En Rionegro, Antioquia, una bebé de siete meses falleció en lo que se sospecha fue un caso de violencia intrafamiliar. El trágico suceso se produjo tras ser llevada al hospital San Juan de Dios por su madre, donde el personal médico constató que la menor había llegado sin vida y presentaba evidentes signos de agresión.
La Administración Municipal de Rionegro se ha pronunciado lamentando el violento incidente y ha reiterado su compromiso con la protección infantil en la localidad.
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El caso ha levantado preguntas sobre las circunstancias que llevaron a la muerte de la bebé, incitando a las autoridades locales a iniciar una investigación urgente. El alcalde Jorge Rivas le ha pedido a la Policía Nacional y a otros organismos competentes esclarecer rápidamente los hechos.
“Desde la Administración Municipal de Rionegro, la Ciudad de Bienestar, lamentamos profundamente un hecho de violencia en el que una menor de siete meses de edad perdió la vida”, se dijo desde la Alcaldía.
Se sospecha que la pareja sentimental de la madre de la víctima, una mujer de nacionalidad extranjera, podría estar involucrada en el incidente. El cuartel de policía de Antioquia, a cargo del subcomandante José Francisco Peña Gómez, ha indicado además que la menor pudo haber sido víctima de violencia sexual y ha ofrecido una recompensa para quien proporcione información sobre el paradero de la presunta responsable.
El hecho no solo ha movilizado a las autoridades locales, sino que ha avivado el debate sobre la violencia hacia los menores en Colombia. En un caso previo y no menos alarmante ocurrido en Bucaramanga, una niña de tres años falleció en circunstancias igualmente sombrías, marcando otro trágico recordatorio de los desafíos que enfrenta el país en su lucha contra el maltrato infantil.
Ante estos eventos desgarradores, las autoridades han intensificado las búsquedas y la investigación para asegurar justicia para las víctimas y sus familias. La comunidad de Rionegro, mientras tanto, se une en el duelo y la demanda de acciones concretas para prevenir futuros actos de violencia contra menores.
Sacerdote ha atacado sexualmente a seis menores y lo han perdonado
Un reciente escándalo ha sacudido a la Iglesia Católica Colombiana tras la denuncia de un menor de edad que acusó al padre Wilson Alirio Sandoval Niño de abuso sexual en la parroquia Divino Niño Jesús en Acacías, Meta. Esta denuncia, llevada a cabo el 15 de diciembre, resurge en un contexto donde el Arzobispo de Villavicencio, Misael Vacca Ramírez, había previamente exonerado a Sandoval Niño de acusaciones similares en septiembre de 2023.
La investigación revela que este no es el primer incidente relacionado con Sandoval Niño, dado que ya fue objeto de acusaciones de abuso que datan de 2009 y 2014 en diversas localidades fuera de Villavicencio, como Medina, Maya, Los Alpes, y Guacavia.
Las denuncias incluían alegatos de conductas sexuales inapropiadas, resaltadas incluso en publicaciones como “Este es el cordero de Dios”. A lo largo de su carrera, desde ser ordenado en 2002, el cura ha sido trasladado de una parroquia a otra, una práctica que se ha interpretado como un intento de la estructura eclesiástica de ocultar los escándalos.
En marzo de 2020, se suspendieron a diecinueve sacerdotes por un caso similar, mostrando un patrón de abuso y encubrimiento dentro de la institución. La persistencia de Sandoval Niño en funciones eclesiásticas, a pesar de las acusaciones y su comportamiento cuestionable, plantea interrogantes sobre la efectividad de los mecanismos internos de la Iglesia para abordar tales casos.
La familia del menor afectado en diciembre de 2023 ha presentado la denuncia ante la Fiscalía de Villavicencio y el arzobispado, pero hasta el momento, el apoyo al sacerdote por parte de altos cargos eclesiásticos parece continuar. Con el aumento de casos de abuso dentro de la Iglesia, la comunidad y las autoridades locales están exigiendo una revisión más profunda de estos incidentes, así como una acción decidida para proteger a los menores y garantizar la justicia.