La organización sindical del Ministerio de Relaciones exteriores advirtió el martes 6 de febrero que la designación de Armando Bendetti como embajador en la agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) tendrá serias consecuencias a nivel diplomático.
A través de un comunicado la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular de Colombia (Unidiplo) señaló en primer lugar que el que fuera el representante diplomático de Colombia en Venezuela no cumplía con los requisitos para asumir ese nuevo cargo, como dominar un segundo idioma y porque tampoco ha tenido una trayectoria dentro del servicio de exteriores.
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“No ha Ingresado por concurso público, no ha pasado por el proceso jerarquizado basado en el mérito y no ha tenido que demostrar un proceso de continua especialización en cargos diplomáticos y consulares”, afirmaron.
Descalificaron, además, el conocimiento de Benedetti sobre temas de agricultura y alimentación, en los cuales no ha trabajado el también excongresista durante su carrera políticas.
Recordaron que durante su corta gestión en Caracas, su desempeño fue bastante cuestionable ya que no contaba con las capacidades que exige ese cargo e incurrió en faltas administrativas y disciplinarias, entre ellas su inasistencia injustificada en la sede de esa embajada.
“Unidiplo considera que insistir en su designación genera un riesgo reputacional para Colombia a nivel internacional”, alertaron.
También criticaron que el Gobierno del presidente Petro haya manifestado su deseo de no hacer gastos innecesarios, pero reabra la representación en la FAO, que ya se gestionaba desde la representación diplomática en Italia, país en el que se encuentra ese agencia de la ONU.
“(Expresamos nuestra) preocupación por el impacto que tendrá esta decisión en el presupuesto del Ministerio, teniendo en cuenta que en Roma ya operan dos Embajadas (ante Italia y la Santa Sede). La apertura de una tercera iría en contravía del Plan de Austeridad del Gasto de la Cancillería. Abrir una nueva misión diplomática le genera al Estado compromisos financieros importantes”, aseveraron.
Finalmente pidieron conocer cómo se llevó a cabo el proceso con el que en el Gobierno decidieron reabrir esa embajada y otras nueve, ya que se tenían identificadas algunas en las que sí hay necesidades apremiantes en servicios consulares.
“Resulta necesario conocer cuál fue el proceso de toma de decisión detrás de la apertura de esta Misión y los documentos técnicos que dan cuenta de su conveniencia”, solicitaron.
En 1999, durante la presidencia de Andrés Pastrana al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores decidió suprimir la misión permanente junto a las embajadas de Tailandia, Nueva Zelandia y Bulgaria.
La razón dada en aquel momento fue el objetivo de economizar aproximadamente 1,5 millones de dólares anuales correspondientes a los 14 cargos de dicha representación diplomática. Esta medida respondía a la necesidad de enfrentar el déficit fiscal, que por aquel entonces representaba el 4,0% del PIB.
Durante los siguientes 25 años, las labores y representación ante la FAO fueron responsabilidad de la Embajada de Colombia en Italia, tomando en cuenta que la sede permanente de esta está en Roma. Incluso, un año antes, la embajadora Ligia Margarita Quessep Bitar había entregado sus credenciales después de que el presidente Gustavo Petro suscribiera el Pacto por la Paz, la Seguridad Alimentaria y el Derecho Humano a la Alimentación.
Recientemente, el Gobierno decidió reestablecer la misión de Colombia ante la FAO, junto con otras nueve misiones diplomáticas y consulares instauradas por el decreto 1882 del 7 de noviembre de 2023, decreto que además instituyó más de 100 puestos permanentes.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores llevó a cabo un proceso de modernización por el cual determinó la urgente necesidad de reforzar su equipo de trabajo para cumplir de manera eficaz y oportuna con las responsabilidades asignadas por la Constitución y las leyes vigentes”, explicó la Cancillería en el decreto.