Muerte de extranjeros en Medellín no paran: encuentran a canadiense con signos de violencia

Al parecer, un golpe contundente en la cabeza fue suficiente para que un ciudadano canadiense se desplomara en el suelo, en una calle del barrio Belén de la comuna 16 (Medellín).

Fueron uniformados de la Policía Metropolitana de Valle de Aburrá, quienes, hacia las 9:00 p. m. del lunes 12 de febrero, hallaron al hombre gravemente herido, por lo que lo trasladaron a la Unidad Intermedia de Belén.

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El estado del extranjero era crítico, por lo que fue remitido al Hospital General de Medellín, donde desafortunadamente llegó sin signos vitales.

El hombre fue identificado como Salo Lloyd, de 60 años, que, según algunas versiones no oficiales, estaría en estado de embriaguez y se habría caído por sí solo, provocando el golpe contundente; no obstante, serán las autoridades competentes que determinen las causas y móviles que llevaron a su muerte.

Con Lloyd, serían siete los extranjeros que han muerto en extrañas circunstancias en lo corrido de 2024.

Las últimas dos muertes reportadas de extranjeros no migrantes en la capital antioqueña fue la de los estadounidenses: Manley Mark Conlen, de 37 años y Anthony López, de 29, casos que las autoridades atendieron el tres y cuatro de febrero.

Del primer caso se sabe que ocurrió en el edificio Lugo del barrio La Aguacatala, en el que el Mark Conlen cayó de un piso 17, aparentemente solo.

Fueron los guardas de seguridad del edificio quienes encontraron el cuerpo del hombre una hora después de la caída.

De acuerdo con información de medios locales, el ciudadano habría alquilado un apartamento a través de la plataforma de hospedaje Airbnb, y se encontraba en el país desde diciembre de 2023. Adicionalmente, se conoció que realizaron la verificación de cámaras de seguridad del edificio y no encontraron personas extrañas o que hubieran acompañado al extranjero de 37 años.

“Al parecer, la víctima se encontraba solo en el inmueble. Se desconocen las causas de su lanzamiento”, indicaron las autoridades.

El segundo caso ocurrió el domingo cuatro de febrero, esta vez en un reconocido hotel de la ciudad. Anthony López fue encontrado sin vida en una de las habitaciones, pero en este caso, el ciudadano de 29 años sí estuvo acompañado por dos mujeres durante unos minutos, quienes abandonaron el lugar antes de que se descubriera la macabra escena.

López habría ingresado al hotel en estado de embriaguez y fue encontrado sin signos vitales en la habitación por un empleado que dio aviso a las autoridades. En una primera evaluación, los investigadores indicaron que el cuerpo no presentaba señales de violencia.

La muerte inexplicable de turistas extranjeros ha generado que las autoridades implementen operativos para dar con la captura de estructuras delincuenciales que se dedican a engañar, estafar y hasta asesinar a estos ciudadanos.

Por ello, en un operativo conocido el martes 13 de febrero, las autoridades lograron dar con la captura de tres sujetos que contactaban ciudadanos extranjeros de la comunidad LGBTIQ+, para luego citarlos en establecimientos nocturnos de la capital antioqueña, drogarlos y posteriormente robarlos.

“Con la denuncia de algunos ciudadanos extranjeros y nacionales, La policía Nacional identificó un grupo de personas que se dedicaba a contactar personas por medio de plataformas digitales y redes sociales para luego hurtarlos, despojándolos de su dinero y joyas”, indicó el reporte policial.

Los delincuentes, pertenecientes a una red criminal dedicada a este tipo de delito, contactaban a los ciudadanos a través de la plataforma Tinder y Facebook, a quienes drogaba y posteriormente les hacían el paseo millonario.

“Las víctimas después de ser contactadas y citadas en algún establecimiento, le suministraban sustancias en las bebidas para luego ser llevados en vehículos de servicio público. Aprovechando el estado de indefensión, estas personas le hurtaban las pertenencias y el dinero de tarjetas débito y crédito a las víctimas”, añadió la Policía.

En los allanamientos a los delincuentes les incautaron tres celulares y se estima que el capital robado a las víctimas asciende a los $80 millones.