De película fue el robo que una banda delincuencial protagonizó la madrugada del martes 6 de febrero en el centro comercial Miramar, en la calle 99 carrera 43, en la zona norte de Barranquilla.
Y es que no solo utilizaron “disfraces” para pasar desapercibidos, sino también, un potente químico para deshacer la caja de seguridad de un cajero automático del Banco de Bogotá, hasta donde habrían llegado alrededor de las 5:00 a. m.
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Según dieron a conocer las autoridades del área metropolitana de Barranquilla, hasta el lugar llegaron varios delincuentes que drogaron a los guardias de seguridad del centro comercial y luego los dejaron en estado de indefensión.
Como pudieron, les quitaron los uniformes y revisando tallas los repartieron entre los miembros del grupo para pasar desapercibidos al caminar de manera sospechosa por el centro comercial, a mitad de la madrugada.
En medio del recorrido se encontraron con una sede del Banco de Bogotá y, tras abrir un hueco en la pared, lograron acceder al cajero automático para empezar a utilizar distintas herramientas, entre ellas picos, martillos y equipos de acetileno, hasta abrir la caja en la que se encontraba el dinero en efectivo y luego tomarlo para emprender la huida.
No se sabe con exactitud cuánto dinero llegaron a tomar y es que el Banco de Bogotá no ha dado una cifra aproximada, pero, según se escucha en la grabación de quienes inspeccionaron la escena, los ladrones se habrían llevado cerca de 100 millones de pesos:
“Se tuvieron que haber robado como 100 millones, hermano”, le dice uno de los inspectores a su compañero y este le responde que fue “más”.
Una vez llegaron los guardias del turno de la mañana, encontraron a sus compañeros, aún bajo los efectos de la droga, aún no identificada, y solicitaron ayuda de las autoridades, mientras eran trasladados a la Clínica Portoazul.
Aunque parezca caricaturesco, los ladrones de bancos siguen haciendo hoyos en la pared para llegar hasta el dinero:
En un intento de robo registrado a mediados de noviembre del 2023, ladrones emplearon una técnica ancestral: la de cavar un túnel para ingresar a una sucursal del Banco Agrario en el municipio de La Vega, Cauca, a mitad de la noche.
La comunidad cercana, alertada por el ruido, contactó a las autoridades, quienes sorprendieron a los criminales en pleno acto.
Este incidente marca el segundo asalto al Banco Agrario en solo unos meses; el primero tuvo lugar en Jambaló, Cauca, en septiembre de 2023, cuando un grupo armado irrumpió en la entidad financiera utilizando un método más violento, detonando un explosivo para ganar acceso.
Este ataque no solo resultó en el robo significativo de la sucursal bancaria, sino que también causó daños materiales a propiedades cercanas y dejó a dos oficiales de policía gravemente heridos.
Durante el incidente de La Vega, las autoridades capturaron a los perpetradores dentro del banco, quienes habían acumulado dinero y equipo tecnológico. Se encontró en su posesión herramientas y dispositivos que presuntamente utilizaron para neutralizar el sistema de seguridad del banco.
Mientras, en el caso anterior; es decir, en el de Jambaló, los asaltantes, vestidos con uniformes camuflados similares a los de las fuerzas armadas, dejaron detrás una estela de destrucción y heridas antes de desaparecer con el botín.
El alcalde de Jambaló, James Medina, describió el evento como devastador no solo por las pérdidas financieras sino también por el impacto en la infraestructura local y las lesiones infligidas a los agentes del orden. Este patrón de asaltos al Banco Agrario ilustra una preocupante tendencia de ataques a instituciones financieras en Cauca, con ladrones recurriendo tanto a métodos antiguos como a tácticas de asalto militarizado.