Jorge Iván González tiene nuevo cargo y no es en el Gobierno Petro

La renuncia de Jorge Iván González al Departamento Nacional de Planeación (DNP) solo fue una más en lo que va del Gobierno de Gustavo Petro. El exfuncionario, que hizo parte del equipo económico que llevó al actual mandatario al poder, salió del Gobierno tras un consejo de ministros celebrado en la Casa de Nariño el 31 de enero de 2024 y en el que, en principio, se dijo que el presidente habría pedido la renuncia a todo el gabinete.

El 5 de febrero, en su carta de despedida, y luego de que el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dijo que se iba porque tenía problemas de salud, adujo, entre otras cosas, que las metas del Plan Nacional de Desarrollo no son posibles sin el concurso de todos los alcaldes y gobernadores, y sin el aporte de las organizaciones gremiales.

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Ahora, solo días después del revuelo político que se armó, ya que González era de los funcionarios más preparados para estar en el Gobierno, se conoció de un nuevo cargo y, precisamente, no del lado del Pacto Histórico, movimiento que llevó al poder a Petro. Será miembro del comité promotor del referendo de autonomía fiscal que busca más recursos para los departamentos del país.

El encargado de informarlo fue el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, que obtuvo la victoria en las elecciones regionales del 29 de octubre 2023 gracias al apoyo de la coalición Por Antioquia Firme. En estas, Rendón ganó con el aval del mayor partido de oposición del Gobierno Petro: Centro Democrático, que para dicha contienda tuvo también el apoyo del Partido Creemos, Partido Político MIRA, Partido Liberal, G.S.C Una Antioquia Viva, Partido de la U, Movimiento de Salvación Nacional y las Autoridades Indígenas de Colombia.

“Es un honor contar con el Dr. Jorge Iván González, Exdirector de Planeación Nacional, @DNP_Colombia, en nuestro equipo para construir una propuesta sobre autonomía fiscal para las regiones”, publicó el 18 de febrero Rendón en X (antes Twitter).

Además, que “la llegada al comité promotor de un académico de esta trayectoria y nivel, enriquece la discusión, llena de argumentos el debate y abre las puertas a conversaciones diversas e improbables que necesita nuestro país”.

De igual forma, destacó que “el Dr. González ha dicho en nuestras charlas recientes, con insistencia, y coincido con él, que esta iniciativa de referendo debe conducir a llevarles más recursos a los departamentos, sin que esto implique aumentar las brechas regionales. ¡Así será!”.

Jorge Iván González, tras su renuncia al DNP, dio a conocer la carta de renuncia el 5 de febrero y luego, el 16 de febrero, escribió una columna denominada ‘Facticidad y validez’ que se publicó en La República y que dejó entrever que hubo un conflicto insalvable con el presidente.

En esta, expuso que, durante estos meses, la inevitable tensión entre facticidad y validez no se pudo resolver.

“El conflicto se volvió insalvable. La absolutización de la bondad del discurso llevó a desconocer la complejidad de su realización práctica. Quizás allí radique el motivo último que hizo inviable mi continuidad en la dirección del Departamento Nacional de Planeación”, explicó el exfuncionario.

En esta, precisó que el discurso del programa de Gobierno del presidente Petro es intrínsecamente válido. Según él, se trata de un mensaje novedoso en el que se hacen explícitas dimensiones estructurales tan relevantes como la recuperación de los activos ambientales, la transición energética, la modernización del sector agropecuario, la búsqueda de la seguridad humana y la convergencia social y regional.

“En la lógica habermaniana el discurso es un elemento constitutivo de la acción comunicativa, que permite ir diseñando nuevos tipos de sociedad. Por su misma naturaleza, el discurso es transformador. Y este es el gran mérito de la lógica argumentativa del presidente. La fuerza de estos mensajes se expresó en las urnas”, apuntó.

Anotó que todos los discursos, dice Aristóteles, son retóricos y ello no les resta valor. Según él, este tipo de formulación permite construir silogismos incompletos, los entimemas, que movilizan y generan pasión. Estimulan los sentimientos y son instrumentos poderosos de la persuasión. “La retórica es un componente sustantivo del quehacer político”, apuntó.

Pero más allá de la validez intrínseca del discurso, para el exdirector del DNP la puesta en acción de las ideas requiere de la facticidad.

“El Plan de Desarrollo es una apuesta por la concreción del ideal discursivo. Es la formulación de programas de inversión específicos, que puedan ser financiables. El plan plurianual de inversión se queda cortísimo frente a los ideales del discurso. Es inevitable que así sea. Entre la validez del discurso y la facticidad de la planeación hay una brecha insoluble, que es profundamente dolorosa. Es la angustia que, en mayor o menor medida, sienten todos los gobernantes. Las limitaciones intrínsecas alimentan desesperanzas, y generan frustraciones. Los electores sienten que las promesas no se cumplen, y que las realizaciones no llenan sus expectativas”, escribió.

Señaló también en la columna que es el drama que resulta de las numerosas limitaciones institucionales, sociales, económicas, jurídicas y políticas. Entonces, en lugar de aceptar los hechos fácticos como una realidad sobre la que es necesario actuar, el gobernante cae en la tentación de negarlos.

No obstante. dijo que los alcances limitados de cualquier plan de desarrollo, en ‘Colombia, Potencia Mundial de la Vida’, se proponen cambios estructurales profundos, comenzando por el ordenamiento del territorio y la consolidación del catastro multipropósito.