Se cayó otra ministra de Deporte: estos han sido los desastres de la cartera durante el Gobierno Petro

El Ministerio del Deporte no ha podido escribir una historia positiva en el país. Es más, sus mandatos han tenido cada uno sus problemas políticos, económicos o simplemente de gestión, en los cuales no se pudo ver un crecimiento.

Algunos periodos terminaron antes de tiempo y lo más irónico es que una de las deportistas más reconocidas del país fue la que más daño le hizo al ministerio por un caso de corrupción que es catalogado como el peor en la historia del deporte nacional.

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Aquí repasaremos alguno de los capítulos que fueron muestra de un fracaso o parte negativa de un proceso en el que estaban a cargo y no pudieron resolver por medio del Ministerio del Deporte en Colombia. Cuatro y van contando.

Su mandato significó el primero en la historia y el fin de Coldeportes después de cinco décadas de funcionamiento por el deporte de Colombia. La historia lo posesionaba como el primer ministro, pero también le colgaba la cruz

Aunque su labor fue más la de instalar una cartera que no existía en el país, se le atribuye la responsabilidad de haber tomado la decisión de no ser la sede de la Copa América, teniendo en cuenta que para ese entonces había un conflicto interno social con las marchas.

Esto fue en contravía de lo que se quería por parte del gobierno nacional, pero la decisión fue tomada y el país del café se quedó sin la oportunidad de ser por segunda vez la sede del torneo de selecciones nacionales más antiguo del mundo.

Para abril de 2021, el mismo Lucena afirmaba a los medios de comunicación que la Copa América en Colombia “seguía”, pero no fue así. Un mes más tarde, en mayo tuvo que confirmar la noticia que la Conmebol y la Fifa habían tomado la decisión de no realizar el evento en territorio nacional. Esta fue la gran ‘cruz’ del periodo de Lucena.

En medio de la gala de los premios del fútbol femenino del 2021 Herrera hizo un anuncio que sorprendió a todos los hinchas del fútbol femenino de Colombia, luego de afirmar que los equipos iban a recibir la ‘impresionante’ cifra de 3.000 millones de pesos colombianos. Una fórmula que suena bien, pero que no funciona.

Aunque la cifra parece algo rimbombante y de buen uso, cuando se hizo la tabla de gastos no era que quedara mucho para cada uno de los equipos del torneo femenino. 15 equipos recibirían por ese año 200 millones de pesos, que divididos en 12 meses de un contrato laboral quedan en 16 millones. Una cifra que para un equipo de fútbol profesional no representa mucho.

Aunque Herrera buscó la forma de abanderar el tema del fútbol femenino, pasó sin pena ni gloria por el puesto de máximo jefe del deporte colombiano. Un golpe

El ministro del deporte para ese entonces era Guillermo y con la pandemia ya de lado, el foco estaba en el deporte practicado por mujeres y un aparente olvido por parte de las autoridades del fútbol colombiano y los medios de comunicación, que luego encontraron un nicho interesante.

La exministra del Deporte María Isabel Urrutia, quien fue la primera mujer en ocupar dicho cargo en Colombia y es recordada por ser la primera medallista de oro olímpica del país, se encuentra en el centro de una polémica investigación por un presunto desfalco durante su gestión.

Se investigan alrededor de 104 contratos firmados por motivos personales, que han generado serias acusaciones contra Urrutia y han llevado el caso ante la justicia para determinar su responsabilidad.

La indagación se centra en la apropiación indebida de fondos a través de la firma de contratos que, según reportes, habrían sido adjudicados bajo criterios personales, desatando controversia sobre la gestión financiera del Ministerio del Deporte.

María Isabel Urrutia ha negado todos los cargos imputados, mientras la investigación permanece abierta, a la espera de un juicio que defina las implicaciones legales y posibles sanciones políticas sobre la exministra y destacada deportista colombiana.

La más reciente jefe de cartera y otra que no pudo pasar desapercibida por el ministerio de los errores. Su mala gestión terminó desencadenando una serie de errores que como resultado dejaron a un país como Colombia sin los Juegos Panamericanos.

Lo grave del asunto es que no se perdió la candidatura sino la propia sede ya establecida para Colombia, por el simple hecho de no pagar las cuotas establecidas en las fechas determinadas para poder llevar a cabo este evento de gran importancia para el deporte de la región.

Barranquilla, ciudades y municipios aledaños perdieron una gran inversión en materia de infraestructura y escenarios deportivos. Un dinero que no se va a recuperar igual que los ocho millones de dólares invertidos en algo que ya no va a pasar.