Ni los muertos se salvan de la delincuencia: cementerio de Chinácota, Norte de Santander, fue atracado

El valor del asalto en el campo santo supera los cuatro millones de pesos. Párroco, autoridades y comunidad rechazaron los actos vandálicos

Robo sacrílego en cementerio de Chinácota supera los 4 millones de pesos - crédito Álvaro Gil Mendoza / Facebook

Indignados están los habitantes del municipio de Chinácota, en el departamento de Norte de Santander, por los robos a los que se está viendo enfrentado el cementerio de su localidad. Ya ni sus familiares, amigos o conocidos que descansan en paz se pueden librar de ser víctimas de los ladrones, quienes tienen azotado el lugar.

Un periodista local y algunos habitantes a través de redes sociales se quejaron de la profanación que personas inescrupulosas están haciendo del camposanto. El comunicador Álvaro Gil Mendoza, en un video de un poco más de tres minutos, desde su cuenta de Facebook, hizo la denuncia que alertó a autoridades locales y hasta el mismo párroco local.

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“Siendo las 9:43 minutos de la mañana me hago presente en el camposanto de hoy sábado 10 de febrero de 2024. Actos lamentables se vienen presentando en nuestro territorio municipal de Chinácota y no es ajeno nuestro cementerio”, detalló.

En el mismo sentido, suponiendo lo que habría pasado, confirmó que una de las campanas fue robada y que la otra, por motivos de seguridad y orden del sacerdote, fue guardada bajo llave para evitar que también se le lleven.

Tal vez en las horas de la noche o en la madrugada desadaptados vinieron y se robaron una de las campanas del camposanto de nuestro cementerio. La otra campana, por petición de nuestro párroco, fue llevada al templo parroquial para guardarla por prevención”, añadió.

Ladrones desvalijan cementerio en Norte de Santander: campanas y lápidas robadas - crédito Francisco Hernández Castañeda / Facebook

Pero a los amigos de lo ajeno no les bastó con llevarse las campanas que anuncian los toques para las misas en honor a los fieles difuntos, sino que encima de ello se están apropiando de las lápidas que tienen o están hechas en su totalidad en aluminio.

“De igual manera, en este sagrado lugar donde reposan nuestros familiares, nuestros amigos y nuestros miembros de la comunidad, se vienen también robando las lápidas, sobre todo, las que tienen aluminio”, señaló.

El periodista local invitó a los habitantes de Chinácota a que se comprometan con la seguridad de su territorio, ampliando que ya la Policía municipal está al tanto de lo acontecido en este punto crucial de la religión católica.

“Y hacerles un llamado a todos aquellos que, comprometidos con la seguridad del municipio, porque esta es una responsabilidad de todos, no solamente de las autoridades. Ya el señor Omar Aguilar colocó la queja ante la Policía Nacional, de igual manera lo hará nuestro párroco, que ya tiene el conocimiento de lo que acontece en este camposanto. Al igual que ya se le informó a la Policía Nacional, lamentable, lamentable lo que acontece”, sostuvo.

En la grabación mostró cómo los ladrones habrían podido acceder a la altura en la que estaba la campana, evidenciando que fue a través de una escalera, que, se presume, es del mismo cementerio.

Y mirar que utilizaron esta escalera para subirse y bajo esa altura se cuelgan y se roban una de las campanas, de pronto podemos decir que tiene un valor alrededor de unos 4 millones de pesos, pero lamentable lo que acontece en torno a nuestro municipio y a nuestro cementerio. Y hacerle un llamado a la comunidad para que todos demos a conocer este vídeo de lo que acontece en nuestro cementerio parroquial”, puntualizó.

Finalmente, invitó a los bandidos a que devuelvan la campana: “Con todo nuestro afecto ahí podemos mirar los dos lugares de las campanas, donde una fue robada anoche. Si pueden compartir este mensaje, muy importante, y pedirles a las personas que se la llevaron que, por favor, devuélvanlas para este lugar que es un camposanto. El sonido de las campanas es la voz de Dios”.

Este acto de profanación no solo materializa un cuantioso perjuicio económico, sino que atenta contra el reposo y la memoria de los difuntos del municipio - crédito Álvaro Gil Mendoza / Facebook