El viernes 16 de febrero, el ministro de Justicia Néstor Osuna anunció durante la segunda reunión de la Comisión de Expertos sobre Reforma Judicial que los primeros proyectos de ley para la reestructuración del sistema jurídico se presentarán el 20 de julio de 2024. Esta declaración se produjo en medio de una iniciativa liderada por el Gobierno de Gustavo Petro, centrada en la transformación profunda de la justicia en Colombia.
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La Comisión de Expertos ha establecido cinco subcomisiones encargadas de abordar las áreas clave de la reforma. Estas incluyen temas como:
- Justicia inclusiva y diversa
- Asuntos penales y penitenciarios
- Reformas procesales
- Métodos alternativos de resolución de conflictos
- Reforma judicial en sí misma
- Reformas constitucionales necesarias para implementar dichos cambios.
Esta reforma propuesta busca incorporar tanto las recomendaciones de una comisión de expertos, compuesta por 24 propuestas, como las sugerencias de más de 500 contribuciones de ciudadanos, académicos y organizaciones sociales, las cuales fueron recabadas tras una extensa convocatoria nacional.
Entre los ajustes más destacados se encuentra la creación de nuevos juzgados, así como modificaciones en los códigos procesales, con el objetivo de que el sistema judicial sea más cercano a la ciudadanía y responda eficazmente a sus necesidades. El ministro Néstor Osuna subrayó el compromiso de todas las partes involucradas en la reunión de la Comisión de Expertos, afirmando: “Fue una reunión fraternal, con enorme ánimo de colaboración… hay ánimo de acertar por parte de todos los que concurren aquí desde el poder judicial, desde oficinas de litigantes, la academia y el Gobierno”.
Para garantizar la inclusividad del proyecto, se han incorporado representantes de todas las bancadas del Congreso de la República, que tendrán la responsabilidad de debatir y, finalmente, aprobar, o no, el proyecto de ley. Esta aproximación plural busca asegurar que la reforma judicial no sólo sea ampliamente discutida, sino también que refleje un consenso amplio que trascienda las divisiones políticas tradicionales.
La reforma también contempla abarcar visiones previamente presentadas por figuras y entidades influentes en el ámbito judicial, incluyendo las ideas del expresidente Germán Vargas Lleras y de la Corte Suprema de Justicia. Estas contribuciones son vitales para moldear una reforma que, además de ser innovadora, esté arraigada en la experiencia y en las necesidades palpables del sistema de justicia actual.
El esfuerzo de reforma se caracteriza por su enfoque en promover una “justicia igualitaria”, que no sólo esté más próxima a la gente sino que también cumpla con una función resocializadora, aspecto fundamental para reducir la reincidencia y promover una sociedad más justa. Esta orientación representa un paradigma en la administración de justicia, donde el énfasis recae tanto en la eficiencia del sistema como en su capacidad para contribuir al tejido social.
La inclusión de más de 500 anotaciones de la comunidad, según el ministro Osuna, es testigo del deseo del Gobierno de asegurar que la reforma refleje un espectro amplio de opiniones y necesidades. “Hay ánimo de acertar por parte de todos los que concurren aquí”, afirmó Osuna, subrayando la importancia de este proceso colaborativo en la construcción de un sistema judicial que sea verdaderamente representativo de los anhelos y necesidades de la sociedad.
Finalmente, el proceso de reforma judicial en curso destaca por su aspiración a crear un marco legal que no sólo sea ágil y equitativo, sino que también esté alineado con las expectativas modernas de justicia y transparencia. Esta iniciativa, si se lleva a cabo con éxito, podría marcar, desde la perspectiva de la cartera de Justicia, un hito en la historia del país, sentando las bases para un sistema judicial más accesible, eficiente y, sobre todo, más justo.