Grupo Niche celebró los 40 años de ‘Cali Pachanguero’ con nueva gira: así nació su canción más emblemática

Colombia tiene una singular virtud: no solo generar sus propios ritmos musicales como la cumbia o el vallenato, sino de adoptar con los brazos abiertos ciertos ritmos extranjeros. Así como sucedió con las rancheras o la música popular en buena parte de la geografía nacional, o el reguetón en Medellín en tiempos recientes, Cali en su día acogió la salsa con los brazos abiertos y se apropió de ella hasta el punto de que se convirtió en su hogar espiritual una vez su máximo furor terminó.

Siguiendo el ejemplo que impuso Fruko y sus Tesos en los años 70, Grupo Niche tomó el testigo durante los 80 hasta hacer que su nombre y el de la Sucursal del Cielo fuesen casi que sinónimos. Buena parte de la culpa la tiene Cali Pachanguero, la canción que los propulsó al éxito nacional e internacional y convirtió a la banda dirigida por Jairo Varela en la número uno del país.

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Con motivo del 40 aniversario de la que es calificada como una carta de amor a la capital de Valle del Cauca, la agrupación anunció su Pachanguero Tour 40 años para celebrar, junto a su público alrededor del mundo, este momento irrepetible en la historia de la salsa. La misma ya dio inicio en Australia, el pasado 11 de febrero, y seguirá con fechas por Estados Unidos, Panamá, Perú, México, Chile y, por supuesto, en el país.

En territorio nacional tendrán dos fechas en julio. La primera será en Bogotá, el 21 de julio, para el festival Viva La Salsa, mientras que la segunda será en Medellín, el 23 de julio, en un escenario todavía por confirmar. La gira se extenderá hasta noviembre de 2024.

El origen de la composición que cambió la vida del Grupo Niche y de Jairo Varela se remonta a 1982. En ese tiempo el grupo se encontraba en Nueva York adelantando una gira por los Estados Unidos, y durante un ensayo Varela se dio cuenta de que había un muchacho que los observaba al otro lado de la calle.

El maestro lo invitó a pasar y el joven le reveló que era de Cali y que había llegado a Estados Unidos en busca del “sueño americano”, pero las dificultades que había atravesado desde su llegada le hacían añorar el día en que pudiera volver a su ciudad natal. Entre lágrimas, le confesó a Varela que “si logro volver a mi ciudad, juro que no me vuelvo a ir”.

Ese episodio conmovió a Varela profundamente y fue la semilla que le llevó a idear una canción pensada para celebrar a Cali y todo lo que representaba tanto en el imaginario popular como para sus propios habitantes. “Al llegar a su casa, de regreso de ese viaje, pidió que le compraran una libreta y un lapicero”, relató Rommel Caycedo, sobrino de Varela y encargado hasta la fecha del booking de las presentaciones de Grupo Niche, en declaraciones para El País en 2016.

A la par de referencias a lo que caracterizaba el sentir de los caleños como su orgullo cívico, sus dos equipos de fútbol (América y Deportivo Cali, por entonces de los más destacados del fútbol colombiano), una estrofa en particular plasmó esa nostalgia del muchacho que Varela se encontró en Nueva York.

“Es por eso que espero que los días que lejos, cuando dure mi ausencia, sabes bien que me muero, todos los caminos conducen a ti, si supieras la pena que un día sentí cuando en frente de mí tus montañas no vi...”. No es casualidad que sea la más solemne en una pista que por lo demás invita al baile de principio a fin.

“Es una canción melancólica y emocionante, parece una historia sencilla, aunque no lo es tanto”, le reveló Varela al escritor Umberto Valverde, durante la realización del libro Jairo Varela, que todo el mundo te cante.

Varela se la mostró al resto de componentes de Niche durante un ensayo en Cartagena, dos años después de ese viaje por Estados Unidos. Pero según recordó Richie Valdés, hoy director de Niche y que por esa época formaba parte de la Orquesta Guayacán, “a los propios músicos de Niche no les gustaba la canción, la detestaban. Decían que era un tema muy ‘gallego’, que le faltaba golpe. No entendían por qué Jairo le apostaba a una canción que comenzaba lento y que se tomaba su tiempo para que se arrebatara. Creían que eso a la gente no le iba a gustar”.

A pesar de las reservas de sus músicos, el criterio de Varela se impuso y se grabó en estudio durante las sesiones del tercer LP de Niche, No hay quinto malo, publicado en noviembre de 1984. Moncho Santana fue el encargado de poner las voces en la grabación de estudio. El resto es historia.

Ante la evidencia de que los instintos de Varela eran acertados, Valdés comentó en El País, orgulloso, “si Niche no interpreta el Cali Pachanguero, así sea en Noruega, en España, en Japón o en un pueblo perdido de la frontera entre Perú y Bolivia, como Juliaca, es como si no nos hubiéramos presentado”.