Sector gastronómico hace llamado desesperado: robos, extorsiones e impunidad imperan en Bogotá

Marco Castañeda es un joven soñador que luego de un viaje por Asia tuvo una idea de negocio en Colombia. Con todos los ánimos y ganas de aportarle a la economía del país, fundó en 2021, Haru Asian Food, un restaurante especializado en comida asiática en el sector de Normandía, en la localidad de Engativá, en el noroccidente de Bogotá.

En 2021, Marco sintió la realidad que viven más de mil personas cada 24 horas, víctimas de hurtos y extorsiones, según cifras del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo (Siedco) de la Policía Nacional, compiladas en la cuarta versión del Reloj de la Criminalidad, en 2023.

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A punto de realizar el cierre de la jornada, a las 8:00 p. m. del 18 de marzo de 2021 llegaron hombres fuertemente armados con la intención de llevarse objetos de valor y el producido del día en el restaurante.

En poco más de un minuto, los hombres intimidaron a los trabajadores del lugar, y hurtaron celulares y dinero en efectivo, dejando como resultado un robo valorado en más de dos millones de pesos.

La impotencia del empresario radica en la falta de atención y apoyo por parte de las autoridades policiales, pues en el caso particular, el consejo que recibió de los uniformados fue que abstuviera de denunciar, por las implicaciones que lleva el trámite e incluso, posibles represalias:

“Los mismos policías tratan de persuadirlo a uno para que no denuncie, o sea, es por la pereza de ellos de hacer el trámite, dicen: ‘Si usted denuncia, tenemos que llamar al equipo de investigadores, esa gente llega dentro de cinco o seis horas, como a las 5 de la mañana, pero usted no se puede mover de acá, entonces mejor no. Es que también se pueden vengar de ustedes, ya saben dónde está trabajando”, expresó Castañeda a Infobae Colombia.

No obstante, el joven creyó en la justicia y decidió interponer la denuncia respectiva, debido a que contaban con los registros de la cámara de seguridad y la ubicación del dispositivo móvil, lo que daba un indicio del posible recorrido de los delincuentes; sin embargo, se llevó una amarga sorpresa por parte de la Fiscalía General de la Nación y Policía.

“Lo que más piedra me dio es que se llevaron mi celular, pero yo tenía una aplicación de rastreo; me metí al computador y les dije (Policía): ‘Mire, estos tipos van por la Boyacá hacia el sur, después les dije, mire ya llegaron al parque Timiza, esta es la dirección”, relató Castañeda; sin embargo, no hubo operativo ni un plan para dar con la captura de los delincuentes.

A pesar de las pruebas de las cámaras de seguridad y de la posible ubicación de los elementos de valor y los delincuentes, a las tres semanas el caso fue cerrado por la Fiscalía, “porque no avanzó”:

“Como a las tres semanas me llegó un correo de la Fiscalía, diciendo que el caso se había cerrado porque no avanzó nada, dándoles una dirección de los ladrones y todo. Esa es la inoperancia de la Policía y hasta cierto punto la Fiscalía, porque pasa lo que pasa, pero nunca van a solucionar nada y, bueno, pues uno tampoco puede como restaurante estar pagando seguridad privada o tener un celador dentro de todos los restaurantes de Bogotá para solucionar este tema”, enfatizó el empresario.

En el mensaje de la entidad judicial se argumentó la decisión de archivo provisional por la “imposibilidad de encontrar o establecer el sujeto activo“, supuestamente, porque no se habrían entregado las pruebas por parte de la víctima, una labor investigativa que debería ser liderada por los efectivos de la Fiscalía.

Tres años después la situación sigue igual, e incluso peor en el popular sector gastronómico de Engativá, de acuerdo con los testimonios recolectados por Infobae Colombia, pues parte de un sector del comercio evitó dar sus declaraciones por miedo a represalias o promover un estigma de inseguridad en el sector que, a todas luces, se convirtió en una problemática que ya no se puede ocultar.

“Normandía últimamente ha estado superterrible, robos más o menos tres veces por semana, y más en moto, la mayoría son motos. Lo que hacen es rapar los celulares. Hace poco a un señor lo hirieron, el dueño de la fama y a una señora por robarla, la hirieron y estuvo por mucho tiempo en la UCI”, expresó Viviana, propietaria de Mrs Crepe, con más de seis años de presencia en el sector.

Hace exactamente un mes, el establecimiento de Viviana fue víctima del hurto en modalidad de cosquilleo, pues un delincuente que aparentemente vendía galletas, aprovechó un descuido para llevarse el celular de la empresa. El sentir de la ciudadana fue el mismo que el de Marco: la justicia no es efectiva con los casos de robo, en particular cuando no se viralizan en las redes sociales o hay una indignación generalizada en la opinión pública.

“Finalmente, tú denuncias y no pasa nada. Simplemente, tú haces la denuncia, queda como evidencia y ya, no pasa nada”, añadió Viviana.

La problemática es más que una percepción ciudadana, pues las cifras reafirman el sentir de los habitantes que no han visto novedades en estrategias efectivas de seguridad. En agosto de 2023, un debate en el Concejo de Bogotá, reveló las diez localidades consideradas como las más inseguras de la capital: Suba, seguidas de Kennedy, Engativá, Chapinero, Teusaquillo, Usaquén, Santa Fe, Puente Aranda, Barrios Unidos y Los Mártires. Por su parte, en ese momento, la Secretaría Distrital de Seguridad informó que los hurtos son el delito más frecuente después de homicidios, extorsión y lesiones personales.

Los comentarios han llegado a oídos de algunos taxistas, que ya ven con malos ojos el sector, que está adquiriendo fama de ser inseguro.

“Me cuentan que atracaron por ahí, que robaron por ahí. Las peluquerías, los restaurantes, los supermercados, las tiendas, dicen que hay casos de extorsión y robo. Como es una zona bancaria, seguramente es uno de los motivos por los cuales roban mucho”, expresó un taxista que trabaja por el sector.

Precisamente, la extorsión se convirtió en un problema adicional a la percepción de inseguridad que se siente en las calles de la localidad de Engativá, que cuenta con 878.430 habitantes, según cifras oficiales.

El Concejo de Bogotá ha puesto de manifiesto que este tipo de delito ha llegado con más fuerza en algunos sectores de la capital. Anunciaron que la situación es crítica, al punto de que Bogotá está a punto de convertirse en el nuevo epicentro de la “extorsión”.

En lo corrido de 2023, en Bogotá se registraron 1.518 casos de extorsión, que en promedio fueron cinco denuncias diarias; pero se estima que pudieron ser más, pues cifras dejan a un lado los comerciantes que por temor no denuncian los casos. En ese sentido, se determinó que las localidades más afectadas con este tipo de delito fueron: Kennedy con 216 denuncias; Mártires con 174; Suba con 142; Engativá con 111 y Santa Fe con 109, que en total sumaron 742 casos denunciados.

El 9 de febrero se conoció uno de los panfletos amenazantes por parte de supuestos integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AUC), que causó zozobra a los habitantes y comerciantes de la localidad de Engativá, denunciado por el concejal Humberto Papo Amín, del Centro Democrático.

“Es muy importante determinar quiénes y por qué se realizan este tipo de acciones, mientras que los directamente afectados prefieren, en algunos casos, guardar silencio para evitar que se tomen acciones en su contra”, sostuvo el concejal.

Las revelaciones de la magnitud de problema se han conocido también gracias a la captura del temido delincuente conocido con el alias de Satanás en noviembre de 2023, en las que dejó en evidencia que la extorsión es una situación real que se está llevando vidas inocentes de quienes se niegan a pagar vacunas para poder trabajar y ganarse el dinero dignamente.