En Albania (La Guajira), una mujer, identificada como Gloria Arévalo, fue víctima de un millonario robo por parte de una mujer trans, a la que le había permitido quedarse en su casa por unos días, en vista de que no tenía donde vivir. Alcanzaron a convivir durante cuatro días, hasta que la inquilina hurtó objetos de valor y dinero en efectivo y emprendió la huida.
El 2 de febrero de 2024, a las 80:00 p. m., aproximadamente, Arévalo, que se desempeña como comerciante, salió de casa rumbo a la iglesia y, mientras tanto, la inquilina aprovechó para hurgar en sus pertenencias y robar 150 millones de pesos en joyas y 30 millones de pesos en efectivo.
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“Yo estaba en la iglesia y la dejé a ella en mi casa con las llaves. Al regresar noté que no estaba y como pude metí a uno de mis hijos por el portón para que buscara unas llaves y me abriera. Yo tenía el presentimiento de que me había robado y al entrar a la casa vi mi cuarto desordenado, no estaban las joyas ni el dinero en efectivo de mi negocio, el cual tenía destinado para viajar a Valledupar a comprar útiles escolares para mi negocio”, narró Gloria Arévalo a diario El Pilón.
El hurto quedó registrado en las cámaras de seguridad que tiene instaladas en su casa; se vio cómo guardaba los artículos en una bolsa. Luego, pinchó las llantas del carro de la dueña y huyó. Su paradero todavía es desconocido.
Las cámaras también captaron comportamientos extraños que tuvo la mujer trans en días anteriores. Mantenía conversaciones telefónicas en la madrugada y se le veía buscar algo de manera desesperada en las gavetas de la cocina y en la nevera. Ante esto, la víctima del robo sospecha de que, de pronto, la presunta delincuente quería hacerle daño a la familia con el fin de robar sus pertenencias.
“Sabía de mi trabajo; no sé si quería matarnos (sic). Mis hijos me dijeron que de noche les abría la puerta del cuarto, por eso dormían con llave”, agregó la mujer al medio citado.
Entonces, instauró la respectiva denuncia ante la Fiscalía General de la Nación en contra de la mujer trans, pero mencionando el nombre que tenía cuando se identificaba como hombre: Frainer David Iguarán Ortiz.
Las autoridades encontraron que, justamente, ese nombre aparece en sus registros y presenta un vasto historial criminal en diferentes ciudades del país. Aparece con anotaciones por hurto en Medellín, Bogotá, Valledupar, Barranquilla y Riohacha. De acuerdo con el informativo, antes ya había utilizado la estrategia de fingir estar en apuros, ganarse la confianza de sus víctimas y robar lo que tienen.
En aras de hacer justicia, Arévalo se puso en contacto con la familia de la mujer trans para tener pistas sobre su paradero. Sin embargo, no obtuvo resultados. Los allegados de Iguarán Ortiz aseguraron que hace varios años no lo ven, debido a que no aprueban su orientación sexual. “Cuando supieron que era homosexual lo aborrecieron”, señaló la víctima.
Como consecuencia de lo ocurrido, la mujer ha enfrentado momentos de ansiedad y depresión, sobre todo, porque siente responsabilidad por haber confiado en esa persona. “Fue un descuido, exceso de confianza y yo me culpo, tengo el cargo de conciencia. No he tenido paz desde que sucedió eso”, aseveró.
Este es apenas uno de los muchos casos que se han dado a conocer en Colombia sobre delitos que cometen inquilinos en contra de quienes les dan posada. El 9 de enero de 2024 se registró un homicidio cometido, presuntamente, por un hombre que vivía en una habitación arrendada.
En el barrio Jaqueline, en Kennedy, en el sur de Bogotá, el sujeto en cuestión apuñaló al arrendador, de 62 años, porque le había exigido un pago atrasado. “Esta persona reacciona y le propina varias lesiones con arma blanca, por las cuales fallece. Estamos en el trabajo investigativo, se han elaborado unos retratos hablados”, explicó en su momento el coronel Juan Arévalo, comandante de seguridad ciudadana, según Blu Radio.