Historias de romance, comedia y terror ocurren todos los días en los buses y estaciones del sistema de transporte público de Bogotá. De ahí que, conociendo su potencial, la empresa Transmilenio lanzó un concurso este miércoles 14 de febrero, a propósito del día de San Valentín.
La dinámica fue anunciada a través de sus redes sociales: “En el Día de San Valentín premiamos los dos mejores relatos. Escribe un texto de máximo 280 caracteres contando tu historia de amor en el Sistema de transporte público #TransMilenio Tienes hasta las 8:00 p.m. del 14 de febrero para postear en X, el texto con el #TransMiLovers”.
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La convocatoria consiste en narrar en apenas dos o tres párrafos cómo llegó a enamorarse a primera vista en los buses articulados y zonales de Transmilenio, para ganar un premio aún desconocido, con su historia y destreza para contarla.
Aquí algunas de los relatos más llamativos:
La bogotana Paula Varón comentó: “Desde que empecé a usar el Transmi el 2012 me sentía algo de cosquillas me sentía nerviosa pero me acostumbré a usarlo me hice amiga hasta que nos gustamos y empezamos a salir y nunca deje de montarme es cómo el amor a la primera vista”.
Escondido bajo su seudónimo, el goyo pollo narró: “Bájese del hp bicho. Me dijiste al entrar, navaja en mano, al J24, pasando Marly. Yo me quedé petrificado, no por el asalto, sino por aquel rostro de furia que escondía tu miedo. Y sentí sangre en mi camisa. Pero tus ojos azules penetraron más en mí que tu acero”.
Soy Canela detalló: “Iba en un F23, a un chico se le cayó un libro en la Jiménez. Lo recogí y empecé a perseguirlo por el túnel mientras le gritaba, no oía y me enojé. Lo alcancé. Era sordo, y el libro era de Peri Rossi, mi poeta favorita ®. Aprendí LSC por él, fue mi primer gran amor”.
Nicoll Francia intentó algo diferente al hablar de su mejor recuerdo en el sistema: “En San Valentín no solo se celebra el amor de parejas. Mi historia de amor puro es con mi abuelita pues fue con quien conocí el trasmi hace muchos años ya y es un recuerdo que atesoraré siempre”.
Daya Lula contó su historia de amor inesperado: “Que casualidad que dos personas que iban tarde el mismo día, decidieran coger la misma ruta. K54. Estaban en el acordeón que une el vagón del medio y final, pasando por Hortúa y entrañando lo que se convertiría en el inicio de un viaje lleno de baches”.
El esparragón no se quedó atrás: “En la abarrotada estación de Bosa, sus miradas se cruzaron. El, con su guitarra, le dedicó una canción improvisada en esa gélida noche. Ella, sonrojada, le regaló una sonrisa tímida. A partir de ese momento, a medida que usaban la misma ruta surgía un gran amor”.
Carlos Moreno quiso ser descriptivo: “Entre apretujones y murmullos, encontraron un asiento juntos. Con cada parada, sus manos se rozaban inadvertidamente hasta que, finalmente, entrelazaron sus dedos. El ruido de la ciudad se desvaneció cuando sus ojos se encontraron de nuevo”.
Y Rocket Queen condensó lo que algunos usuarios siguen pensando, pese a los esfuerzos del sistema por generar una cercanía: “No hay premio que llene el vacío espiritual ni que salve del desgaste que genera montarse en esa mierd@$%#”.
¿Qué dice Transmilenio sobre los amoríos en el sistema?
El Manual del Usuario, diseñado para regular el comportamiento de los bogotanos en Transmilenio no habla sobre las demostraciones de cariño, pero sí prohíbe el acoso y los actos obscenos en el sistema: Quien perturbe la tranquilidad, vulnere la moral, la honra o la integridad de los demás, con palabras inapropiadas o mediante cualquier acto obsceno, será retirado de manera inmediata del Sistema y se le aplicarán las medidas del Artículo 146 del Código Nacional de Policía y Convivencia. Numeral 15 - Multa general tipo 4.