Colombia volverá a tener representación ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (conocida como FAO por sus siglas en inglés) después de un cuarto de siglo de haber eliminado esa representación. Al cargo llegará Armando Benedetti, que había presentado su renuncia a mediados del 2023 a la embajada en Venezuela.
La historia de la embajada ante la FAO por parte de Colombia ha tenido diferentes tipos de representación, a través de embajadores propios ante la organización, así como por medio de los embajadores de Italia y Bélgica, que se han encargado de esa gestión diplomática.
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Uno de los primeros consejeros permanentes del país ante la FAO fue Gonzalo Bula Hoyos, familiar del ahora condenado Otto Bula, quien fue elegido presidente de la organización en 1969. Él se mantuvo durante más de una década representando al país como consejero y representantes permanente.
En 1973, Bula fue elegido Presidente Independiente ante el Consejo de la organización y en 1974, el entonces embajador Luis Carlos Galán volvió a presentarlo para reelección del periodo 1975 a 1977. Varios países respaldaron la candidatura y volvió a ser elegido.
En ese año, la FAO también inauguró su oficina en Colombia, desde donde se han articulado varios programas conjuntos, como por ejemplo el apoyo de esa organización de la ONU al capítulo agrario del acuerdo de paz firmado con la guerrilla de las Farc en el 2016.
Sin embargo, Colombia no siempre ha tenido representantes permanentes encargados de los asuntos de la FAO. En 1999 el Ministerio de Relaciones Exteriores, bajo la administración de Andrés Pastrana, eliminó la misión permanente junto a las embajadas de Tailandia, Nueva Zelandia y Bulgaria.
Según explicaron en su momento, la decisión se tomó para ahorrarle al Estado alrededor de 1,5 millones de dólares anuales por los 14 puestos que implicaba esa representación diplomática, debido al déficit fiscal que para entonces alcanzaba 4,0 puntos del PIB.
Desde entonces, hace 25 años, las gestiones y la representación ante la FAO las había manejado la Embajada de Colombia en Italia, debido a que la sede permanente se encuentra en Roma. Incluso hace un año la embajadora Ligia Margarita Quessep Bitar presentó sus credenciales, luego de que el presidente Gustavo Petro firmó el Pacto por la Paz, la Seguridad Alimentaria y el Derecho Humano a la Alimentación.
Ahora el Gobierno nacional ha decidido conformar nuevamente la misión de Colombia ante la FAO, entre otras nueve misiones diplomáticas y consulares que creó en el decreto 1882 del 7 de noviembre de 2023, en el que también se crearon más de 100 cargos de planta.
“Que el Ministerio de Relaciones Exteriores adelantó un proceso de modernización a través del cual identificó la necesidad imperiosa de fortalecer su planta de personal, con el fin de atender, con el concurso de dicho personal, de manera adecuada y oportunamente las funciones que le han sido conferidas por la Constitución y las normas legales vigentes”, justificó la Cancillería en el decreto.
Justamente la misión en la FAO será liderada por Armando Benedetti, uno de los apoyos claves de la campaña del presidente Petro, que había ocupado la embajada en Caracas durante el primer año del Gobierno, pero que renunció a causa de unos audios filtrados que terminaron en investigaciones ante diferentes autoridades.
Benedetti le reclamaba a Laura Sarabia, entonces jefe de Gabinete, otra posición en el Gobierno nacional porque se atribuía haber conseguido 15.000 millones de pesos para la campaña. El diplomático dejó su cargo en julio de 2023 por el escándalo que desataron las grabaciones, así como lo hizo la mano derecha del presidente.
Meses después ambos volvieron al Ejecutivo: Sarabia a la dirección del DPS, aunque continúa liderando reuniones clave del mandatario y con voz en los consejos de ministros; mientras Benedetti regresó otra vez a la diplomacia, pero varios kilómetros más lejos.