En Colombia, no solo las cifras de desempleo juvenil se mueven al ritmo de las dificultades económicas. Los jóvenes que cuentan con empleos también han sido afectados por cambios que se han reflejado en su retribución salarial durante los últimos 10 años.
Según un estudio de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), desde el 2012 las variaciones en los salarios, que ha tenido comportamientos ascendentes con respecto a las subidas del salario mínimo, en algunos sectores poblacionales ha mostrado retrocesos.
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Es el caso del ingreso de los jóvenes colombianos entre 21 y 25 años. De acuerdo con el estudio de la Evolución del Ingreso por Edades en Colombia, citado también por el diario económico La República, “los jóvenes de entre 21 y 25 años, por su parte, han sido los menos favorecidos con una caída en su ingreso en términos reales”.
En primer término, una de las conclusiones del análisis permitió determinar que “el ingreso mediano de los colombianos creció 5,5% en la última década (2012-2022)”. En contraste, no sucedió así con los jóvenes menores de 25 años, cuyos datos fueron ha experimentado un retroceso del 2,5%.
A diferencia de este grupo etario, en los que la mayoría son estudiantes que están en proceso de terminar la universidad o son recién graduados, se encuentran los “más beneficiados”: jóvenes-adultos de 26 a 40 años, en quienes se notó un incremento de la media salarial. Ahora bien, según la observación de La República, la etapa más productiva sería la comprendida entre los rangos de 30 a 45 años, que experimentó un 8,9% de crecimiento real.
Aún así, poblaciones de entre 51 y 55 años, padecieron una caída de la media salarial en un 3,3%. De manera que este fue el sector de edad más afectado.
La clave estaría en la calidad de la educación: Anif
De cara a la situación de sueldos que afecta a los jóvenes de 21 a 25 años, la Anif consideró plantear una mejor calidad en la educación, de manera que se pueda notar una reversión en las cifras actuales. De hecho, la Asociación apuntó a la idea de que no se trata de mayor número de jóvenes profesionales, sino a una mejor calidad.
“Detrás del pobre desempeño de los ingresos de los jóvenes puede estar el estancamiento en la calidad de la educación. Si bien los indicadores de cobertura educativa muestran mejoras significativas, los de calidad no siguen la misma línea”, especificó la entidad.
De hecho, estos vacíos en términos de calidad podrían vincularse con las brechas. Puesto que “la diferencia entre colegios públicos y privados profundiza la desigualdad en etapas más tardías de la vida y compromete la productividad laboral. (...) Es preciso cerrar las brechas en el sistema educativo colombiano en los primeros niveles, tanto en términos urbano-rurales como público-privados, pues son determinantes en la formación laboral”.
De hecho, el equipo de investigación de la Asociación hizo hincapié en la necesidad de alinear mejor la oferta y demanda de trabajo, con la sugerencia de que “hay que fortalecer la formación para el trabajo en sectores que requieren actualmente las empresas”. Sectores como la industria tecnológica o el sector TIC fueron enfatizados como de mayor demanda, de modo que sería pertinente el lanzamiento de más programas de mayor duración, como señaló la Anif.
Así se puede “tener en cuenta posibles brechas entre la oferta y la demanda laboral. Se deben redoblar esfuerzos para aumentar las habilidades de la fuerza de trabajo conforme a lo que precisa el mercado. Eso podría conducir a mejorar la tasa de desempleo a la vez que aumenta la remuneración del capital humano”, concluyó.