Hasta el caserío Cancha Manila, zona rural del municipio de Segovia, al nordeste de Antioquia, llegaron 220 uniformados de las Fuerzas Militares en horas de la mañana del sábado 10 de febrero.
El motivo fueron las denuncias y llamados urgentes de las autoridades locales por la crítica situación de orden público que están ocasionando los fuertes enfrentamientos entre grupos armados de la región.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel.
La subestructura Jorge Iván Arboleda, del clan del Golfo, sostiene un enfrentamiento a muerte contra una coalición conformada por el frente José Antonio Galán, del ELN, y la Estructura 4 de las disidencias de las Farc, autodenominadas como Estado Mayor Central (EMC).
“Es así como desde el Comando General de las Fuerzas Militares se ordenó el despliegue inmediato de unidades de Fuerzas Especiales y territoriales con capacidades diferenciales y expertas en neutralizar este tipo de amenazas bajo las normas del Derecho Internacional Humanitario y el respeto de los Derechos Humanos”, señalaron las Fuerzas Militares.
Aquella intervención militar, ordenada por el comandante general de las Fuerzas Militares, general Helder Fernan Giraldo Bonilla, consistió en el despliegue de unidades especializadas en operaciones territoriales, cuyo fin será el de neutralizar las amenazas en la zona, respetando los derechos humanos y siguiendo los protocolos del Derecho Internacional Humanitario.
Gracias a la presencia de las tropas, las actividades cotidianas, comerciales y educativas de la zona volvieron a la normalidad. Además, los enfermeros del Ejército han atendido a campesinos heridos.
“Incluso, un campesino que tenía una lesión cutánea en una de sus piernas y que no había recibido ninguna clase de atención para su tratamiento fue atendido por enfermeros de combate del Ejército Nacional, quien realizó un manejo básico prioritario de la lesión que el señor tenía, la cual posiblemente ahora si pueda sanar de manera pronta”, señaló el Ejército en un comunicado.
Adicional al componente terrestre, las Fuerzas Militares dispusieron del apoyo de helicópteros de la Aviación del Ejército Nacional y de la Fuerza Aeroespacial, para el transporte y movimiento de las tropas a las áreas que se necesite cuando haga falta.
También cuentan con el apoyo de drones no tripulados que realizan sobrevuelos preventivos y registran los movimientos en las áreas circundantes. Ello permite ubicar a los integrantes de los grupos armados ilegales de manera oportuna para reaccionar a tiempo y evitar posibles acciones criminales.
Los enfrentamientos entre los grupos criminales se deben a la disputa por el control de las rutas del narcotráfico y la minería ilegal. No solo buscan controlar el manejo de los cultivos ilícitos, también buscan controlar los laboratorios para el procesamiento de estupefacientes, explotar oro y tener la posibilidad de extorsionar a comerciantes, ganaderos y transportadores.
El Ejército añadió que “los uniformados permanecerán en la región realizando operaciones militares en varios puntos y de manera móvil ayudarán a que las confrontaciones cesen y de esta manera regrese la tranquilidad, así como prevenir desplazamientos forzados”.
Esta situación ocurre en Antioquia, mientras que en Tuluá (Valle del Cauca), que queda a tan solo media hora de Cali, también se reportó una complicada situación de orden público en la noche del sábado 10 de febrero.
Un agente de tránsito fue asesinado y uno de sus compañeros fue gravemente herido. Además, se quemaron varios vehículos, lo que conllevó que el alcalde del municipio, Gustavo Vélez, decretara restricción a la movilidad.
“Hemos tomado la decisión de militarizar la ciudad y de hacer el decreto de toque de queda para que a partir de las 11 de la noche comience a operar en nuestro municipio. Hemos tenido el apoyo de las instituciones del Gobierno Nacional, y el departamental a través de la gobernadora Dilian Francisca Toro y por supuesto de la Policía y el Ejército”, anunció el mandatario municipal.