“Pilas con los estafadores”: hija de María F. Cabal advierte sobre jugadita de algunos clientes en ‘apps’ de domicilio

Revisando las fotos de los reclamos contra su emprendimiento, descubrió que algunas personas utilizaban imágenes de hace años para iniciar disputas por supuestos errores en la entrega

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Tras notar el engaño, su
Tras notar el engaño, su empresa recibirá los rembolsos - crédito @luisa.postres / TikTok

Con las aplicaciones de delivery no solo los usuarios parecen estar en riesgo de recibir un producto en mal estado o diferente al de su orden, sino que también los negocios estarían siendo víctimas de estafa.

Así lo dio a conocer a través de las redes sociales de su empresa ‘Luisa postres’ la hija de la senadora María Fernanda Cabal y el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, tras descubrir que fue víctima de prácticas cuestionables a manos de algunos de sus clientes.

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“Si eres un restaurante y vendes por Rappi, tienes que escuchar esto. Desde hace un tiempo empezamos a parale bolas a las ‘Compensaciones’ en Rappi y todos los jueves revisamos el apartado de ‘Nivel de servicio’ para poder leer una a una las quejas que recibimos de nuestros clientes”, advirtió en un video que ya supera las 20.000 interacciones.

Y continuó: “En ocasiones, nos equivocamos y no hay nada qué hacer, pero también empezamos a darnos cuenta de que había algunos reclamos que no estaban bien justificados”.

La denuncia fue realizada por Luisa Lafaurie Cabal de Luisa postres - crédito @luisa.postres / TikTok

Revisando las fotos que adjuntaban a manera de prueba, descubrió que algunas personas utilizaban imágenes de hace años para iniciar disputas por supuestos errores en la entrega del producto:

“Nos llevamos una amarga sorpresa que quiero compartir. Una cliente dice que le llegó una trota distinta a la que pidió. Según dijo había pedido una torta de brownie talla M y le llegó, en su lugar, una Birthday cake”.

Sus clientes habrían pasado por alto dos salvedades, con las que Luisa y sus empleados lograron demostrara a la aplicación que habrían estado siendo timados por quienes parecen haberse acostumbrado a pedir comida en sus restaurantes y luego poner una queja para recibir el dinero de vuelta, como compensación:

“Al recibir la foto (de prueba) simplemente nos quitó la plata que la clienta había pagado por su torta, pero lo que la cliente no sabía es que: 1. Esa foto es muy vieja, porque nosotros ya no mandamos las tortas en esa presentación. Ya no le ponemos un pincho con sticker en la mitad y ahora llevan siempre acetato alrededor”.

Con sospechas desde hace un tiempo, Luisa decidió blindarse e inventó un sistema de registró con el cual llevar a detalle la información de sus pedidos, entregados a través de domiciliarios de la startup Rappi.

Repartidor de la aplicación móvil
Repartidor de la aplicación móvil Rappi, mirando a su teléfono en Bogotá - crédito Nathalia Angarita / Reuters

De ahí su segundo argumento: “Desde hace un tiempo empezamos a llevar una planilla con todos los pedidos que entregamos a Rappi con el ID del pedido, el producto, la firma del Rappi tendero y su código. Así garantizamos que sí entregamos lo que es, que el Rappi sí recibió y que al cliente sí le llegó el pedido que era”.

Como empresa, se pusieron en contacto con su aliado en domicilios y, tras exponer el caso y sus pruebas contra algunos usuarios, no le quedó de otra al gigante de los delivery que regresarles el dinero:

Escribimos por medio de soporte técnico a Rappi, justificando que la cliente no estaba diciendo la verdad y, ya en este momento, no están haciendo la devolución de la compensación que nos habían quitado. Entonces, si eres un restaurante, te recomiendo mucho que lleves una planilla. Es un poco dispendioso, pero así también estas cuidando que no te roben por ninguna parte”.

Una pena, según internautas que fueron sumándose a la conversación: “No es tanto Rappi, sino el cliente malintecnionado”, “Waoo de verdad que hay que ser muy organizado para darse cuenta de esto, que teza”, “Esooo! Se salvaron por ser organizadas. A nosotros nos pasó algo similar hace un año”, “También nos pasó, muy buena idea”, “Buen dato”, “De no creer”.

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