A mediados de noviembre de 2023, las disidencias de las Farc del Estado Mayor Central, comandadas por alias Iván Mordisco, renovaron el equipo negociador de la paz con el Gobierno nacional porque, según sus líderes, había infiltrados.
En los nuevos nombres que ingresaron a la cúpula de negociación estaba el de Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá Córdoba, un peligroso guerrillero sindicado de ser el nuevo Romaña dentro de las disidencias de las Farc, y de Ciro Alfonso Romero Ospina, alias Willy Romero, jefe de extorsiones en la frontera colombo-venezolana.
Según pudo conocer Blu Radio, antes de que el fiscal general Francisco Barbosa terminara su período en la dirección del ente acusador, dejó firmada la resolución que levantaba las órdenes de captura contra los dos peligrosos guerrilleros.
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“Suspender todas y cada una de las órdenes de captura dictadas o que sean dictadas en contra de Alexander Díaz Mendoza (sin identificación) y Ciro Alfonso Romero Ospina. Lo anterior, de conformidad con la Resolución No. 419 del 29 de diciembre de 2023, expedida por el presidente de la República, y comunicada a la Fiscalía General de la Nación el 12 de enero de 2024, por el estricto término que el Gobierno nacional requiera”, establece la resolución firmada por Barbosa y conocida por la cadena radial citada.
Según lo informado por la cadena radial, el fiscal también autorizó la expedición de nuevas órdenes de aprehensión contra los negociadores expulsados por las disidencias de alias Iván Mordisco, señalados de ser infiltrados de las Fuerzas Armadas y desertores del reducto guerrillero.
Y es que le 22 de noviembre de 2023, las disidencias del Estado Mayor Central emitieron un comunicado en el que confirmaban que Luis Carlos Pinilla Cortez y Leidy Tatiana Rojas Olaya, conocidos con los alias de Óscar y Ángela, estaban suplantando identidades dentro de las filas subversivas.
“El señor de pseudónimo Óscar (Luis Carlos Pinilla Cortez) y la señora de pseudónimo Ángela (Leidy Tatiana Rojas Olaya), destacados en algunas tareas de la mesa de dialogo, respondían a un proceso de infiltración de enemigos de las Farc-EP y de la paz; que al darse cuenta que ya habían sido detectados por la contrainteligencia nuestra, se dieron a la fuga. En este momento son desertores que NO nos representan en ninguna instancia del movimiento guerrillero de las Farc-EP”, declararon las disidencias en su momento.
Sin embargo, la revista Cambio pudo conocer que los dos negociadores fueron declarados desertores e infiltrados luego de que se opusieran a las acciones hostiles que se presentaron en el Cauca y Valle del Cauca entre septiembre de 2023, cuando detonaron dos carros bomba en estaciones de Policía de El Timba (Cauca) y Jamundí (Valle del Cauca) que dejaron dos muertos y cerca de quince heridos.
Los nuevos negociadores: un terrorista y un extorsionista
El levantamiento de órdenes de captura contra alias Willy y Calarcá dejó entre ver el prontuario delictivo de los dos guerrilleros, que se hicieron un nombre entre las filas subversivas a punta de violación de derechos humanos y otras acciones criminales.
Por un lado, alias Calarcá se ganó el apodo del nuevo Romaña debido a sus acciones como narcotraficante y terrorista. Su rol dentro de las disidencias del Estado Mayor Central es tan grande que algunos lo ponen al mismo nivel de alias Iván Mordisco y aseguran que, tras la muerte de alias Gentil Duarte, él pudo ser quien se encargara de comandar el reducto guerrillero.
A Calarcá lo señalan de ser el incitador de la ‘protesta’ en la petrolera Esmerald Energy, en San Vicente del Caguán, en marzo de 2023, que terminó siendo una asonada contra la Fuerza Pública y desencadenó el secuestro de 79 policías, de los cuales uno terminó asesinado a puñaladas.
Entre tanto, alias Willy Romero es un cabecilla del frente 10 que fue capturado en abril del 2023 en Casanare por extorsionar a un comerciante, a quien le pedía más de $60 millones para dejarlo trabajar.
El criminal de las disidencias se dedicaba a exigir altas sumas de dinero a comerciantes, ganaderos y empresarios en la frontera y entregaba carnés para certificar el pago de las ‘vacunas’.