Ola de calor disminuyó el embalse de Guatapé en un 21%: se ha dificultado la navegación de las embarcaciones

La altas temperaturas por el fenómeno de El Niño hicieron que el nivel de agua cediera considerablemente en menos de dos meses

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Vista desde el cerro del Peñol, ubicado en el municipio de Guatapé. Su embalse enfrenta sequía por ola de calor - crédito Diego Pineda/Colprensa
Vista desde el cerro del Peñol, ubicado en el municipio de Guatapé. Su embalse enfrenta sequía por ola de calor - crédito Diego Pineda/Colprensa

Aunque el Ideam ha anunciado que por unos días llovería en varias zonas del país, el fenómeno de El Niño continúa en estado de madurez. Esto significa que las altas temperaturas registradas en Colombia desemboquen en fuertes consecuencias ambientales, en especial en los afluentes.

Es el caso, por ejemplo, del embalse Guatapé, al nororiente de Medellín, que ha sido afectado por la ola de calor. Gracias a la insistente condensación, los niveles de agua habrían bajado en un 21%. Y aunque la cifra podría ser mayor, con el índice de disminución actual los navegantes del cuerpo hídrico ya enfrentan dificultades para realizar sus recorridos.

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Consecuencias en los barcos que operan en el embalse

De acuerdo con la información reproducida por el medio periodístico El Colombiano, este fenómeno no solo ha impactado la operación de cerca de 300 embarcaciones turísticas y 33 empresas que dependen del malecón de Guatapé, sino también ha desencadenado una serie de desafíos para los navegantes y bañistas.

Ya se reporta la aparición de islotes y una morfología irregular del terreno que ha venido quedando al aire. De modo que la navegación, el disfrute del embalse y el desplazamiento de las embarcaciones se han tornado en cuestiones dispendiosas.

Imagen de referencia. Esta es unafotografía del río Guabas, que se encuentra entre polvo y piedras debido a la intensa ola de calor que azota la región, hoy, en Guacarí, Valle del Cauca - crédito Ernesto Guzmán/EFE
Imagen de referencia. Esta es unafotografía del río Guabas, que se encuentra entre polvo y piedras debido a la intensa ola de calor que azota la región, hoy, en Guacarí, Valle del Cauca - crédito Ernesto Guzmán/EFE

Por ejemplo, los dueños de embarcaciones como Carlos Campuzano de Guatapé Transporte Fluvial, se han visto forzados a adaptarse diariamente a las fluctuantes profundidades. Han debido mover los muelles hacia puntos más profundos para evitar el encallamiento de las embarcaciones.

“Vos en una carretera mirás el hueco a lo lejos, pero en el agua no se puede ver y es muy difícil acertar. Hay muchos daños de hélices y las transmisiones por las piedras”, lamentó Campuzano, quien además destacó los daños materiales, con costos de reparación de transmisiones que pueden ascender hasta los 8 millones de pesos, por cuenta de hélices y motores afectados.

La situación también plantea riesgos para los bañistas y otras actividades recreativas en la zona. Henry Berrío, comandante de la estación de bomberos de El Peñol, hace hincapié en la importancia de una navegación cautelosa y la observación de las señales colocadas por los habitantes para evitar desastres. “Los motoristas deben estar muy pendientes de las señales para evitar accidentes”.

La disminución del agua en embalses por El Niño

En términos regionales, la disminución de agua no solo ha generado dificultades en Guatapé sino que también amenaza con una escasez potencial de agua para casi medio millón de personas en Antioquia, uno de los departamentos más golpeados por las fuertes temperaturas.

Localidades cercanas han enfrentado racionamientos de agua y situaciones críticas de acceso al líquido esencial.

Ahora bien, en Colombia la situación también ha despertado alarmas. El incremento en las temperaturas experimentado en los inicios del 2024 está generando efectos adversos considerables en los embalses de la nación, vitales, además, para la producción de energía. Un informe del operador del sistema eléctrico XM, citado por el diario económico La República, reveló que, para el 23 de enero, el volumen útil de los embalses se situó en el 60,61%, lo que representa una caída de casi el 10% desde diciembre de 2023.

Los factores contribuyentes a este descenso incluyen no solo el aumento de las temperaturas, sino también una disminución en los caudales de los ríos, fundamentales para el mantenimiento de los embalses. Esta situación se agravó con los recientes incendios y una menor nubosidad, que han disminuido aún más la disponibilidad de agua.

Embalses de Colombia han disminuído su nivel las tres primeras semanas de enero - crédito Colprensa
Embalses de Colombia han disminuído su nivel las tres primeras semanas de enero - crédito Colprensa

Según estimaciones, los caudales están operando al 45% de sus niveles históricos para el mes de enero, con fuertes impactos en la cantidad de agua que los embalses pueden recibir. Se espera que con las lluvias que se han desatado a principios de febrero, el nivel de agua de estos cuerpos hídricos pueda nivelarse a medidas estándares.

El periodo de calor, según proyecciones del Ideam, podría extenderse hasta abril de 2024, con miras a un periodo de neutralización que daría lugar a una ola invernal en octubre.

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