Estudiante colombiana en Australia no encuentra trabajo estable: al borde del llanto reveló su trágica situación

Australia representa una oportunidad excepcional para jóvenes y profesionales colombianos que desean expandir sus horizontes educativos y laborales en un contexto internacional. Con un sistema educativo de alta calidad y reconocimiento mundial, este país ofrece programas académicos en inglés y de formación profesional que abarcan una amplia variedad de disciplinas. Esto permite que nacionales puedan encontrar opciones que se ajustan perfectamente a sus intereses y objetivos de carrera, favoreciendo un desarrollo integral en un ambiente multicultural.

La posibilidad de trabajar mientras se estudia bajo la visa de estudio es otro factor que hace de este un destino atractivo para los colombianos. Este permiso contribuye a que los alumnos puedan costear su educación y manutención, al tiempo que ganan experiencia laboral valiosa en un mercado de trabajo competitivo y globalizado.

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En un momento en que muchos son los que quieren migrar y en el que las redes sociales han hecho que algunos vendan una felicidad falsa a punta de fotos y videos con paisajes de ensueños, mientras están aguantando hambre y muchas veces no tienen en dónde vivir, todo no es color de rosa.

Manuela Roa Arias, una joven colombiana que se encuentra como estudiante en la región oceánica, desde su cuenta de TikTok mostró la otra cara de la moneda y de lo que muchos no hablan a la hora de viajar a países desarrollados como este.

“La inestabilidad laboral en Australia es de lo peor. Uno puede estar bien un día y tener muchas horas de trabajo y a la siguiente semana no tiene ni mierda y, pues, obviamente, eso siempre a uno lo deja como inestable, como que uno nunca sabe”, expresó.

La mujer, en medio de lamentos y ya con los ojos aguados, confesó que tan solo le asignaron 10 horas de trabajo para su siguiente semana, lo que económicamente no es rentable en un país del primer mundo donde el costo de vida se multiplica por 3, 4 o 5 a comparación de Colombia o Latinoamérica.

“La mayoría de gente que hace vídeos sobre Australia solo dice cosas buenas. ¿Qué tiene vivir acá? En realidad, hay momentos en los que uno está acá y otros en los que está por allá debajo de la tierra, porque, obviamente, uno necesita vivir y todo es plata, en el mundo todo es plata, en la vida todo es plata”, añadió.

Roa Arias reiteró que 10 horas de trabajo a la semana no son suficientes para suplir sus gastos, rememorando que venía trabajando 24 horas semanales en el mismo lugar: “Entonces, pues estaba bien, o al menos 20. La inestabilidad es lo peor. Y bueno, no sé, supongo que esa es la vida, ¡qué mierda!”.

También habló sobre resiliencia y de cómo utiliza su cuenta virtual en la red social para poder desahogarse del mal momento que está pasando en busca de su sueño australiano.

“Ahí sí que dicen que uno debe ser resiliente y uno acá sí que aprende de eso. En verdad, qué rabia, no le echo la culpa a nadie, solo qué rabia, qué rabia sentirse así. Nunca había hecho un TikTok así, pero tenía ganas de desahogarme y de pronto alguien acá, también lo había, supongo que todo el mundo, todos lo hemos vivido. Yo ya lo he vivido varias veces, pero igual no dejo de sentirme como: qué mierda, tanta inestabilidad y la incertidumbre”, agregó.

Cuando llegó al punto de hablar de lo que implica tener que estudiar y alternarlo que lo laboral, hizo énfasis en que no es para nada fácil en comparación con una persona que tenga su residencia o visa de trabajo.

“Y más porque somos estudiantes, entonces tengo que estudiar y básicamente, por eso tengo clase y tengo que hacer trabajos, entonces tuve que quitarme disponibilidad y, obviamente, me quitaron horas. Necesito consejos”, indicó.

Finalmente, concluyo su video recalcando que no todo es perfecto y que cuando ella ha estado bien siempre le pasa algo y vuelve a caer en esa situación.

“Definitivamente, no todo es perfecto. Y cuando uno está bien, se los juro, cuando uno está bien, tiene que pasar algo para que uno caiga otra vez”, concluyó.