En las últimas horas, el Ejército Nacional confirmó enfrentamientos armados con el Clan del Golfo en el municipio de Segovia, Antioquia, durante el sábado 17 de febrero. En el transcurso de estos combates, un soldado profesional perdió la vida al pisar una mina terrestre presuntamente colocada por el grupo armado ilegal. Este incidente eleva a cinco el número de bajas militares en las recientes operaciones contra esta organización criminal.
El uniformado fue identificado como Diego Gómez Fonseca, quien encontró la muerte en medio de las hostilidades. La zona de Segovia, conocida por su intensa actividad minera, se ha convertido en un campo de confrontación entre las Fuerzas militares y miembros de este grupo subversivo.
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“Los hechos se registraron cuando la tropa se encontraba desarrollado operaciones militares para salvaguardar la vida e integridad de la población civil en esta región”, indicó la autoridad militar a través de X (anteriormente Twitter), donde también comunicaron que: “El Ejército Nacional instaurará las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes, ya que este es una clara violación a los DD. HH. y DIH”.
Asimismo, estos enfrentamientos son parte de un esfuerzo sostenido por el Gobierno colombiano para desarticular los grupos al margen de la ley que operan en la región. La tragedia de Gómez Fonseca subraya los peligros que enfrentan las tropas en su lucha contra el narcotráfico y la violencia armada.
Desde la institución castrense anunciaron que se intensificarán las operaciones en respuesta a estos sucesos, marcando una fase de ofensiva firme contra el Clan del Golfo. Este grupo, implicado en diversos delitos como narcotráfico, extorsión y homicidios, representa una amenaza significativa para la seguridad nacional y el orden público en Colombia. Las operaciones militares en curso se despliegan en un esfuerzo por restablecer la paz y la seguridad en áreas afectadas por la violencia.
Crisis en Segovia
La situación humanitaria en Segovia, Antioquia, continúa siendo grave con más de 800 personas confinadas debido a enfrentamientos armados. Recientemente, estos conflictos cobraron la vida de otros cuatro soldados profesionales identificados como Yeison Andrés Medina, Brayan Hoyos, Nelson Javier Guzmán y Anner Eduardo Lerma, víctimas del Clan del Golfo. En este municipio, ubicado en el noroeste de Colombia, se han intensificado las hostilidades entre dicho clan, el ELN, y disidencias de las FARC durante las últimas dos semanas, afectando a numerosas comunidades locales.
De igual forma, dichos combates han dejado a varias veredas del municipio en estado de alta vulnerabilidad y confinamiento. Edwin Castañeda, alcalde de Segovia, expresó su preocupación por el impacto continuo de la violencia en la región: “Esto ha tenido afectadas a más de 14 veredas de nuestro municipio. Hoy permanecen 3 de ellas en confinamiento”.
Además, la presencia y acciones del Clan del Golfo han generado una crisis adicional, al restringir el suministro de gasolina y gas, según denuncias de Carlos Morales, representante de la organización campesina Cahucopana. “Desde el año pasado, en alrededor de 30 veredas de Segovia y Remedios el Clan del Golfo empezó a restringir el ingreso de gasolina y también de pipetas de gas. Esto está generando una crisis humanitaria en nuestra región”.
Pese a la llegada de más de 200 uniformados de las Fuerzas militares desde el 10 de febrero para reforzar la seguridad, los residentes indican que la situación no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado. Los habitantes de Segovia y las zonas afectadas viven en un estado constante de temor y ansiedad, clamando por un cese al fuego y medidas efectivas que garanticen su seguridad y bienestar.
La población civil, atrapada en medio del conflicto, demanda acciones concretas y soluciones a largo plazo para restaurar la paz en su territorio. Esta situación refleja la complejidad del conflicto armado en Colombia, donde grupos armados ilegales continúan desestabilizando la seguridad y el desarrollo de comunidades enteras.