El asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moïse, ocurrido en julio de 2021, sigue generando titulares y captando la atención de la opinión pública mundial. En un giro reciente, la ex primera dama Martine Moïse se encuentra bajo el escrutinio de la justicia haitiana, ya que se emitió una orden de captura en su contra. Las acusaciones que pesan sobre ella incluyen robo a mano armada, intento de asesinato y conspiración para atentar contra la vida de su difunto esposo.
Durante la madrugada del 7 de julio de 2021, el líder de la isla estaba en su residencia cuando individuos armados ingresaron con la intención exclusiva de perpetrar su asesinato. Posteriormente, se señaló a exmilitares colombianos en condición de retiro como los supuestos responsables, que enfrentan consecuencias en el país caribeño.
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La ex primera dama, conocida por su activismo en busca de la verdad detrás del asesinato de Jovenel Moïse, ahora enfrenta un complicado proceso legal. Las autoridades haitianas, basándose en informes de la prensa local, formalizaron las acusaciones en su contra, marcando un nuevo capítulo en la trágica historia que envuelve al liderazgo de Haití.
Mientras tanto, el fin de la gestión de Wesser Voltaire, otro involucrado en el caso, está en el horizonte. Las expectativas apuntan a que la sentencia se hará pública entre finales de febrero y marzo, lo que podría arrojar luz sobre más detalles y actores en este crimen que ha conmocionado a la nación caribeña.
Detenidos en relación con el magnicidio de Moïse
Desde el asesinato de Moïse, el enfoque judicial recayó en un grupo de exmilitares colombianos, sumando un total de 17 detenidos en relación con este caso. Estos individuos, presuntamente vinculados al magnicidio, han sido objeto de una investigación que trascendió las fronteras del país caribeño.
Aquellas personas de nacionalidad colombiana que fueron arrestadas después del asesinato fueron identificadas como Andrés Manuel Mosquera Ortiz, José Neider López Hitas, Adey Fernando García García, Camilo Andrés Romero Reyes, Jules Osmín Castaño Alzate y Jhon Gregore Rodríguez. Actualmente, se encuentran sometidos a medidas de prisión preventiva.
Los instigadores intelectuales del homicidio incluyen a Christian Emmanuel Sanon, un médico haitiano de 63 años que reside en Florida y actualmente se encuentra bajo arresto; Joseph Félix Badio, un exfuncionario del Ministerio de Justicia haitiano; y Ashkard Joseph Pierre, un empresario radicado en Montreal, Canadá, que está siendo buscado.
El líder del grupo, Germán Rivera García, un capitán retirado colombiano, recibió 50.000 dólares para coordinar la logística en Puerto Príncipe desde Miami mediante Western Union. Además, los boletos aéreos fueron adquiridos a través de la empresa Worldwide Capital, propiedad del ciudadano ecuatoriano Walter Veintimilla, de acuerdo con las investigaciones de las autoridades haitianas.
Claude Joseph, el canciller haitiano, solicitó la intervención de la ONU para llevar a cabo una investigación, considerando el crimen como un acto de naturaleza internacional. Víctor Albeiro Pineda, un soldado colombiano, se encuentra detenido en relación con el caso. En la acción que tuvo lugar en la habitación de Moïse y su esposa, se identificó a Romero, Duberney Capador (sargento fallecido) y Yepes como presuntos mercenarios involucrados en el trágico evento.
Investigaciones internacionales: el rol de Estados Unidos y Colombia en el crimen de Moïse
Estados Unidos ha desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de este caso, con la condena en diciembre de 2021 a Joseph Joel John, un exsenador haitiano acusado de conspirar en el asesinato de Moïse. La sentencia de cadena perpetua se basó en pruebas que implicaban a John en la provisión de vehículos y otros recursos para llevar a cabo el magnicidio.
El empresario haitiano-chileno Rodolphe Jaar y el militar colombiano Germán Alejandro Rivera García también fueron condenados a cadena perpetua en Estados Unidos por su participación en el asesinato del presidente haitiano.
Durante el juicio, Joseph Joel John defendió su inocencia, argumentando que su intención nunca fue asesinar al presidente, sino llevarlo ante la justicia para que respondiera por su gestión. Sin embargo, la justicia estadounidense concluyó que su participación en la conspiración era clara y lo condenó en consecuencia.
El alcance del asesinato de Jovenel Moïse llevó a la apertura de investigaciones en tres países, incluyendo Haití. En Estados Unidos, los fiscales afirmaron que parte del plan se gestó en el área de Miami y Fort Lauderdale, lo que motivó la investigación en suelo estadounidense. Por su parte, Colombia también se vio involucrada en la pesquisa debido a la nacionalidad de los comandos que perpetraron el asesinato.
Moïse fue torturado y asesinado en su residencia privada en Pétion-ville por un grupo de mercenarios, en su mayoría provenientes de Colombia, de acuerdo con la investigación. Desde ese fatídico día, Haití experimento una profunda crisis, caracterizada por el control de bandas armadas sobre el 80% de Puerto Príncipe. La situación se agravó con un aumento significativo de delitos violentos, como secuestros, atracos a mano armada y robos de vehículos.