Incierto panorama de los precios de los alimentos y el regreso a clases frente al fenómeno de El Niño

Inicia febrero de 2024 y llega con datos y hechos muy relevantes que son analizados por los economistas, tales como los posibles impactos del fenómeno de El Niño en la economía, el crecimiento en 2023, así como el comportamiento de las tasas de interés, la inflación y el panorama internacional, marcado por el inicio de las jornadas electorales en el mundo.

Sobre el fenómeno de El Niño, los analistas aseguran que si bien el final del 2023 fue pasado por lluvias, el inicio de 2024 está acompañado de altas temperaturas en la mayoría del país.

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Por eso aclaran que en Colombia se asocia a un ciclo de sequía fuerte en la mayor parte del territorio y, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la fase más fuerte se vivirá durante febrero.

De acuerdo con el equipo económico de Scotiabank Colpatria, liderado por Sergio Olarte, en materia económica varios sectores pueden verse impactados.

“Los sectores que usualmente se afectan del lado negativo son el sector agropecuario ante la falta de lluvia para el crecimiento de cultivos e incluso producción de productos como la leche. En segundo lugar, el sector de energía, pues la generación hidroeléctrica puede verse impactada negativamente ante menores flujos en los embalses y el sector ambiental y de salud, por el incremento de incendios y la propagación de enfermedades”, afirmaron.

Del lado positivo, los sectores de bebidas pueden tener impulso ante la sensación de calor que genera mayor demanda.

En 2024 se espera que en la medida en que El Niño no se prolongue mucho, tenga impactos limitados en la inflación y en la economía. “Los pronósticos del equipo no involucran grandes impactos, porque está el aprendizaje de que los impactos materiales se dan cuando el fenómeno dura más de seis meses”, explicaron.

En febrero, los hogares experimentarán el ajuste de precios de gran parte de la economía. Los precios de los servicios que son intensivos en mano de obra probablemente se ajustaron durante enero. Sin embargo, dicen los economistas, en febrero se inicia la ronda de asambleas de administración, renovaciones de contratos de arriendos, gastos en educación y por ello se espera que los precios sigan subiendo.

“La buena noticia es que subirán menos que en 2023 y si bien el presupuesto sigue apretado, con el transcurrir del 2024 se espera que la inflación baje de a niveles más cercanos al 7% para mitad de año y entre 4,50% y 5% al final del periodo”, indicaron.

Por otro lado, el periodo escolar retornará a la normalidad al 100% de la economía cotidiana. La movilidad se normaliza y será relevante monitorear de qué forma los hogares se adaptan a los gastos asociados, pues el servicio de la educación usualmente es uno de los más influidos por la indexación a precios pasados.

Desde finales de 2023, el Banco de la República empezó a bajar sus tasas de interés, la disminución continuó en enero con 25 puntos básicos y si bien las tasas de interés siguen altas, se espera que en los meses venideros sigan bajando. Con ello, los hogares podrían experimentar el beneficio de menores tasas con el paso del tiempo; sin embargo, se recomienda seguir siendo prudentes a la hora de tomar decisiones de toma de crédito.

Por otro lado, los agentes siguen muy vigilantes de las perspectivas económicas que pueda tener el Gobierno nacional.

“Particularmente hay expectativa sobre cuándo podría publicarse el plan financiero del Ministerio de Hacienda para 2024, su publicación se esperaba para diciembre, pero se ha venido aplazando y en febrero se seguirá con la expectativa por dicho documento”, anotaron.

En materia política, inicia una nueva legislatura. En el plan de trabajo está debatir sobre las reformas del Gobierno: salud, pensiones, trabajo, educación. Será importante ver el ánimo con el que llega el Congreso de la República y cómo avanzan las conciliaciones para el avance de las reformas.