En Bogotá, específicamente en la localidad de Engativá, habitantes del sector de Álamos Norte han levantado la voz en contra de una problemática que viene afectando su calidad de vida desde hace tres años: un alarmante nivel de contaminación acústica.
Según han reportado en Citytv, el crecimiento desmedido del ruido, producto del uso excesivo de parlantes, megáfonos y el perifoneo comercial, ha desembocado en una crisis que perjudica mayormente a los adultos mayores del área.
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“Estamos muy afectados con el tema del desorden en cuanto a los vendedores ambulantes y también la exageración de ruido que nos tienen las personas que pasan promoviendo sus productos, ya sabiendo que aquí hay unas personas que están trabajando en casa, además hay unas personas enfermas que les afecta está situación”, sostuvo un habitante de la zona en conversaciones con Citytv.
Los residentes de Álamos Norte han intentado buscar soluciones a través de la Secretaría de Ambiente y la alcaldía local de Engativá, solicitando su intervención para mediar con los comerciantes responsables de la generación de ruido.
Pese a las quejas y reclamos de los habitantes del sector, han denunciado que ha habido represalias, incluyendo amenazas. “La situación ha escalado. No solo para mí ha habido amenazas por parte de las personas, carretas que tienen el perifoneo comercial, sino también a unos vecinos que les han dicho que tienen que bajarle porque no está permitido este perifoneo”, sostuvo otro habitante de la zona en conversaciones con el medio mencionado.
Sin embargo, argumentan que hasta la fecha, las respuestas obtenidas no han sido suficientes para mitigar el problema. Esta situación ha contribuido no solo a la disminución de la tranquilidad en la zona, sino también a un incremento en el nivel de inseguridad.
Se han reportado incidentes que ponen en juego la integridad de los habitantes, según las mismas voces de la comunidad. La Policía de Engativá anunció la implementación de planes conjuntos con la alcaldía para promover la convivencia ciudadana y abordar esta y otras problemáticas.
La Policía Nacional junto a otras entidades ha puesto especial atención en lugares críticos, como el humedal Juan Amarillo, en Engativá, el cual ha sido afectado por invasiones, actividades delictivas y un notable deterioro ambiental, incluyendo la contaminación auditiva de Álamos Norte.
En una misma noche, conductor en Bogotá se salvó de una balacera y un accidente de tránsito
En la noche del martes 30 de enero, un incidente en el barrio Villas de Granada de Engativá se reveló como algo más que un accidente de tránsito común. Las autoridades descubrieron indicios de un posible sicariato tras examinar a los ocupantes de un vehículo con placas BRE-664, lo cual inició una investigación por parte de la Seccional de Investigación Judicial y Criminal (Sijín) de Bogotá.
El siniestro tuvo lugar cuando un automóvil colisionó con un taxi, impactando finalmente contra el portón de una tienda. Testimonios indican que previo al choque, individuos en motocicleta abrieron fuego contra los pasajeros del carro. Un guardia de seguridad local relató haber visto a los atacantes disparar varias veces.
Este relato coincide con la versión de las autoridades, que consideran el evento como un acto de sicariato, según lo comunicado por el teniente coronel Ronald Mariño, comandante operativo de seguridad, a Arriba Bogotá.
Los atacantes huyeron tras provocar la muerte de dos de los tres ocupantes del automóvil en cuestión. Inicialmente, el incidente fue confundido con un mero accidente de tránsito. No obstante, una vez en la escena, la Sijín confirmó que el conductor sobrevivió y que los fallecidos tenían antecedentes judiciales, lo cual sugiere un posible ajuste de cuentas entre bandas criminales. Ronald Mariño destacó el esfuerzo por recabar todas las grabaciones de seguridad de la zona para esclarecer el suceso.