Mintiéndole a sus familias, Jonathan Chimbaco y Jairo Bahamón Sánchez, dos soldados profesionales huilenses, se fueron a Ucrania para luchar en una guerra que no les pertenecía, con la intención de buscar un mejor futuro económico para ellos y sus familias.
Volaron el 29 de octubre de 2023 hacia la ciudad de Dnipro y allí murieron. Ahora sus familiares, ubicados en zonas humildes de la ciudad de Neiva, Huila, le piden ayuda a la Cancillería y al Gobierno nacional para repatriar sus cuerpos.
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“Ellos afirmaron que irían a Polonia a trabajar en agricultura, si mi esposo y mi hermano me dicen que iban a trabajar de soldados en la guerra de Ucrania, le aseguro que no los dejamos salir de Neiva y hasta les hubiéramos quemado los pasaportes y tiquetes”, manifestó Mayerly Cuenca Bahamón, esposa de Jonathan y hermana de Jairo.
Chimbaco tenía 40 años, era oriundo del municipio de Santa María y era el padre de dos hijos. Jairo Bahamón Sánchez, tenía 39 años, era padre de tres hijos, y había nacido en Neiva.
Los familiares no saben quién los contactó, pero creen que fue a través de redes sociales. “Los dos prestaron plata para pasaportes y tiquetes, por lo que viajaron a Europa el pasado 29 de octubre en el vuelo Bogotá-Madrid-Polonia”, agregó Mayerly Cuenca.
De todas formas, sostienen la hipótesis de que la persona que los convenció de viajar a tan lejano territorio es un sujeto de apodo El Flecho, que a su llegada a Polonia ayudó a los huilenses a llegar a Ucrania y hacer todas las diligencias para enlistarse en las tropas que luchan contra la invasión rusa.
Los dos hombres querían trabajar y enviar dinero a sus familias en Huila para que montaran un local comercial en Neiva. Según manifestaron sus familiares, conseguir trabajo en Colombia se ha vuelto demasiado difícil, por lo que decidieron buscar ingresos en el exterior.
Mayerly recuerda que la última vez que habló con su esposo fue el 29 de enero, cuando el soldado le pidió que cuidara bien a sus hijos. Luego le dijo que al día siguiente hablarían, pero eso nunca sucedió.
La mujer le había escrito unos mensajes con algunas oraciones para que buscara la protección de Dios, pero pasaron las horas y no obtuvo ninguna respuesta. La angustia no la dejó dormir esa noche. “El lunes me paré muy aburrida, tenía un dolor en el pecho, como un cuchillo clavado en el corazón y mi esposo me andaba en la cabeza, no dormí esa noche, el nombre de Jonathan me susurraba en la cabeza”, expresó la joven al medio La Nación.
Al día siguiente, el 1 de febrero, llegó a la casa de su madre a decirle que tenía el presentimiento de que a su esposo algo le había pasado. La sospecha se volvió certeza cuando le entró una llamada a su celular que fue contestada por su hijo de 12 años: “Señora Mayerly, lo siento mucho, su esposo es un héroe, es muy valiente, su esposo murió en su ley, mi sentido pésame”, le dijo un hombre desconocido al otro lado de la línea.
“Me dijeron que ellos estaban en la casa, estaban rodeados, cuando mi esposo salió recibió dos impactos en las piernas, cayó, le dispararon en las costillas”, le contó la mujer al medio mencionado.
La mujer le comentó a El Tiempo que los cuerpos de Jhonatan Chimbaco y Jairo Bahamón permanecen en una morgue de una ciudad de la zona de Dombás y ahora espera poder traerlos para darles cristiana sepultura. “Queremos que la Gobernación del Huila, la alcaldía de Neiva y el Canciller Álvaro Leyva, nos ayuden para repatriar los cuerpos en un vuelo”, dijo.