El concejal de Bogotá que inició con el problema de los tierreros y las invasiones y nunca pagó por sus crímenes

Rafael Forero Fetecua fue señalado de iniciar con las primeras invasiones en la capital y el municipio de Soacha

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El inicio de algunos incendios
El inicio de algunos incendios forestales registrados en Bogotá han sido atribuidos a manos criminales - crédito Alcaldía de Bogotá

Debido al fenómeno de El Niño se han registrado múltiples incendios forestales en Colombia, siendo Bogotá uno de los sitios más afectados; sin embargo, por fuera del evento climático, el inicio de algunas conflagraciones ha sido atribuido a manos criminales, principalmente los “tierreros”.

Este nombre le fue dado a aquellas personas que irrumpen en terrenos para luego venderlos con falsas promesas a personas de escasos recursos, método con el que se han consolidado algunos barrios en la capital que en un principio eran considerados invasiones.

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En diálogo con Infobae Colombia, Andrés Villegas Cortés, docente de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas de la Universidad de La Sabana, habló sobre el inicio de estos métodos ilegales en Bogotá, al comienzo de la colonización.

“Los incendios están mucho más presentes en nuestra cultura de lo que nosotros nos imaginamos, desde la llegada de los españoles y acá en Bogotá, desde la función de la ciudad. Karl Brunner —que fue el encargado del ordenamiento espacial de la ciudad— se encontró con la famosa quema controlada, que es con la que se busca quemar una capa vegetal y renovar o mejorar las tierras, pero que se terminó transformando en los 70″.

Autoridades han señalado que algunos
Autoridades han señalado que algunos incendios habrían sido provocados por manos criminales - crédito redes sociales

La transformación que mencionó el docente le fue atribuida a Rafael Forero Fetecua, un exconcejal y excongresista bogotano que murió en 1994, al que se le señaló como el iniciador de varias invasiones en Bogotá y Soacha.

“Lo que terminó pasando, principalmente por el concejal Forero Fetecua, un político bogotano, que gracias a él se comenzaron a formar esas cuadrillas de tierreros, que aplacaban terrenos y secaban los lagos de Bogotá. Esos tierreros empezaron a desarrollar esa práctica de quemas controladas, pero que tenía como objetivo quitar lo que quedaba de naturaleza, poder lotear el terreno y comercializarlo de manera irregular”, afirmó Villegas Cortés a Infobae Colombia.

El docente resaltó que Forero Fetecua nunca fue condenado por estas prácticas, en lo que terminó siendo el modus operandi que se registró en varias zonas de la capital, lo que se vio reflejado en el aumento de la población en Bogotá, que entre 1970 y 1984 se duplicó.

“Volviendo a los 70, Fetecua, que además no pagó nunca por sus crímenes, que uno de los principales fue ese, organizar grupos de personas que luego comenzamos a llamar tierreros, se adueñaron de terrenos y contrataron gente para ofrecer esos lugares tras quemar la vegetación. Eso sigue sin que tomen conciencia de los daños irremediables que generan, en una práctica que ha existido desde la colonia”.

Múltiples invasiones han terminado siendo
Múltiples invasiones han terminado siendo consolidadas como barrios legales - crédito Secretaría del Hábitat de Bogotá

Por último, Andrés Villegas resaltó que este tipo de comportamientos también se registró por parte del Estado, recordando que antes de ser una localidad de Bogotá, Puente Aranda era un lago que fue rellenado para poder construir residencias; y que su nombre es una referencia al puente de la antigua hacienda de Juan Aranda sobre el río Chinúa.

El puente de Aranda era un puente que conectaba a Bogotá en el occidente, en lo que era una salida del antiguo Santa Fe. Lo que paso ahí fue un atropello, con rellenos de tierras y secamiento por completo de los humedales, lo que en ese momento, a principios de la República, no existía esa consciencia y deja una perdida irremediable del 80% de los humedales de Bogotá, y los que quedan siguen siendo objeto de bandas criminales para actividades ilegales, con lo que se busca quitarle terreno a los cerros y humedales para seguir vendiendo terrenos en una ciudad tan compleja como es Bogotá”, puntualizó el docente al respecto.

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