en ese momento.
Sin embargo, al enterarse de los pormenores del trabajo, no vio ningún problema, todo lo contrario. “Yo dije: ‘qué interesante’”, explicó. Según detalló en el programa citado,
Le pareció conveniente el hecho de que no necesitaba tener contacto con ninguna persona, lo que sí pasaría con otros empleos relacionados con las ventas, en los que todo el tiempo tendría que estar interactuando con clientes. En este caso, resultó atractivo el saber que podría permanecer en la privacidad de su habitación, sin que nadie estuviera con ella. “Ahí empecé en el mundo de la industria para adultos”, resaltó.
Cortés ya había tenido experiencia en la venta de productos puerta a puerta, labor que consideraba como una exposición, teniendo en cuenta el panorama de inseguridad para las mujeres en el país. Sin embargo, resaltó su capacidad para este tipo de trabajos. “Yo siempre he sido muy buena vendedora. Yo te vendo a ti lo que sea. Entonces yo dije: ‘esto (el mundo webcam), prácticamente, es un modelo de ventas’”, explicó la modelo.
Cuando conoció la oferta laboral, quedó encantada: dijeron que podía ganar entre cuatro y cinco millones de pesos mensuales. Con eso, pensó que podría pagarse la carrera que quería estudiar. Terminó ganando mucho más.
Aseguró que en ningún momento ha seleccionado a sus clientes por la edad que tengan; se centra en otros aspectos. “No me importaban las edades, porque ¿cómo me va a importar si es virtualidad y estamos conociendo el alma y la personalidad de la persona? Me importaba que cumpliera mis reglas, que fuera educado, que quisiera jugar, que tuviera modales, que también pudiera pagar el show”, detalló.
¿Qué tanto gana una modelo webcam en Colombia?
Sin embargo, el pago no necesariamente es fijo. De acuerdo con la modelo webcam, hay que tener la capacidad de manejar diferentes tipos de audiencia: grupales o individuales, buscando siempre que se interesen por el contenido que están viendo.
Cuando los shows son públicos, es decir, frente a muchas personas, la tarea se torna más compleja: “¿Qué puede pasar? Que no hagas un trabajo bien y nadie te dé nada”. Si lo que pase en el show resulta satisfactorio para la audiencia, las ganancias podrías ser muchísimas y “sin límites”. Eso quiere decir que es un esfuerzo constante por motivar a los presentes a que paguen, mediante juegos y competencias.
Debido a las dificultades que representa esta industria para las personas, no todas logran ser “millonarias”. De hecho, según datos de Aída Cortés, solo el 5% de las mujeres que se mueven en el mundo webcam llegan a tener mucho dinero. Sin embargo, el porcentaje restante mantiene el sueldo promedio de entre cuatro y cinco millones de pesos.