El Gobierno de Gustavo Petro tomó una medida trascendental con la firma del Decreto 163 de 2024, que establece un marco para la financiación específica de proyectos de infraestructura en Colombia.
Entre las iniciativas más destacadas se encuentra la asignación de $776.000 millones para la primera línea del metro de Bogotá, así como fondos significativos para la construcción de TransMilenio por la calle 13, el metro ligero de la 80 en Medellín y el sistema de transporte público en Ibagué.
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Según declaraciones del ministro de Transporte, William Camargo, a Blu Radio, esta disposición no solo impulsa el desarrollo urbano, sino que también incrementará el valor de las propiedades aledañas a estos proyectos.
La medida, descrita por el ministro Camargo como una “acción del Estado que aumenta el valor de un predio”, indica que los propietarios de terrenos cercanos a estas obras verán una valorización en sus propiedades sin haber realizado inversión alguna. Esta situación deriva del principio de que “no puede haber enriquecimiento sin justa causa”, establecido de manera constitucional en el país, lo que implica que el beneficio obtenido debe, en cierta medida, redistribuirse o devolverse al Estado.
Para asegurar una aplicación y ejecución eficaz de este decreto, el Gobierno tuvo que llevar a cabo ajustes significativos en el texto inicial.
Estos cambios fueron necesarios para activar el desembolso de fondos destinados a los mencionados proyectos, ya que, según el ministro Camargo, existían partidas que carecían de códigos al interior, limitando su implementación.
“Las obras estuvieron incluidas y todos los proyectos tienen la financiación que desde el Congreso estableció a nivel de programa y su programa para su ejecución”, explicó el ministro.
El decreto 163 plantea un enfoque diferenciado en el tratamiento de los tipos de propiedades afectadas, reconociendo la diversidad en tamaño y uso de los terrenos cercanos a los proyectos. Así las cosas, se hará una distribución justa e informada a los propietarios sobre el proceso de valoración, lo que garantiza que el impacto económico sea repartido de manera equitativa y acorde con los principios de justicia y beneficio mutuo.
Este conjunto de medidas busca no solo mejorar la infraestructura y la movilidad urbana en Colombia, sino también propiciar un entorno económico más justo y equitativo, en el cual el beneficio obtenido del desarrollo nacional se comparta entre todos los actores involucrados.
Además, refleja el compromiso del Gobierno Petro para tomar decisiones que, si bien pueden ser complejas, buscan el desarrollo integral del país y el bienestar de su población.
La iniciativa del Gobierno Petro y los ajustes hechos en el decreto resaltan la importancia de una administración flexible y responsable, capaz de adaptarse a las necesidades emergentes y corregir el rumbo para alcanzar los objetivos propuestos. Por medio de estas acciones, el Gobierno no solo busca mejorar la infraestructura del país, sino también asegurar que los beneficios de tales desarrollos sean ampliamente compartidos dentro de la sociedad.
$13 billones en vilo
Como se recordará, la acción se dio luego de que el Gobierno de Gustavo Petro puso fin a la polémica generada por el decreto de liquidación del Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2024, que dejaba en vilo inversiones de $13 billones para la infraestructura del país.
Es así que se asignó de manera definitiva este capital para el desarrollo de más de 100 megaproyectos a lo largo y ancho del país, incluyendo el metro de Bogotá, el metro de la 80 en Medellín y varias autopistas de cuarta generación (4G), lo que marca un precedente significativo en la inversión para infraestructura en Colombia.
La distribución de recursos garantiza la continuidad y ejecución de importantes obras de infraestructura que habían recibido luz verde del Congreso de la República en el presupuesto del año anterior.
Esta medida se adopta en respuesta a la controversia surgida debido a la falta de especificación en la asignación de los $13 billones en el presupuesto inicial para 2024, solucionando así un vacío que había generado incertidumbre entre sectores académicos y empresariales.