La Secretaría de Cultura de Medellín enfrenta una crisis de liderazgo tras la renuncia de Manuel Córdoba, sucedida el jueves 15 de febrero.
Esta situación se agravó al conocerse que importantes figuras del ámbito cultural declinaron ofertas para ocupar el cargo, evidenciando así los desafíos que enfrenta la dependencia.
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La salida de Córdoba del puesto se produce después de que el alcalde Federico Gutiérrez decidiera removerlo por considerar imprudentes unas declaraciones que dio el ex secretario de Cultura. Según fuentes cercanas al gobierno municipal citadas por El Colombiano, el incidente que selló su salida ocurrió durante una reunión con líderes culturales, en la cual Córdoba aseguró que asumió el cargo por petición directa de Gutiérrez, a pesar de su falta de experiencia en el sector cultural. Este detalle resalta los retos de gestión y las controversias que han marcado a la secretaría recientemente.
“Manuel es un buen tipo, pero no supo diferenciar los espacios. Lo que le pasó fue una novatada”, manifestó en El Colombiano una fuente allegada a la administración local.
Antes de la designación de Córdoba, el alcalde Gutiérrez había considerado a varias mujeres destacadas en el campo de la gestión cultural para liderar la Secretaría, entre ellas Lina Botero Villa, Catalina Cock, Deisy Piedrahita y Shirley Zuluaga. Sin embargo, todas ellas rechazaron el cargo debido a compromisos profesionales previos o preocupaciones personales relacionadas con la naturaleza pública del puesto.
Este conjunto de rechazos subraya la dificultad de encontrar un líder adecuado para una institución que parece estar en el centro de controversias y desafíos administrativos.
El 10 de febrero, días antes de su despido, Córdoba había mantenido una reunión con exsecretarios de la Secretaría de Cultura, incluidos Jorge Melguizo, Lina Botero y María del Rosario Escobar, para discutir sobre la dirección y los desafíos de la dependencia. La reunión buscaba ofrecer consejos para mejorar su desempeño, lo que ahora parece ser un esfuerzo infructuoso dadas las circunstancias de su salida.
Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro liderazgo de la Secretaría de Cultura de Medellín y la capacidad de la administración municipal para atraer y retener talentos capaces de superar los desafíos actuales y llevar a la dependencia hacia un rumbo positivo. La sucesión de líderes culturales que han decidido no participar en el gabinete de Gutiérrez refleja posibles mayores problemas estructurales y de percepción dentro de la administración cultural de la ciudad.
Qué pasa con la cultura de Medellín
La cultura en Medellín afronta un desafío crucial ante las críticas a la gestión pasada y la necesidad de revitalizarse. Tras años de ser el referente a nivel internacional gracias a su presupuesto y programas innovadores, la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín se encuentra en una encrucijada, marcada por la falta de un proyecto cultural definido y un considerable déficit financiero.
Estas circunstancias retan al nuevo liderazgo a reconstruir el diálogo con la comunidad artística y a optimizar los recursos disponibles para mantener vivos eventos trascendentales como la Feria de las Flores y la Fiesta del Libro y la Cultura.
Desde el año 2003, la ciudad de Medellín emergió en el escenario cultural principalmente por el presupuesto que se asignaba para esta Secretaría, lo que permitió fortalecer su red de bibliotecas y concretar proyectos conjuntos con el sector privado, la academia y la sociedad civil.
Sin embargo, esta posición comenzó a tambalearse durante la alcaldía de Federico Gutiérrez, donde, a pesar de mantener la inversión, se percibió una falta de impulso a nuevas iniciativas. Jorge Melguizo, una voz autorizada en temas culturales de Medellín, señala este período como un momento sin hitos significativos en el ámbito cultural.
El contexto se complicó aún más durante el mandato de Daniel Quintero, bajo el cual las relaciones entre la Secretaría y los sectores culturales se vieron seriamente afectadas, con constantes protestas por parte de artistas y gestores culturales. La falta de previsión técnica y financiera de esa administración ha dejado como herencia a la actual Secretaría de Cultura un déficit que supera los ochenta mil millones de pesos, poniendo en peligro la realización de eventos de gran calibre programados para 2024.
Frente a esta situación, la comunidad cultural enfatiza la importancia de contar con una dirección que no solo posea sensibilidad cultural, según palabras del escritor Juan Mosquera, sino que también tenga la capacidad de gestionar y sanar las divisiones existentes. Germán Carvajal resalta la necesidad urgente de un liderazgo que recupere el valor intangible perdido en el sector cultural y educativo de la ciudad.
El reto ahora está en las manos del nuevo Secretario de Cultura Ciudadana, Manuel Córdoba, quien debe enfrentarse a las insatisfacciones acumuladas y gestionar un presupuesto notablemente mermado, buscando recuperar lo perdido y restituir el orgullo y la valía de la cultura en Medellín.