Tanqueta de disturbios se convirtió en oasis de agua potable para combatir la sequía en Bolívar

En el departamento de Bolívar, una tanqueta del Esmad, ahora Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), originalmente destinada para el control del orden público, fue reasignada a una misión humanitaria sumamente atípica pero esencial: la distribución de agua potable a más de 150 familias afectadas por una severa sequía y la escasez del líquido vital.

Este cambio de operaciones refleja un esfuerzo por parte de las autoridades para mitigar la crisis del agua que enfrenta la región, particularmente en localidades como Zipacoa, ubicadas en el norte del departamento de Bolívar. La transformación de un vehículo asociado con la represión de protestas en una fuente vital de agua potable representa una novedosa estrategia de proximidad comunitaria, según explicó el coronel Alejandro Reyes, comandante de la Policía de Bolívar.

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El oficial destacó la importancia de estas acciones, no solo como una respuesta a las necesidades inmediatas de la población afectada por la falta de acceso a agua segura, sino también como un gesto de solidaridad y cooperación entre la policía y la comunidad: “No solamente se trata de represión, de retener, sino de acercamiento a la comunidad, trabajo en equipo, comunidad - Policía siempre juntos”, expresó el comandante para Noticias Caracol.

La recepción de esta asistencia ha marcado un contraste significativo con la imagen usual de las unidades de control del orden. Habitantes de las áreas beneficiadas, como Carmen Rosa Martelo, han expresado su agradecimiento por el suministro del líquido vital, que les ha sido esquivo y cuyo costo ha resultado prohibitivo para muchos. “Por lo menos yo, como no tuve los $5.000 para comprar el poquito de agua, tenía que estar pidiendo a los otros vecinos”, aseguró la habitante afectada por la sequía.

“Agradecemos a la Policía Bolívar por su compromiso y generosidad al brindar ayuda cuando más se necesita. Que este acto inspire a continuar construyendo puentes de solidaridad en nuestra comunidad y más allá. Hoy hemos aprendido la lección de que incluso las máquinas más imponentes pueden transformarse en fuentes de vida” expresó un vocero de la comunidad.

Este giro en las operaciones policiales no solo ha brindado alivio a las necesidades inmediatas, sino que también ha contribuido a mejorar la percepción de la fuerza policial en las comunidades. El comisario Jesús Posada de la Policía Nacional reflejó el espíritu de la misión al señalar que la reconversión del uso de la tanqueta, de una herramienta de control a una de apoyo a la ciudadanía, simboliza un compromiso con el bienestar de la población.

“Anteriormente, era para dispersar la multitud cuando se presentaban disturbios y desorden, pero esta vez lo hacemos con un fin de corazón específico, que es llevarle a nuestra ciudadanía lo que más está anhelando en este momento, el agua potable”, indicó el uniformado en el medio citado anteriormente.

Esta iniciativa se mantendrá en vigor hasta que se normalice la situación del abastecimiento de agua con el regreso de las lluvias y la rehabilitación de los sistemas de acueducto. Las acciones de la Policía de Bolívar resaltan un novel enfoque en la gestión de crisis humanitarias y subrayan la importancia de las fuerzas del orden en el apoyo y asistencia a municipalidades en situaciones de emergencia.

La Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique) llamó a tomar medidas de precaución frente a la notable reducción de agua en el Canal del Dique y el Río Magdalena, provocada por el fenómeno de El Niño. Este descenso amenaza el abastecimiento de agua en diversas localidades de los departamentos del norte y centro de Bolívar, alertando a las autoridades y habitantes sobre los potenciales impactos en la captación de agua.

Los expertos de Cardique verificaron minuciosamente los niveles de agua en ambas fuentes hídricas, confirmando una disminución significativa que, aunque no ha desencadenado una emergencia de desabastecimiento inmediato, exige adopción de estrategias preventivas para asegurar el suministro a largo plazo. Las inspecciones detalladas incluyeron zonas clave como Calamar, San Juan-San Jacinto, El Guamo, San Cristóbal y La Línea, todas las cuales dependen críticamente de estas fuentes de agua.