Luego de conocerse el caso de la captura de Deisy Dayana Gámez, una mujer de La Loma, Cesar, detenida por un caso de violencia en contra de sus dos hijas gemelas de 4 años, las autoridades revelaron nuevos pormenores de los antecedentes de la detenida.
La escena previa a la detención, descrita por las autoridades fue realmente aterradora. El 6 de febrero cuando uniformados de la Policía ingresaron al domicilio en el que se encontraba Gámez con sus hijas, después de que su hermana denunciara la situación para prevenir un posible apedreamiento contra las menores.
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Los oficiales la encontraron en un estado de agitación extrema, descalza, sin camisa y amenazando a sus hijas con una piedra, a la vez que una de ellas había sido “amarrada de manos y pies y con un cable de cargador de celular rodeando su cuello”. Mientras tanto, su hermanita habría sido “golpeada y lanzada bruscamente al suelo”, como habría detallado el reporte policial.
Sin embargo, nuevos pormenores suministrados por las fuerzas del orden indicarían que la mujer tendría antecedentes de esquizofrenia, en vista de que las menores no solo mostraron contusiones y lesiones, sino claros signos de desnutrición, según el reporte médico que resultó del análisis practicado a las pequeñas en el Hospital Hernando Quintero Blanco, en El Paso, Cesar.
¿Es esta una conducta propia de la esquizofrenia?: Experto analiza
Aunque no ha salido a la luz un claro diagnóstico sobre las dificultades de salud mental que sufriría la agresora, informes de la Policía han sostenido algunos indicios de la mencionada enfermedad, pues fue encontrada con una piedra en la mano, muy exaltada, con serios intentos de afectar a las menores de 4 años.
Pero de acuerdo con el cuadro que presentaron las autoridades, se podría tratar de varias afecciones de este tipo. El doctor en psicología Paulo Daniel Acero, un experto con amplio conocimiento en este tipo de escenarios, le comentó a Infobae Colombia que, en efecto, el comportamiento descrito “eventualmente cabría dentro de los rangos de la esquizofrenia”.
No obstante, agregó que “en salud mental hay que hacer pruebas y tomar certificaciones que lleven a recopilar indicios que lleven a saber si es o no es esquizofrenia. También podría tratarse de un trastorno de control de impulsos, o una especie de psicopatía”, determinó.
En esa medida, para el experto lo fundamental es que una mujer con comportamientos como los de Gámez con sus pequeñas gemelas deba acudir a servicios profesionales. Un individuo con actuaciones impulsivas desmedidas “debe tratarse”. Estos problemas “hacen que, ocasionalmente, la persona, fuera del control de sus impulsos, pierda la realidad y realice actos absolutamente impensados, incluso de agresión contra los seres más queridos”.
Como consecuencia, “una persona con una respuesta de estas, de agresión, tiene que ser urgentemente hospitalizada y sometida a una serie de pruebas y tratamientos que permitan dictaminar claramente que lo que pasa y ofrecer un tratamiento adecuado”, especificó Acero.
Incluso, aseveró la necesidad de que, por separado de los procedimientos legales, la familia de la mujer pueda acceder a tratamientos. “Un entrenamiento a las familias, a los cercanos, para poder relacionarse y permitir que esta persona viva lo más posiblemente adaptada a la realidad”.
El comportamiento de la madre podría ser esquizofrénico
Por su parte, la esquizofrenia es un diágnóstico grave, en términos del académico, pues los diagnosticados pierden en sobremanera el contacto con la vida real.
En su perspectiva, los síntomas tienen que ver con “fantasías; o sea, las personas adoptan creencias falsas que no tienen base en la realidad. Tienen alucinaciones que usualmente implican ver o escuchar cosas que no existen, tienen un pensamiento desorganizado que implica que la comunicación eficaz no pueda seguirse realizando como se hacía antes”.
También agregó que “tienen un elemento que llamamos síntomas negativos, es decir, una capacidad limitada para vivir de manera normal: por ejemplo, la persona puede descuidar su higiene personal. Parece que carece de emociones, no hace contacto visual, no cambia las expresiones faciales y puede perder el interés en las actividades cotidianas en general. Por lo cual, podríamos decir que hay un comportamiento relacionado con la mujer del Cesar”.